Re: [AAR WIA] Por unos acres de nieve
Publicado: 09 Jun 2013, 00:47
Nuestro ejército:
Troupes de la marine
Las troupes de la marine vienen representadas en el juego como tropas regulares coloniales, aunque en realidad eran reclutadas en Francia y envidas a las colonias después de terminar su alistamiento. Imagino que se quiere representar que la mayoría llevaban en Nueva Francia años de experiencia.

Los infantes de marina eran los encargados de defender a los civiles y el comercio de Nueva Francia hasta 1755. Sirvieron en las fronteras de la Nueva Francia así como en los centros comerciales, y se organizaron en líneas similares a las de las compañías independientes británicas; sus destacamentos se organizaban en unidades del tamaño de una compañía. Los números dentro de las compañías estaban entre los 50-75 hombres. En 1750, había 30 compañías desplegadas en Nueva Francia. Hacia 1757, 64 compañías habían sido desplegadas en Quebec y Cap Breton, con otras 30 compañías destacadas en el territorio de Louisiana.
Los “marines”, a pesar de estar considerados como soldados regulares por la administración colonial, también tenían una considerable experiencia de combate en los bosques tras años de despliegue en la frontera. Esto se traduce en el juego con una mayor velocidad de desplazamiento, detección terreste y ocultación que los regulares franceses, pero menor fuego defensivo, disciplina, cohesión y asalto.
Troupes de la terre
En 1757 sólo habían sido enviados hacia Norteamérica 12 batallones (poco más de 6.000 hombres) de regulares franceses, conocidos como “troupes de terre”. 8 de los batallones sirvieron con Montcalm en Canadá y 4 fueron enviados a Louisbourg para reforzar sus defensas. Era habitual que los regulares franceses quisieran aprender tácticas de guerrilla utilizadas por la milicia y los indios de Canadá y, al igual que sus homólogos británicos, a menudo se unían a pequeños grupos de ataque para aprender las tácticas de los bosques.

Durante los primeros años de la guerra, los regulares franceses se comportaron muy bien en combate. La disciplina era muy buena; Montcalm citó tan sólo dos consejos de guerra durante el período entre 1756-58. Montcalm también elogió a la condición y el desempeño de sus tropas, describiendo el regimiento Royal-Roussillon como "bien abastecido y bien disciplinado”. Sin embargo, a medida que la estrategia francesa cambiaba a raíz del eficaz bloqueo naval británico los efectivos fueron cada vez buscando su propia suerte en Nueva Francia y la disciplina y la deserción se convirtieron en problemas mayores. El rendimiento
de los habituales franceses en la Batalla de las Llanuras de Abraham indica que la disciplina de fuego se había deteriorado notablemente. Sin embargo, los regulares franceses continuaron comportándose muy bien, sobre todo teniendo en cuenta que eran ampliamente superados en número por los británicos, sufrían de escasez de suministros y se hizo cada vez más patente que el conflicto mayor en Europa había recibía la atención y los recursos que ellos necesitaban.
Milícia canadiense
La milicia canadiense era una fuerza importante para los comandantes franceses. A diferencia de las tropas provinciales de las Trece Colonias, la milicia canadiense estaba preparada para la guerra. Montcalm, reconociendo, al parecer, su valor, describe en un fragmento a los canadienses como “soldados natos, desde los 16 años ... en tareas de milicia. Barqueros y buenos tiradores, cazadores ... destacan en la guerra de bosques y en las emboscadas”. Efectivamente, en esta campaña las milicias francesas son excelentes comparadas con las británicas.

A pesar de que los milicianos no estaban suficientemente capacitados para rechazar un ataque de tipo lineal a gran escala, eran más que competentes en la lucha en la naturaleza y en tareas de exploración. En Nueva Francia se les asignaba generalmente el papel de proteger fortalezas y puestos remotos, una práctica que también era común en las Trece Colonias. También se les daban tareas de flanqueo y exploración, ya sea individualmente o como parte de una columna regular más grande.
Los milicianos regresaban a casa después de cada temporada de campaña, y muchos hombres regresaban año tras año a la milicia a medida que la amenaza para la Nueva Francia iba en aumento. Las Trece Colonias proporcionaban un mayor número de soldados provinciales, pero no eran de la misma calidad que los milicianos canadienses.
Indios
Tanto Gran Bretaña y Francia solicitaron la lealtad de las numerosas tribus indígenas que vivían a lo largo de las fronteras de las colonias europeas en América del Norte. Los guerreros indios eran expertos combatientes forestales, sin igual en tareas de emboscada y exploración.

Su reputación como guerreros infundió temor en el corazón de civiles y soldados por igual. Un granadero británico destinado en las afueras de Quebec en 1759 dijo que "todos los granaderos cruzaron a la isla de Orleans ... los indios nos atacaron muy inteligentemente”. Pero los indios tenían fama de tener una predisposición a cambiar de bando según les interesara. Muchos guerreros indios desaparecían de una campaña si sentían que su bando estaba perdiendo o que había una mayor posibilidad de saqueo en otro lado de la frontera. Las tropas europeas tenían poca confianza en ellos y les criticaban por ser oportunistas y ponerse al servicio de la potencia más fuerte.
Por supuesto, esto era relativo, pues tanto Gran Bretaña como Francia también fueron oportunistas tratando de minar los tratados existentes entre el bando enemigo y sus aliados indios. En la batalla, los indios sobresalian a la hora de obtener información para sus comandantes europeos, así como preparando emboscadas. Sin embargo, cuando se enfrentan a una lucha de estilo continental en terreno abierto tendían a huir con facilidad. También carecían de la voluntad y de las habilidades de planificación para llevar a cabo el sitio de un pequeño fuerte, como atestigua la revuelta indígena de 1763 a 1764.
Los franceses tendían a ser más exitosos a la hora de ganarse la lealtad de los indios. Esto es debido en parte al hecho de que la presencia francesa en Norteamérica era menor que la británica. Muchos indios sólo entablaron relaciones con los comerciantes canadienses, a los que no consideraban unos instrusos que querían usurpar su territorio. Los colonos británicos, sin embargo, eran una población más grande que iba en busca de tierras, así como de oportunidades comerciales en las tierras indígenas a lo largo de la frontera. La tensión fue, por tanto, mayor.
Los franceses forjaron alianzas con cinco grandes tribus indias: los hurones, ottawas, wyandots, miamis y algonquinos. La principal alianza anglo-india era con miembros iroqueses de las Cinco Naciones (posteriormente seis) Iroquesas. Las cinco naciones originales era los oneidas, mohawks, senecas, onondagas y cayugas, y posteriormente se sumaron los tuscaroras.
En general ambos bandos tendían a aceptar a sus aliados indios como una necesidad, y trataron de moderar su comportamiento imponiendo duras sanciones por el incumplimiento de las órdenes. En 1757 tuvo lugar una situación característica cuando los indios aliados con los franceses mataron a un buen número de civiles británicos que se habían rendido en Fort William Henry. Los regulares franceses tuvieron que amenazar a sus aliados con violencia para detener la matanza. Algunos comandantes británicos detestaban utilizar aliados indios contra soldados europeos o civiles. Hacia el final de la guerra, cada vez se utilizaban métodos de combate más convencionales, y ambas partes confiaron menos en los servicios de los indios. De igual manera, después de la derrota francesa en Quebec en 1759, muchos indios decidieron abandonar el servicio francés temiendo represalias británicas en sus aldeas.
Todo esto se traduce en el juego en unos niveles altos de movimiento, detección terrestre y ocultación, pero en una baja disciplina, fuego ofensivo y cadencia de disparo. Además, son “saqueadores” que arrasan automáticamente cualquier depósito de suministros que encuentren y las áreas enemigas por las que pasan. La dificultad de aliarse con ellos y el “chaqueteo” a la hora de cambiarse de bando según les convenga está también reflejado en el juego, como veremos más adelante.
Coureurs des bois
Coureur des bois (literalmente, «corredor de los bosques») fue el término que se les dio a los primeros comerciantes de pieles en la colonia de la Nueva Francia a finales del siglo XVII y principios del XVIII, en general aventureros descendientes de los franceses que actuaban de forma individual y sin permiso de las autoridades francesas.

Los coureurs están envueltos de una aura romántica de vida en la naturaleza salvaje. Los coureurs aprendieron a desenvolverse en los bosques de manos de los indios (cómo ir en canoa, cazar, calzarse para andar en la nieve, etc.). Vestían el mismo tipo de pieles y comían la misma comida que los indios.
Los coureurs recorrían grandes distancias. Dejaban sus hogares en primavera con sus canoas cargadas de suministros y bienes para el comercio. Algunos de los coureurs des bois viajaban hasta 2.000 kilometros o más desde sus hogares. El suyo era un trabajo peligroso, por lo que a veces viajaban en grupos. Se necesitan unos a otros para remar, construir refugios y montar guardia. También tenían que conseguirse su propio alimento, cazando y pescando para poder comer a lo largo del camino.
Estas son unas excelentes unidades de guerrilla que debemos cuidar mucho y utilizarlas bien, pues no hay demasiadas. Tienen todas las ventajas de los indios junto a una mejor disciplina, cohesión, disparo y cadencia de disparo.
Troupes de la marine
Las troupes de la marine vienen representadas en el juego como tropas regulares coloniales, aunque en realidad eran reclutadas en Francia y envidas a las colonias después de terminar su alistamiento. Imagino que se quiere representar que la mayoría llevaban en Nueva Francia años de experiencia.

Los infantes de marina eran los encargados de defender a los civiles y el comercio de Nueva Francia hasta 1755. Sirvieron en las fronteras de la Nueva Francia así como en los centros comerciales, y se organizaron en líneas similares a las de las compañías independientes británicas; sus destacamentos se organizaban en unidades del tamaño de una compañía. Los números dentro de las compañías estaban entre los 50-75 hombres. En 1750, había 30 compañías desplegadas en Nueva Francia. Hacia 1757, 64 compañías habían sido desplegadas en Quebec y Cap Breton, con otras 30 compañías destacadas en el territorio de Louisiana.
Los “marines”, a pesar de estar considerados como soldados regulares por la administración colonial, también tenían una considerable experiencia de combate en los bosques tras años de despliegue en la frontera. Esto se traduce en el juego con una mayor velocidad de desplazamiento, detección terreste y ocultación que los regulares franceses, pero menor fuego defensivo, disciplina, cohesión y asalto.
Troupes de la terre
En 1757 sólo habían sido enviados hacia Norteamérica 12 batallones (poco más de 6.000 hombres) de regulares franceses, conocidos como “troupes de terre”. 8 de los batallones sirvieron con Montcalm en Canadá y 4 fueron enviados a Louisbourg para reforzar sus defensas. Era habitual que los regulares franceses quisieran aprender tácticas de guerrilla utilizadas por la milicia y los indios de Canadá y, al igual que sus homólogos británicos, a menudo se unían a pequeños grupos de ataque para aprender las tácticas de los bosques.

Durante los primeros años de la guerra, los regulares franceses se comportaron muy bien en combate. La disciplina era muy buena; Montcalm citó tan sólo dos consejos de guerra durante el período entre 1756-58. Montcalm también elogió a la condición y el desempeño de sus tropas, describiendo el regimiento Royal-Roussillon como "bien abastecido y bien disciplinado”. Sin embargo, a medida que la estrategia francesa cambiaba a raíz del eficaz bloqueo naval británico los efectivos fueron cada vez buscando su propia suerte en Nueva Francia y la disciplina y la deserción se convirtieron en problemas mayores. El rendimiento
de los habituales franceses en la Batalla de las Llanuras de Abraham indica que la disciplina de fuego se había deteriorado notablemente. Sin embargo, los regulares franceses continuaron comportándose muy bien, sobre todo teniendo en cuenta que eran ampliamente superados en número por los británicos, sufrían de escasez de suministros y se hizo cada vez más patente que el conflicto mayor en Europa había recibía la atención y los recursos que ellos necesitaban.
Milícia canadiense
La milicia canadiense era una fuerza importante para los comandantes franceses. A diferencia de las tropas provinciales de las Trece Colonias, la milicia canadiense estaba preparada para la guerra. Montcalm, reconociendo, al parecer, su valor, describe en un fragmento a los canadienses como “soldados natos, desde los 16 años ... en tareas de milicia. Barqueros y buenos tiradores, cazadores ... destacan en la guerra de bosques y en las emboscadas”. Efectivamente, en esta campaña las milicias francesas son excelentes comparadas con las británicas.

A pesar de que los milicianos no estaban suficientemente capacitados para rechazar un ataque de tipo lineal a gran escala, eran más que competentes en la lucha en la naturaleza y en tareas de exploración. En Nueva Francia se les asignaba generalmente el papel de proteger fortalezas y puestos remotos, una práctica que también era común en las Trece Colonias. También se les daban tareas de flanqueo y exploración, ya sea individualmente o como parte de una columna regular más grande.
Los milicianos regresaban a casa después de cada temporada de campaña, y muchos hombres regresaban año tras año a la milicia a medida que la amenaza para la Nueva Francia iba en aumento. Las Trece Colonias proporcionaban un mayor número de soldados provinciales, pero no eran de la misma calidad que los milicianos canadienses.
Indios
Tanto Gran Bretaña y Francia solicitaron la lealtad de las numerosas tribus indígenas que vivían a lo largo de las fronteras de las colonias europeas en América del Norte. Los guerreros indios eran expertos combatientes forestales, sin igual en tareas de emboscada y exploración.

Su reputación como guerreros infundió temor en el corazón de civiles y soldados por igual. Un granadero británico destinado en las afueras de Quebec en 1759 dijo que "todos los granaderos cruzaron a la isla de Orleans ... los indios nos atacaron muy inteligentemente”. Pero los indios tenían fama de tener una predisposición a cambiar de bando según les interesara. Muchos guerreros indios desaparecían de una campaña si sentían que su bando estaba perdiendo o que había una mayor posibilidad de saqueo en otro lado de la frontera. Las tropas europeas tenían poca confianza en ellos y les criticaban por ser oportunistas y ponerse al servicio de la potencia más fuerte.
Por supuesto, esto era relativo, pues tanto Gran Bretaña como Francia también fueron oportunistas tratando de minar los tratados existentes entre el bando enemigo y sus aliados indios. En la batalla, los indios sobresalian a la hora de obtener información para sus comandantes europeos, así como preparando emboscadas. Sin embargo, cuando se enfrentan a una lucha de estilo continental en terreno abierto tendían a huir con facilidad. También carecían de la voluntad y de las habilidades de planificación para llevar a cabo el sitio de un pequeño fuerte, como atestigua la revuelta indígena de 1763 a 1764.
Los franceses tendían a ser más exitosos a la hora de ganarse la lealtad de los indios. Esto es debido en parte al hecho de que la presencia francesa en Norteamérica era menor que la británica. Muchos indios sólo entablaron relaciones con los comerciantes canadienses, a los que no consideraban unos instrusos que querían usurpar su territorio. Los colonos británicos, sin embargo, eran una población más grande que iba en busca de tierras, así como de oportunidades comerciales en las tierras indígenas a lo largo de la frontera. La tensión fue, por tanto, mayor.
Los franceses forjaron alianzas con cinco grandes tribus indias: los hurones, ottawas, wyandots, miamis y algonquinos. La principal alianza anglo-india era con miembros iroqueses de las Cinco Naciones (posteriormente seis) Iroquesas. Las cinco naciones originales era los oneidas, mohawks, senecas, onondagas y cayugas, y posteriormente se sumaron los tuscaroras.
En general ambos bandos tendían a aceptar a sus aliados indios como una necesidad, y trataron de moderar su comportamiento imponiendo duras sanciones por el incumplimiento de las órdenes. En 1757 tuvo lugar una situación característica cuando los indios aliados con los franceses mataron a un buen número de civiles británicos que se habían rendido en Fort William Henry. Los regulares franceses tuvieron que amenazar a sus aliados con violencia para detener la matanza. Algunos comandantes británicos detestaban utilizar aliados indios contra soldados europeos o civiles. Hacia el final de la guerra, cada vez se utilizaban métodos de combate más convencionales, y ambas partes confiaron menos en los servicios de los indios. De igual manera, después de la derrota francesa en Quebec en 1759, muchos indios decidieron abandonar el servicio francés temiendo represalias británicas en sus aldeas.
Todo esto se traduce en el juego en unos niveles altos de movimiento, detección terrestre y ocultación, pero en una baja disciplina, fuego ofensivo y cadencia de disparo. Además, son “saqueadores” que arrasan automáticamente cualquier depósito de suministros que encuentren y las áreas enemigas por las que pasan. La dificultad de aliarse con ellos y el “chaqueteo” a la hora de cambiarse de bando según les convenga está también reflejado en el juego, como veremos más adelante.
Coureurs des bois
Coureur des bois (literalmente, «corredor de los bosques») fue el término que se les dio a los primeros comerciantes de pieles en la colonia de la Nueva Francia a finales del siglo XVII y principios del XVIII, en general aventureros descendientes de los franceses que actuaban de forma individual y sin permiso de las autoridades francesas.

Los coureurs están envueltos de una aura romántica de vida en la naturaleza salvaje. Los coureurs aprendieron a desenvolverse en los bosques de manos de los indios (cómo ir en canoa, cazar, calzarse para andar en la nieve, etc.). Vestían el mismo tipo de pieles y comían la misma comida que los indios.
Los coureurs recorrían grandes distancias. Dejaban sus hogares en primavera con sus canoas cargadas de suministros y bienes para el comercio. Algunos de los coureurs des bois viajaban hasta 2.000 kilometros o más desde sus hogares. El suyo era un trabajo peligroso, por lo que a veces viajaban en grupos. Se necesitan unos a otros para remar, construir refugios y montar guardia. También tenían que conseguirse su propio alimento, cazando y pescando para poder comer a lo largo del camino.
Estas son unas excelentes unidades de guerrilla que debemos cuidar mucho y utilizarlas bien, pues no hay demasiadas. Tienen todas las ventajas de los indios junto a una mejor disciplina, cohesión, disparo y cadencia de disparo.