Me gusta Europa Universalis IV, pero siento que muchas de sus mecánicas y componentes son demasiado abstractos. Me da la sensación de que tiene demasiadas variables (Legitimidad, Estabilidad, Prestigio, proyección de poder, etc.) que son difíciles de ligar mentalmente con cuestiones concretas de la gestión. Sé que se especifica claramente en el juego a qué cosas modifica cada variable, pero cada una de ellas afecta en forma de pequeñas variaciones a otras numerosas cosas muy diversas, se me hace como que se enreda mucho la mecánica.
Después tenés: tecnologías, ideas, tradiciones nacionales, ideas nacionales, ambición nacional, con una desbloqueás otras... no sé, parecen divisiones algo forzadas para darle complejidad al juego, y también forzadas y embrolladas sus interacciones. Me hace meter en un minijuego que me saca de la inmersión en la gestión pura y dura de un Estado.
Sé que todo esto último se basa en el sistema de puntos monárquicos, un recurso que también es inmaterial, y en las divisiones Diplomática, Administrativa y Militar entran cosas bastante heterogéneas. Y el juego así como está funciona, y funciona muy bien, y es entretenido. Los puntos monárquicos compensan a los Estados menores su debilidad material en relación con los más fuertes y permiten montar toda la estructura del juego.
Bueno, es la manera que tiene el juego de representar la evolución en las tecnologías e ideas.
No estoy desconociendo que en Europa Universalis tenés que producir cosas, comerciar, cobrar impuestos, hacer edificios y mover tropas, todas ocupaciones bien concretas de gestión de un Estado. También es cierto que tanto en EU4 como en Stellaris, y como en la mayoría de los juegos de Gran Estrategia, no somos un gobernante, sino una especie de entidad extraordinariamente poderosa que modifica cosas e ideas mientras pasa el tiempo.
Por supuesto, todos los juegos de Gran Estrategia incluyen variables o recursos abstractos para montarse sus mecánicas. Ahí tenemos a los Endless Space y al Endless Legend que usan la Influencia. Hasta el Rome II utiliza en su apartado político tres o cuatro componentes intangibles que se cuantifican. Y Stellaris también usa la Influencia, y próximamente agregará el recurso Unidad, y con éste se desbloquearán ideas que a su vez desbloquearán a otras... o sea, como en Europa Universalis IV.
El Victoria II, un juego complejo, de la generación anterior de Paradox, se me hace más materialista y concreto. Seguramente por su contexto histórico, y también porque se agregó menos contenido y mecánicas al juego posteriormente a su lanzamiento. Allí necesitás mejorar las comunicaciones y pum, tomá, acá te pongo ferrocarriles. Tenés que producir madera, después la podés procesar y hacés muebles. Tenés que juntar dinero con producción, comercio, impuestos y aranceles. La gente se enoja si no come, ves que no puede comprar bienes de consumo y está desempleada, forma un movimiento revolucionario. Claro que el Victoria II, que también tiene sus enredos, incluye elementos como el prestigio, algo muy intangible, que se gana con victorias militares, investigaciones y eventos. Pero no es lo que predomina. Bueno, ahora que lo pienso mientras escribo está también la Militancia y la Conciencia, pufff, madre mía... pero no voy a borrar todo lo que escribí hasta ahora, lo van a tener que leer
Tal vez esta red creciente de grupos de ideas y variables que cuantifican valores sociales, con las que hay que hacer acrobacia mientras se juega para mantener el equilibrio de nuestra entidad política, construyendo como un minijuego de abstracciones, sea la manera más simple de hacer evolucionar un juego de Gran Estrategia, centrado en lo macro, hacia algo más complejo. Tal vez si se profundiza en componentes más concretos, se cae más en la microgestión, en aspectos como la táctica o el recorrido y uso de bienes específicos, o quizá esto no sea necesario.
