04,00 pm
El viento cambia perdiendo fuerzo. Esto, con los dos barcos intactos, hubiese supuesto la salvación del Guerrière -más rápido con esas condiciones de viento-, pero sin un mástil, cuantiosos daños en el aparejo y una buena parte de la tripulación muerta o herida, la fragata británica está condenada.
04,05 - 04,10 pm
El Constitution intenta por dos veces aferrarse a su rival. Mientras tanto tiene tiempo para endosarle una andanada a bocajarro que aumenta sus bajas y desmonta otros dos cañones.
04,15 pm
Dacres intenta jugar su última carta para ganar el combate y organiza un grupo de abordaje. Hull hace lo propio. De esa forma, comienza la parte más sangrienta de la batalla, pues la corta distancia permite a los tiradores disparar fácilmente contra la tripulación enemiga.
Una parte de la tripulación estaba en este momento especialmente expuesta, los oficiales. Fácilmente identificables por sus uniformes, posición en el barco y relación con el resto de la tripulación, eran el blanco preferido de los fusileros enemigos. Es pues el momento oportuno de hacer un breve paréntesis en nuestra narración, y rendirles los honores que merecen.
Sin embargo, las posibilidades de los británicos eran muy remotas. La tripulación de la Constituion era un 60% más numerosa. Además, la Guerrière había sufrido muchas bajas en el intercambio artillero que precedió al fuego de mosquetes y al abordaje propiamente dicho. Por si esto fuese poco, entre la tripulación de la Guerrière había diez americanos que se habían negado desde el principio a luchar contra sus compatriotas.
El abordaje se produce finalmente, y las fuerzas británicas deben claudicar ante la superioridad numérica de los norteamericanos.
Dacres, malherido, debe rendir su barco. Los norteamericanos comprueban el lamentable estado en que ha quedado la fragata británica. No es posible llevarla a puerto como presa, por lo que trasladan a la tripulación a la Constitution, y proceden a abandonarla después de haberle prendido fuego.
La noticia de la derrota de una fragata británica en combate singular contra una fragata norteamericana, sacudirá a la opinión pública de ambos países. Es el contrapunto a la rendición de Detroit por William Hull (tío del capi´tan Isaac Hull). De hecho marcará un antes y un después, especialmente cuando con el paso de los meses vayan siendo derrotadas otras fragatas británicas (también norteamericanas). La Royal Navy domina los mares, pero no es invulnerable.
FIN
