Sengoku Jidai. El rectángulo hueco de PapaX3
Publicado: 18 Jun 2017, 13:33
Hola.
Según voy avanzando con Sengoku Jidai, y aprendiendo técnicas de juego, la cosa mejora en interés. Es un magnífico juego.
Cuando empecé la campaña de Corea me esperaba una buena sorpresa. Jugando escenarios, nunca me había enfrentado contra los coreanos, un ejército muy numeroso y disciplinado, que dispone de unidades mixtas de tiradores y lanceros y de una numerosa y rápida caballería ligera con arcos que, evitando el contacto, te envuelve por las alas. Por regla general, infantes y jinetes evitan el contacto, pero te fríen a tiros desde todas las direcciones. Es cierto que los japoneses son de mejor calidad, pero tienen sus defectos. Por ejemplo, los samuráis, que son “guerreros”, se “calientan” y rompen la formación para perseguir al que huye, metiéndose en medio de una pléyade de unidades enemigas que al turno siguiente los cogerán irremediablemente por el flanco, lo que será su ruina. Porque si hay una cosa que la AI no te perdona es un ataque por el flanco: dalo siempre por seguro.
Así que en la primera batalla me zurraron la badana ¡Con lo confiado que yo iba con el despliegue oblicuo que os comenté en un correo anterior! Ese despliegue era válido contra los agresivos japoneses, pero no contra los insidiosos y escurridizos coreanos… ¿Qué hacer?
Entonces me acordé de algo que había leído hace muchos años en el magnífico libro del brigadier retirado Vincent J. Expósito, titulado “A MILITARY HISTORY AND ATLAS OF THE NAPOLEONIC WARS”, libro que debería figurar en la biblioteca de cualquier aficionado a la historia militar. En la página 106, en la descripción de la batalla de Wagram, se puede leer esto (la traducción es mía):
“Afortunadamente, Lauristón galopó con la artillería de la Guardia (sesenta cañones) hasta alinearse con Nansouty. Dieciocho cañones de Macdonald y venticuatro de Wrede se le unieron rápidamente. Desde las 1130 a las 1200, estos cañones dispararon sin descanso, barriéndolo todo entre Breintenlee y Süssenbrünn. Con el tiempo que ganó con esta acción, Napoleón organizó rápidamente su contraataque. Eugene se mantendría temporalmente a la defensiva con tres de sus divisiones; con las otras tres, Macdonald avanzaría hacia Süssenbrünn, apoyado por Nansouty y la caballería de la Guardia. Oudinot amenazaría Baumersdorf. Marmont, Wrede y la infantería de la Guardia quedarían en reserva. Durante más de una hora, Napoleón y su cuartel general estuvieron situados en una altura situada a unas dos mil yardas (poco menos de setecientos metros) al sur de Aderklaa. Llamando la atención con su blanco caballo, (el Emperador) estuvo yendo y viniendo entre un constante fuego artillero, completando sus preparativos. Macdonald formó sus tres divisiones (ahora ya unos 8000 hombres) en la parte trasera izquierda de la batería de Lauriston. Dado que tendría que combatir en tres direcciones durante su penetración en la línea austriaca, los dispuso, obviamente con la aprobación de Napoleón, en un gran rectángulo hueco (y no la columna masiva que normalmente se describe)”
http://www.uoguelph.ca/~sday/napoleonto ... apBig.html
Pues señores, más o menos esto es lo que hice yo: un gran rectángulo hueco, al que llamaré “El Rectángulo Hueco de PapaX3”. Como podéis ver en la imagen, los samuráis (SP) despliegan al frente, e inmediatamente detrás hay una fila de arqueros (ARQ), que harán las veces de la gran batería de Lauriston. En los flancos, y en columna, desplegarán lanceros ashigaru (AL) mezclados con arcabuceros (ACB), y en la retaguardia del cuadro, las reservas. La caballería desplegará en masa en el flanco con terreno más despejado. Procuraremos, como siempre, apoyar el otro flanco en un obstáculo, ya sea artificial (un bosque con algunos arcabuceros, por ejemplo) o natural.
https://drive.google.com/file/d/0B-E0Dn ... sp=sharing
Esto hice, estudié el terreno, avancé en la dirección que creí más oportuna y… ¡Funcionó! Con este despliegue no he perdido ni una batalla más. Os daré algunos detalles.
Al hacer el despliegue hay que estudiar el terreno para ver la mejor zona para avanzar. Ahora lo importante es buscar un terreno despejado, a ser posible elevado, y que esté separado al menos uno o dos cuadrados de los bosques circundantes. Lógicamente, desplegaremos en la parte más cercana, para llegar al destino lo antes posible.
No te puedes conformar con hacer el cuadrado y situarlo en el terreno que has elegido. Ciertamente, tarde o temprano, el enemigo se dirigirá contra ti; si tiene superioridad numérica, lo hará desde el primer turno; si no, tardará. Esto último te puede dejar pocos turnos para conseguir la victoria, así que si tienes superioridad, provócalo acercándote lo que puedas, sin comprometerte en terrenos desventajosos.
Una vez situado el despliegue en la zona elegida, y rodeado de enemigos, comienza la parte verdaderamente divertida, pues la única forma de evitar el desmadre de los ilustres guerreros japoneses es que haya una auténtica muralla de coreanos delante. Dicho en otras palabras: es conveniente esperar con nervios bien templados que la muralla de enemigos en tu frente sea tan espesa, que no permita a la unidad samurái perseguidora penetrar mucho en ella. Mientras se va formando esta masa de enemigos, tus arqueros se van a hartar. Esta muralla humana es, a su vez, un problema para el contrario, pues las unidades que deben huir quedan eliminadas por no tener ruta de retirada (y, tal vez con cierto alivio de tu parte, no habrá persecución). Recordad lo peligroso que es “echar el aliento en el cogote”. Si pudieran huir, es probable que contagien el pavor a sus vecinos, que ya estarán desgastados por tus arqueros. Lo que es evidente es que cuando des la orden de ataque a la primera línea, has de hacerlo con cuantas más unidades mejor, y contando con reservas cercanas para apoyar a las unidades que puedan quedar en situaciones comprometidas. En la oportuna elección de este momento está el arte del buen general.
Pensaréis: “Mucho decir que no hay que echar el aliento en el cogote, pero tú bien que pones a los arqueros cerrando el paso a los samuráis” Cierto, cierto. Es conveniente dejar algún hueco, pero más adelante, según discurra la batalla. Todos sabemos que los samuráis aguantan tela marinera. Inicialmente ningún coreano los va a atacar cuerpo a cuerpo y sus disparos los pueden soportar perfectamente los primeros turnos. Pero es cierto; según avanza la batalla, hay que dejarles rutas de retirada. De cualquier forma, al atacar, el frente se fraccionará y quedarán huecos.
Antes comentaba que hay que buscar un terreno alejado al menos dos cuadrados de los bosques ¿Por qué? Porque en terreno despejado es donde verdaderamente los lanceros pesados samuráis son picadoras de carne. Hay que evitar que entren en bosques, así que si se “calientan” y entran en ellos, no dudes en hacerlos retroceder. Si hay una masa de enemigos entre ellos y los bosques, tanto mejor, porque siempre tendrán objetivos rentables en el terreno que más les conviene. Eso sí, cúbreles los flancos lo mejor posible. Recuerda que una unidad bajo ataque ya no dispara ni puede ser objetivo de disparos, así que cuando empiece el cuerpo a cuerpo pocos te tiradores te hostigarán.
Un buen truco es meter unos arqueros y arcabuceros en un bosque cercano a un flanco de tu cuadrado. Funciona muy bien, ya que los coreanos no atacan bosques con sus unidades, casi todas de lanceros o jinetes, pero se acercan para asaetearlos. Y esto es un error, porque los japoneses, además de ser mejores tiradores, distraen a la vez que debilitan, algunas unidades del enemigo.
Si los coreanos no se concentran en tu frente, no dudes desplegar el ala no amenazada para apoyar el ataque del centro. Pero, ¡ojo! Los enemigos son tantos, que muy probablemente haya unidades emboscadas y que aún no has descubierto. Estos sagaces y correosos coreanos son muy astutos y ladinos.
Saludos
Según voy avanzando con Sengoku Jidai, y aprendiendo técnicas de juego, la cosa mejora en interés. Es un magnífico juego.
Cuando empecé la campaña de Corea me esperaba una buena sorpresa. Jugando escenarios, nunca me había enfrentado contra los coreanos, un ejército muy numeroso y disciplinado, que dispone de unidades mixtas de tiradores y lanceros y de una numerosa y rápida caballería ligera con arcos que, evitando el contacto, te envuelve por las alas. Por regla general, infantes y jinetes evitan el contacto, pero te fríen a tiros desde todas las direcciones. Es cierto que los japoneses son de mejor calidad, pero tienen sus defectos. Por ejemplo, los samuráis, que son “guerreros”, se “calientan” y rompen la formación para perseguir al que huye, metiéndose en medio de una pléyade de unidades enemigas que al turno siguiente los cogerán irremediablemente por el flanco, lo que será su ruina. Porque si hay una cosa que la AI no te perdona es un ataque por el flanco: dalo siempre por seguro.
Así que en la primera batalla me zurraron la badana ¡Con lo confiado que yo iba con el despliegue oblicuo que os comenté en un correo anterior! Ese despliegue era válido contra los agresivos japoneses, pero no contra los insidiosos y escurridizos coreanos… ¿Qué hacer?
Entonces me acordé de algo que había leído hace muchos años en el magnífico libro del brigadier retirado Vincent J. Expósito, titulado “A MILITARY HISTORY AND ATLAS OF THE NAPOLEONIC WARS”, libro que debería figurar en la biblioteca de cualquier aficionado a la historia militar. En la página 106, en la descripción de la batalla de Wagram, se puede leer esto (la traducción es mía):
“Afortunadamente, Lauristón galopó con la artillería de la Guardia (sesenta cañones) hasta alinearse con Nansouty. Dieciocho cañones de Macdonald y venticuatro de Wrede se le unieron rápidamente. Desde las 1130 a las 1200, estos cañones dispararon sin descanso, barriéndolo todo entre Breintenlee y Süssenbrünn. Con el tiempo que ganó con esta acción, Napoleón organizó rápidamente su contraataque. Eugene se mantendría temporalmente a la defensiva con tres de sus divisiones; con las otras tres, Macdonald avanzaría hacia Süssenbrünn, apoyado por Nansouty y la caballería de la Guardia. Oudinot amenazaría Baumersdorf. Marmont, Wrede y la infantería de la Guardia quedarían en reserva. Durante más de una hora, Napoleón y su cuartel general estuvieron situados en una altura situada a unas dos mil yardas (poco menos de setecientos metros) al sur de Aderklaa. Llamando la atención con su blanco caballo, (el Emperador) estuvo yendo y viniendo entre un constante fuego artillero, completando sus preparativos. Macdonald formó sus tres divisiones (ahora ya unos 8000 hombres) en la parte trasera izquierda de la batería de Lauriston. Dado que tendría que combatir en tres direcciones durante su penetración en la línea austriaca, los dispuso, obviamente con la aprobación de Napoleón, en un gran rectángulo hueco (y no la columna masiva que normalmente se describe)”
http://www.uoguelph.ca/~sday/napoleonto ... apBig.html
Pues señores, más o menos esto es lo que hice yo: un gran rectángulo hueco, al que llamaré “El Rectángulo Hueco de PapaX3”. Como podéis ver en la imagen, los samuráis (SP) despliegan al frente, e inmediatamente detrás hay una fila de arqueros (ARQ), que harán las veces de la gran batería de Lauriston. En los flancos, y en columna, desplegarán lanceros ashigaru (AL) mezclados con arcabuceros (ACB), y en la retaguardia del cuadro, las reservas. La caballería desplegará en masa en el flanco con terreno más despejado. Procuraremos, como siempre, apoyar el otro flanco en un obstáculo, ya sea artificial (un bosque con algunos arcabuceros, por ejemplo) o natural.
https://drive.google.com/file/d/0B-E0Dn ... sp=sharing
Esto hice, estudié el terreno, avancé en la dirección que creí más oportuna y… ¡Funcionó! Con este despliegue no he perdido ni una batalla más. Os daré algunos detalles.
Al hacer el despliegue hay que estudiar el terreno para ver la mejor zona para avanzar. Ahora lo importante es buscar un terreno despejado, a ser posible elevado, y que esté separado al menos uno o dos cuadrados de los bosques circundantes. Lógicamente, desplegaremos en la parte más cercana, para llegar al destino lo antes posible.
No te puedes conformar con hacer el cuadrado y situarlo en el terreno que has elegido. Ciertamente, tarde o temprano, el enemigo se dirigirá contra ti; si tiene superioridad numérica, lo hará desde el primer turno; si no, tardará. Esto último te puede dejar pocos turnos para conseguir la victoria, así que si tienes superioridad, provócalo acercándote lo que puedas, sin comprometerte en terrenos desventajosos.
Una vez situado el despliegue en la zona elegida, y rodeado de enemigos, comienza la parte verdaderamente divertida, pues la única forma de evitar el desmadre de los ilustres guerreros japoneses es que haya una auténtica muralla de coreanos delante. Dicho en otras palabras: es conveniente esperar con nervios bien templados que la muralla de enemigos en tu frente sea tan espesa, que no permita a la unidad samurái perseguidora penetrar mucho en ella. Mientras se va formando esta masa de enemigos, tus arqueros se van a hartar. Esta muralla humana es, a su vez, un problema para el contrario, pues las unidades que deben huir quedan eliminadas por no tener ruta de retirada (y, tal vez con cierto alivio de tu parte, no habrá persecución). Recordad lo peligroso que es “echar el aliento en el cogote”. Si pudieran huir, es probable que contagien el pavor a sus vecinos, que ya estarán desgastados por tus arqueros. Lo que es evidente es que cuando des la orden de ataque a la primera línea, has de hacerlo con cuantas más unidades mejor, y contando con reservas cercanas para apoyar a las unidades que puedan quedar en situaciones comprometidas. En la oportuna elección de este momento está el arte del buen general.
Pensaréis: “Mucho decir que no hay que echar el aliento en el cogote, pero tú bien que pones a los arqueros cerrando el paso a los samuráis” Cierto, cierto. Es conveniente dejar algún hueco, pero más adelante, según discurra la batalla. Todos sabemos que los samuráis aguantan tela marinera. Inicialmente ningún coreano los va a atacar cuerpo a cuerpo y sus disparos los pueden soportar perfectamente los primeros turnos. Pero es cierto; según avanza la batalla, hay que dejarles rutas de retirada. De cualquier forma, al atacar, el frente se fraccionará y quedarán huecos.
Antes comentaba que hay que buscar un terreno alejado al menos dos cuadrados de los bosques ¿Por qué? Porque en terreno despejado es donde verdaderamente los lanceros pesados samuráis son picadoras de carne. Hay que evitar que entren en bosques, así que si se “calientan” y entran en ellos, no dudes en hacerlos retroceder. Si hay una masa de enemigos entre ellos y los bosques, tanto mejor, porque siempre tendrán objetivos rentables en el terreno que más les conviene. Eso sí, cúbreles los flancos lo mejor posible. Recuerda que una unidad bajo ataque ya no dispara ni puede ser objetivo de disparos, así que cuando empiece el cuerpo a cuerpo pocos te tiradores te hostigarán.
Un buen truco es meter unos arqueros y arcabuceros en un bosque cercano a un flanco de tu cuadrado. Funciona muy bien, ya que los coreanos no atacan bosques con sus unidades, casi todas de lanceros o jinetes, pero se acercan para asaetearlos. Y esto es un error, porque los japoneses, además de ser mejores tiradores, distraen a la vez que debilitan, algunas unidades del enemigo.
Si los coreanos no se concentran en tu frente, no dudes desplegar el ala no amenazada para apoyar el ataque del centro. Pero, ¡ojo! Los enemigos son tantos, que muy probablemente haya unidades emboscadas y que aún no has descubierto. Estos sagaces y correosos coreanos son muy astutos y ladinos.
Saludos