3. REESTRUCTURANDO EL EJÉRCITO
Un hombre, vestido con una larga gabardina ocre mira desde una de las terrazas del Castillo de Braunfels. En su mano izquierda sujeta un informe que ojea de cuando en cuando y en su derecha una taza de café caliente. Da un largo sorbo y asiente, satisfecho por el trabajo de las últimas semanas y se adentra de nuevo en el interior.
Han pasado varias semanas desde que tomé el mando de Alemania y parece que los primeros resultados comienzan a llegar. Lo más importante ha sido la reestructuración del ejército, que se ha llevado sin demasiados problemas, aunque he tenido que ceder en algunos campos para aplacar las iras de afines al partido. Aún así, estoy bastante contento con el resultado final que analizaré más tarde.
Estas semanas, como decía, han sido bastante intensas en el apartado político, económico y con importantes decisiones que afectarán el futuro de nuestro país. Lo principal es la campaña política de afinidad a Alemania que hemos comenzado, aceptando multitud de acuerdos de comercio para mejorar nuestras relaciones, esto ha resultado en una economía saneada en la que disponemos de unas reservas en aumento.
En el departamento de inteligencia he dado unas instrucciones muy específicas para centrarnos en donde realmente interesa de cara al futuro. Por lo pronto nuestra prioridad será Austria, donde enviamos con máxima prioridad a todos los agentes disponibles con el objeto de generar discordia en el panorama político y al mismo tiempo aumentar el apoyo a nuestro partido. Si esta operación funciona, es más que posible que consigamos que el pueblo austriaco acepte ser parte del Reich en los próximos meses.
A mediados de enero tuve una reunión con Hjialmar Schacht, jefe de inteligencia, y pusimos en marcha la primera fase de la operación "Eisschild". No puedo dar más detalles por ahora, ya que es un proyecto de alto secreto, pero esperamos ver los primeros resultados en las próximas semanas, tan sólo adelantar que se trata de una operación en Ginebra (Suiza) y que podría acabar con el control total del país.
Centrándonos en política exterior, hemos redoblado esfuerzos para comenzar una agresiva campaña en USA de acercamiento al Eje. Este titan dormido nos interesa que esté cuanto más cercano a nosotros mejor, ya que dudo que pudiéramos, a fecha de hoy, hacer frente a una amenaza tan enorme. Otro golpe de efecto ha sido la reocupación del Rhin por parte de nuestras fuerzas. Tras la conversación con Von Fitsch le di instrucciones de que debíamos ocupar esa franja y demostrar a la Sociedad de Naciones que no íbamos a permitir que nos siguieran menospreciando. En cualquier caso, y para mantener los ojos de los franceses lejos de nuestras tropas, y darles una falsa sensación de seguridad, durante unos meses acantonaremos las tropas en una segunda línea, a unos 150 kilómetros de la línea Maginot.
Otro evento que me ha llamado la atención es el B.I.S., fundado en 1930 y del que somos miembros fundadores. Centrado en Suiza, este banco permite el intercambio de bienes manufacturados por dinero en efectivo lo que genera a su vez un impulso en la economía, algo que en estos momentos necesitamos. Así que vendemos el máximo permitido y nos beneficiamos de un proyecto en el que, he de admitir, influí mucho durante su creación en previsión de estos días.
Como indicaba al principio, la reestructuración del ejército se ha llevado sin demasiadas complicaciones. Intentaré ser lo más breve y conciso posible. Primariamente, en la reunión que tuve con Von Fitsch, le ordené movilizar todas las tropas hacia las regiones de Baviera y Baden, al sur del Reich, para realizar unas maniobras conjuntas y de carácter general. El general alarmado puso muchos impedimentos sobre todo porque dejaríamos nuestras fronteras desprotegidas, pero tras una breve conversación en el que le expliqué que nadie nos atacaría por el momento ya que aún estamos "derrotados" y que había que evaluar fielmente la capacidad de nuestras tropas, accedió.
Por lo que el grueso de nuestro ejército en las siguientes semanas se desplazó al sur de Alemania (movimientos que aprovechamos para reocupar el Rhin) y se organizaron por Cuerpos de Ejército. En estos momentos, cada Cuerpo de Ejército (AK en adelante) dispone de tres divisiones, a excepción del II. A.K, cuyas divisiones serán actualizadas en los próximos meses y por ello dispone de cinco en su estructura, y del I. PanzerKorps (PzK) que dispone de cinco divisiones entre blindados e infantería motorizada.
Si bien Von Fischt no tiene la menor idea, estas maniobras forman parte de la operación "Eisschild", así que es necesario disponer de las tropas cerca de la frontera Suiza sin levantar sospechas. Así que, pocos días después del despliegue, comenzamos una reestructuración de mandos, creación de cuarteles generales y, en definitiva, determinar un organigrama que sea operativo al menos entre las fuerzas terrestres.
Principalmente existe el OKH, comandado por Von Rundstedt, un general de gran capacidad y que desde ese mismo día estaría al mando del Cuartel General del Ejército (OKH). Obviamente a Von Fischt no le hizo gracia que le relevara del mando, pero tampoco podía hacer gran cosa más que mostrar su desacuerdo tímidamente.
Von Rundstedt al mando del OKH
Bajo las órdenes del OKH se despliegan dos Grupos de Ejércitos, el llamado Heeresgruppe A y el Besatzung Armee (del que hablaremos más adelante). El Heeresgruppe A será nuestra punta de lanza armada y se compondrá de las mejores tropas disponibles en el momento. Al frente dispongo a Von Manstein, un grandísimo general que ha demostrado incontables veces su valía, es hora de situarle donde merece. El I. Armee, comandado por Guderian, dispondrá del PzK y del II. A.K como tropas de asalto, mientras que el II. Armee, cuyo mando recae sobre Von Kluge, se compondrá principalmente de tropas de infantería. El III. Armee tendrá labores defensivas y de reserva por lo que el mando recayó sobre Henrici, un maestro de las triquiñuelas y asaltando fortalezas. De esta forma, se reorganizan los mandos de todas y cada una de las divisiones destacadas en las regiones más sureñas alemanas, más de 425.000 soldados que defenderán nuestros intereses y territorio.
El mismo día ordené relocalizar todas las tropas de guarnición a lo largo de los puertos del norte del Reich. Carece de sentido que haya una guarnición en Munich, por ejemplo, ya que donde hay que reforzar es en los puntos estratégicos de acceso a nuestra nación. Von Fischt no discutió demasiado y asintió mientras tomaba notas. Aproveché la oportunidad para comentarle la creación del Besatzung Armee, el ejército de defensa nacional. Se compondría por divisiones de reserva que protegerían los puertos del Reich. Estas divisiones se compondrían de dos brigadas de guarnición, una de artillería, una antiaérea y una de motocicletas de reconocimiento y dependerían directamente del Grupo de Ejércitos de Defensa Nacional.
Aprovechando la reunión expuse una idea que iría tomando forma durante las sucesivas semanas; dotar a nuestros Cuarteles Generales de efectividad real en combate. Para ello pondría en marcha un proyecto en el que se desplegase en cada Cuerpo una brigada de infantería, una de artillería, una antiaérea y una de ingenieros. De esta forma, cada cuerpo dispondría de seis divisiones reales de combate (las cinco destinadas + el Cuartel General). Una idea ambiciosa pero que puede resultar vital en futuras campañas por venir.
También dispuse otro proyecto a largo plazo en el que se crearía un Cuerpo específico de Asalto Urbano. Aún está por determinar su composición, pero sin duda requeriría de ingenieros y artillería superpesada, que ayudaría enormemente durante cualquier defensa urbana o llegado el caso, del asalto a una posición fuertemente defendida.
Por último, la creación de unas fuerzas móviles para el interior del territorio nacional compuestas por Caballería, Policía Militar y una brigada de reconocimiento, que organizaría el transporte de suministros y tendría capacidad de reacción ante cualquier levantamiento.