AAR EUROPE BARBARORUM II "Aurora Pyramidum"
Publicado: 02 Jul 2018, 06:37
INTRODUCCION
¡Buenas!, soy nuevo en el foro, pero llevo leyendo AAR's por un largo tiempo, y, últimamente leyendo un AAR de hace 11 años de Esparta me llevó a preguntarme ¿por qué no?.
El AAR se dará en el juego Medieval 2, con el mod Europa Barbarorum 2, mod que nos ubica en el periodo clásico, y que da más realismo y veracidad histórica que el Rome I (También tengo el II, pero la campaña es penosa). No estoy para nada familiarizado con el mod, y no juego una campaña del Medieval hace mucho tiempo, por lo que voy a pedir paciencia.
He elegido para esta campaña al Imperio Ptolemáico de Egipto, me parece que tiene un punto inicial interesante, un desarrollo literario fuerte y se puede dar de forma interesante la campaña.
CAPÍTULO I "Horus, el Señor del Cielo"
El faraón Ptolomeo, rey de las dos tierras se encontraba en Alejandría. La vida de la corte lo tenía estresado y gran parte de su día lo pasaba leyendo sobre administración para guiarse sobre una decisión. No concluía si la guerra con el Imperio Seléucida iba a terminar favorablemente, y que quizás, el moriría teniendo que dirigir a sus ejércitos.
Una noche del verano egipcio, el todopoderoso hegemón dormitaba inquieto en su alcoba, pero, al igual que las últimas semanas, no llegaba a conciliar el sueño. De repente aparece en pleno desierto del Sahara desnudo, y una figura que viene sobrevolando cada vez más cerca de el desprotegido hombre toma forma antropidea: Horus mismo se le había aparecido al mortal.
-"Dime Ptolomeo, ¿has velado por la seguridad de las dos tierras?.
El faraón quedó petrificado ante el padre de Egipto y se arrodilló ante él.
-"Señor del cielo, único en las alturas. He pensado en Egipto, he luchado por él, he pasado noches sin dormir pensando en qué haré para que Egipto sea tan grandiosa como lo fue el imperio de Alejandro el grande. Dime, magnífico elevado, ¿por qué me castigan de esta forma cuando Egipto no ha parado de crecer desde que empezó mi reinado?[/i"] dijo el gran general Tjemaa (el nombre original de Ptolomeo).
-"Dime, gobernador de las tierras que he creado, ¿has pensado en tu sucesor? ¿Quién será? dijo el poderoso Horus.
-"Mi hijo mayor, por supuesto."
-¿Acaso crees que ese bueno para nada, agraciado por ningún dios y despilfarrador sin ambición puede gobernar las dos tierras, Tjemaa? No voy a permitir que destruya mi creación, o lo cambias tú, o lo cambio yo .
El faraón despertó con fiebre en su recámara, con fiebre de dudas y de temor.
Ptolomeo llevó varios días cuestionándose qué iba a hacer, era claro que Horus no iba a mentirle y que seguramente iba a quitarle a su hijo mayor Ptolemaios. Lo que dijo el halcón era cierto, Ptolemaios carecía de personalidad alguna para gobernar semejante imperio en crecimiento. Si bien era un hombre leal a sus causas y ciertamente influyente por su posición como heredero, no paró de cometer errores en los ámbitos políticos. Los cortesanos jamás van a olvidar aquellas vez que expresó públicamente que todos los cortesanos eran como sanguijuelas del estado y que cuando él fuese faraón iba a hacer que los cortesanos mayores vayan a trabajar al campo, los menores a la guerra (que era algo bastante común que el heredero olvidaba) y que iba a hacer que las cortesanas del harén fuesen a trabajar como prostitutas. Fue ahí, su primo Apolonio, un hombre un poco mayor que Ptolemaios, arregló la situación con carisma diciendo que Ptolemaios no iba a hacerlo realmente, y que lo dijo porque los gastos del estado habían subido un poco. Apolonio era todo lo opuesto a su primo, tenía una convicción natural en todo lo que hacía, y se estaba convirtiendo en un excelente general. Apolonio carecía de influencia totalmente, aquellos nobles que respetaban a Apolonio se podían contar con los dedos de una mano, además de deber dinero a unos terratenientes de Siria. Aunque a Apolonio le faltara poder, era un muchacho de 22 años con una vida por delante. Demostró siempre que él era un luchador y un vencedor ante todo lo que se proponía. Apolonio tenía una ambición innata, que generaba a un hombre valiente que hacía que hasta un pequeño campesino sin una pierna fuese a cazar leones. Era un luchador por el bien quien nunca se inclinó hacia el mal, protegió a aquellos que le dieron la espalda y defendió la injusticia siempre. Como general liberó siempre a los vencidos y recompensó a sus tropas. Si bien, su edad y su bravura lo hizo inclinarse hacia la influencia en los ámbitos militares, generando que la corte lo despreciara por ser un líder de masas y utópico, tachado de "bárbaro" y "poco delicado" para las acciones políticas, es seguro que el faraón podía ayudar a escalar esa posición política para pasar de ser un déspota tirano que no respeta a la aristocracia a ser un faraón amado y célebre.
Entonces, el todopoderoso Basileo de Egipto llamó a uno de sus escribas y redactó una carta decisiva a su sobrino Apolonio:
Querido Apolonio, hijo del honorable Aeto, que la gracia de Serapis esté siempre contigo, y que nunca te falte el pan. Aléjate del mal, y serás bendecido por Amón, sé prudente y no caigas en los vicios para que Isis, la reina de los dioses esté contigo. Procura caminar siempre en la luz de la verdad, sobrino amado, al igual que siempre lo hice yo; es que tú y yo somos muy parecidos Apolonio, bendecido por Seth. Querido sobrino, hay una oscuridad en el mundo creada por Neftis y debes evitarla: estudia, sobrino, estudia, el conocimiento nunca es suficiente para nosotros hijos de Horus. Tanta oscuridad me llevó a cuestionarme muchas cosas, y a buscar un destello de luz en esta desorientante perdición, cuestionarme por el futuro de aquello que más amo: Egipto. Esta creciente guerra con los Seleucidas me hace creer que hoy puedo estar aquí, sentado con una vela, en plena luna llena en Alejandría, pero mañana, o dentro de un mes, no lo sé. Por eso, Apolonio, te pido que si algún día dejo este mundo, y Anubis me lleva y me convierto en uno con él, quiero que tú seas Horus en La Tierra y que gobiernes mejor que lo que yo lo hice.
No temas, sobrino amado, aplastarás a todos tus enemigos y a todo aquél que se te imponga. Horus mismo te ha elegido querido príncipe heredero. Recuerda siempre a los dioses y agradéceles, ofréceles todo, porque ellos te pusieron donde estás, y ellos te llevarán a donde estarás. Cuando no esté, significa que tú serás el hombre más poderoso de Egipto.
Por este motivo, te nombro Toro Victorioso, Verdadero de Palabra y Dador de Vida. Tú eres el toro quien destruirá a nuestros enemigos mediante la espada o mediante la verdad y darás vida al nuevo imperio de Horus. ¡Alabado sea!
Vive, sobrino mío. Espero tus éxitos desde Alejandría, y te estará esperando tu reino.
-Tjemaa, Seherubitawy, Nebtameri-heqafemha.
El imperio se expande por toda la costa oriental del Mediterraneo, y por toda la costa occidental del Río Nilo. También cuenta con fuertes presencias militares a lo largo de todo el imperio. Los Seléucidas limitan con Egipto por todo el Norte y Noreste del imperio, pero no suponen una verdadera amenaza aún.
El faraón establece los siguientes puntos para mantener la estabilidad política, aumentar el desarrollo socioeconómico y vencer al Imperio Seléucida:
1- Abrir nuevas rutas comerciales con las ciudades-estado griegas, al igual que con la mayor cantidad de naciones que podamos.
2- Promover el crecimiento de los campos: aumentar la producción de los campos mediante reformas admnisitrativas de los mismos.
3- Mantener las fronteras con el Imperio Seléucida para luego contraatacar
4- Construir nuevas carreteras para centralizar todos los dominos del emperador
5- Construir nuevos mercados y puertos para ampliar las rutas comerciales
6- Construir nuevos edificios de ocio para aquellas ciudades de bajo orden público
7- Mantener un nivel impositivo acorde al orden público
Acá termina el capítulo I, que actuó como un prólogo para el comienzo de la acción. Espero que todos lo disfruten!
¡Buenas!, soy nuevo en el foro, pero llevo leyendo AAR's por un largo tiempo, y, últimamente leyendo un AAR de hace 11 años de Esparta me llevó a preguntarme ¿por qué no?.
El AAR se dará en el juego Medieval 2, con el mod Europa Barbarorum 2, mod que nos ubica en el periodo clásico, y que da más realismo y veracidad histórica que el Rome I (También tengo el II, pero la campaña es penosa). No estoy para nada familiarizado con el mod, y no juego una campaña del Medieval hace mucho tiempo, por lo que voy a pedir paciencia.
He elegido para esta campaña al Imperio Ptolemáico de Egipto, me parece que tiene un punto inicial interesante, un desarrollo literario fuerte y se puede dar de forma interesante la campaña.
CAPÍTULO I "Horus, el Señor del Cielo"
El faraón Ptolomeo, rey de las dos tierras se encontraba en Alejandría. La vida de la corte lo tenía estresado y gran parte de su día lo pasaba leyendo sobre administración para guiarse sobre una decisión. No concluía si la guerra con el Imperio Seléucida iba a terminar favorablemente, y que quizás, el moriría teniendo que dirigir a sus ejércitos.
Una noche del verano egipcio, el todopoderoso hegemón dormitaba inquieto en su alcoba, pero, al igual que las últimas semanas, no llegaba a conciliar el sueño. De repente aparece en pleno desierto del Sahara desnudo, y una figura que viene sobrevolando cada vez más cerca de el desprotegido hombre toma forma antropidea: Horus mismo se le había aparecido al mortal.
-"Dime Ptolomeo, ¿has velado por la seguridad de las dos tierras?.
El faraón quedó petrificado ante el padre de Egipto y se arrodilló ante él.
-"Señor del cielo, único en las alturas. He pensado en Egipto, he luchado por él, he pasado noches sin dormir pensando en qué haré para que Egipto sea tan grandiosa como lo fue el imperio de Alejandro el grande. Dime, magnífico elevado, ¿por qué me castigan de esta forma cuando Egipto no ha parado de crecer desde que empezó mi reinado?[/i"] dijo el gran general Tjemaa (el nombre original de Ptolomeo).
-"Dime, gobernador de las tierras que he creado, ¿has pensado en tu sucesor? ¿Quién será? dijo el poderoso Horus.
-"Mi hijo mayor, por supuesto."
-¿Acaso crees que ese bueno para nada, agraciado por ningún dios y despilfarrador sin ambición puede gobernar las dos tierras, Tjemaa? No voy a permitir que destruya mi creación, o lo cambias tú, o lo cambio yo .
El faraón despertó con fiebre en su recámara, con fiebre de dudas y de temor.
Ptolomeo llevó varios días cuestionándose qué iba a hacer, era claro que Horus no iba a mentirle y que seguramente iba a quitarle a su hijo mayor Ptolemaios. Lo que dijo el halcón era cierto, Ptolemaios carecía de personalidad alguna para gobernar semejante imperio en crecimiento. Si bien era un hombre leal a sus causas y ciertamente influyente por su posición como heredero, no paró de cometer errores en los ámbitos políticos. Los cortesanos jamás van a olvidar aquellas vez que expresó públicamente que todos los cortesanos eran como sanguijuelas del estado y que cuando él fuese faraón iba a hacer que los cortesanos mayores vayan a trabajar al campo, los menores a la guerra (que era algo bastante común que el heredero olvidaba) y que iba a hacer que las cortesanas del harén fuesen a trabajar como prostitutas. Fue ahí, su primo Apolonio, un hombre un poco mayor que Ptolemaios, arregló la situación con carisma diciendo que Ptolemaios no iba a hacerlo realmente, y que lo dijo porque los gastos del estado habían subido un poco. Apolonio era todo lo opuesto a su primo, tenía una convicción natural en todo lo que hacía, y se estaba convirtiendo en un excelente general. Apolonio carecía de influencia totalmente, aquellos nobles que respetaban a Apolonio se podían contar con los dedos de una mano, además de deber dinero a unos terratenientes de Siria. Aunque a Apolonio le faltara poder, era un muchacho de 22 años con una vida por delante. Demostró siempre que él era un luchador y un vencedor ante todo lo que se proponía. Apolonio tenía una ambición innata, que generaba a un hombre valiente que hacía que hasta un pequeño campesino sin una pierna fuese a cazar leones. Era un luchador por el bien quien nunca se inclinó hacia el mal, protegió a aquellos que le dieron la espalda y defendió la injusticia siempre. Como general liberó siempre a los vencidos y recompensó a sus tropas. Si bien, su edad y su bravura lo hizo inclinarse hacia la influencia en los ámbitos militares, generando que la corte lo despreciara por ser un líder de masas y utópico, tachado de "bárbaro" y "poco delicado" para las acciones políticas, es seguro que el faraón podía ayudar a escalar esa posición política para pasar de ser un déspota tirano que no respeta a la aristocracia a ser un faraón amado y célebre.
Entonces, el todopoderoso Basileo de Egipto llamó a uno de sus escribas y redactó una carta decisiva a su sobrino Apolonio:
Querido Apolonio, hijo del honorable Aeto, que la gracia de Serapis esté siempre contigo, y que nunca te falte el pan. Aléjate del mal, y serás bendecido por Amón, sé prudente y no caigas en los vicios para que Isis, la reina de los dioses esté contigo. Procura caminar siempre en la luz de la verdad, sobrino amado, al igual que siempre lo hice yo; es que tú y yo somos muy parecidos Apolonio, bendecido por Seth. Querido sobrino, hay una oscuridad en el mundo creada por Neftis y debes evitarla: estudia, sobrino, estudia, el conocimiento nunca es suficiente para nosotros hijos de Horus. Tanta oscuridad me llevó a cuestionarme muchas cosas, y a buscar un destello de luz en esta desorientante perdición, cuestionarme por el futuro de aquello que más amo: Egipto. Esta creciente guerra con los Seleucidas me hace creer que hoy puedo estar aquí, sentado con una vela, en plena luna llena en Alejandría, pero mañana, o dentro de un mes, no lo sé. Por eso, Apolonio, te pido que si algún día dejo este mundo, y Anubis me lleva y me convierto en uno con él, quiero que tú seas Horus en La Tierra y que gobiernes mejor que lo que yo lo hice.
No temas, sobrino amado, aplastarás a todos tus enemigos y a todo aquél que se te imponga. Horus mismo te ha elegido querido príncipe heredero. Recuerda siempre a los dioses y agradéceles, ofréceles todo, porque ellos te pusieron donde estás, y ellos te llevarán a donde estarás. Cuando no esté, significa que tú serás el hombre más poderoso de Egipto.
Por este motivo, te nombro Toro Victorioso, Verdadero de Palabra y Dador de Vida. Tú eres el toro quien destruirá a nuestros enemigos mediante la espada o mediante la verdad y darás vida al nuevo imperio de Horus. ¡Alabado sea!
Vive, sobrino mío. Espero tus éxitos desde Alejandría, y te estará esperando tu reino.
-Tjemaa, Seherubitawy, Nebtameri-heqafemha.
El imperio se expande por toda la costa oriental del Mediterraneo, y por toda la costa occidental del Río Nilo. También cuenta con fuertes presencias militares a lo largo de todo el imperio. Los Seléucidas limitan con Egipto por todo el Norte y Noreste del imperio, pero no suponen una verdadera amenaza aún.
El faraón establece los siguientes puntos para mantener la estabilidad política, aumentar el desarrollo socioeconómico y vencer al Imperio Seléucida:
1- Abrir nuevas rutas comerciales con las ciudades-estado griegas, al igual que con la mayor cantidad de naciones que podamos.
2- Promover el crecimiento de los campos: aumentar la producción de los campos mediante reformas admnisitrativas de los mismos.
3- Mantener las fronteras con el Imperio Seléucida para luego contraatacar
4- Construir nuevas carreteras para centralizar todos los dominos del emperador
5- Construir nuevos mercados y puertos para ampliar las rutas comerciales
6- Construir nuevos edificios de ocio para aquellas ciudades de bajo orden público
7- Mantener un nivel impositivo acorde al orden público
Acá termina el capítulo I, que actuó como un prólogo para el comienzo de la acción. Espero que todos lo disfruten!