Re: [AAR CK2/Ironman] El Renacer del Fénix
Publicado: 06 Feb 2021, 16:42
CAPÍTULO 6: El avance continúa
Después de una pequeña pausa continuamos nuestra campaña. El último capítulo dejó todo el sector un poco 'patas arriba', con guerras y rebeliones por doquier. Dos noticias llegaron casi de manera consecutiva:
-Por un lado, nuestro pacto de no agresión con el sultanato de Alavid ha finalizado.
-Por otro lado, en un movimiento muy arriesgado, los alavíes se han decantado por declarar la guerra a su vecino del sureste; la satrapía de Tahirid.
Teniendo en cuenta que todos nuestros vecinos, en especial el Califato, están entretenidos en guerras o rebeliones, es hora de intentar dar un nuevo golpe de mano en la región. La presa más apetitosa es el mismo sultanato del cuál una vez formamos parte. Declaramos la guerra santa por la región de Jibal al sultanato chií Alavid.

Nuestras tropas avanzan sin problema a unos territorios muy mermados ya por la falta de milicias debido a las anteriores guerras. Vencemos a un ejército alaví a las afueras de su capital, mientras que aprovechando la orografía movemos a nuestras tropas rápidamente para asediar las provincias de nuestro rival.
Un poco más al sur, cansados de años de intolerancia e injusticias, varios cientos de campesinos, artesanos y personas de toda condición (todos ellos zoroastras) se levantan en el sultanato de Dulavid contra sus señores musulmanes. SIn duda los ecos de nuestra hazañas están llenando los corazones de muchos de esperanzas.

Tras algunos meses de asedio, nuestros exploradores nos informan de que los alavíes hana conseguido reunir algunas tropas y se dirigen hacia nosotros para romper el cerco y liberar su capital. Nos disponemos a enfrentarlos confiando en la buena disposición de nuestras tropas en el terreno y a los buenos indicadores militares de nuestros comandantes.
La batalla de Hashtgerd da comienzo...

Mientras los combates se suceden de forma encarnizada en los desiertos de la ladera sur de los montes Elburz, dos noticias nos llegan. Somos padre de un nuevo varón que nombramos Sadri; y una gran rebelión ha saltado en el corazón del mismo Califato. Nuestro antiguo vecino kurdo, que hace algunos meses fue derrotado y subyugado por el poderoso imperio árabe, se ha levantado en armas contra el califa. Más en el sur, todos los territorios árabes se han rebelado contra la autoridad califal.


La batalla de Hashtgerd finaliza tres horas después con una decisiva victoria por nuestro lado. La infantería ligera jugó un papel crucial. Mientras nuestras tropas terminan de ejecutar a heridos y rezagados que han quedado en el campo de batalla, uno de los oficiales se presenta con un prisionero. Resultó ser uno de los consejeros de nuestro rival; no tuvo tiempo de escapar, por lo que terminará en nuestras mazmorras.

Algunas semanas más tardes, tras perseguir a los restos de las fuerzas alavíes. Nos encontramos con ellas en la batalla de Lambsar, donde volvemos a aplastarlas.

Tras estos eventos, forzamos a nuestro rival a un vergonzoso tratado de paz donde ocupamos todas sus provincias. Unos pocos de rezagados alavíes huyen a la provincia de Mafasa, al sureste de nuestras posesiones, donde aprovechando la debilidad Tahirid, se hacen con la provincia como último bastión.
Volvemos a casa, el peso del estado cada vez es mayor. A pesar de ello, nuestra entrada triunfal en Tabaristán es recibida con júbilo por toda la población. Nuestras arcas están rebosantes, con más de 1700 monedas. Nuestro hijo mayor, de 16 años, ya está preparado para tomar responsabilidades administrativas en el pequeño 'reino' persa. En una ceremonia fastuosa, llena de pompa, nuestro líder proclama el comienzo de una nueva era de prosperidad. Donde Ahura Mazda vuelva a erigirse desde las montañas afganas del este, hasta el mar negro. Tras la ceremonia salimos convertido en Sátrapa.
(Explicación: he conseguido que nuestro personaje, que comieza como marzpan [conde] haya conseguido crear su propia satrapía [ducado])

Después de una pequeña pausa continuamos nuestra campaña. El último capítulo dejó todo el sector un poco 'patas arriba', con guerras y rebeliones por doquier. Dos noticias llegaron casi de manera consecutiva:
-Por un lado, nuestro pacto de no agresión con el sultanato de Alavid ha finalizado.
-Por otro lado, en un movimiento muy arriesgado, los alavíes se han decantado por declarar la guerra a su vecino del sureste; la satrapía de Tahirid.
Teniendo en cuenta que todos nuestros vecinos, en especial el Califato, están entretenidos en guerras o rebeliones, es hora de intentar dar un nuevo golpe de mano en la región. La presa más apetitosa es el mismo sultanato del cuál una vez formamos parte. Declaramos la guerra santa por la región de Jibal al sultanato chií Alavid.

Nuestras tropas avanzan sin problema a unos territorios muy mermados ya por la falta de milicias debido a las anteriores guerras. Vencemos a un ejército alaví a las afueras de su capital, mientras que aprovechando la orografía movemos a nuestras tropas rápidamente para asediar las provincias de nuestro rival.
Un poco más al sur, cansados de años de intolerancia e injusticias, varios cientos de campesinos, artesanos y personas de toda condición (todos ellos zoroastras) se levantan en el sultanato de Dulavid contra sus señores musulmanes. SIn duda los ecos de nuestra hazañas están llenando los corazones de muchos de esperanzas.

Tras algunos meses de asedio, nuestros exploradores nos informan de que los alavíes hana conseguido reunir algunas tropas y se dirigen hacia nosotros para romper el cerco y liberar su capital. Nos disponemos a enfrentarlos confiando en la buena disposición de nuestras tropas en el terreno y a los buenos indicadores militares de nuestros comandantes.
La batalla de Hashtgerd da comienzo...

Mientras los combates se suceden de forma encarnizada en los desiertos de la ladera sur de los montes Elburz, dos noticias nos llegan. Somos padre de un nuevo varón que nombramos Sadri; y una gran rebelión ha saltado en el corazón del mismo Califato. Nuestro antiguo vecino kurdo, que hace algunos meses fue derrotado y subyugado por el poderoso imperio árabe, se ha levantado en armas contra el califa. Más en el sur, todos los territorios árabes se han rebelado contra la autoridad califal.


La batalla de Hashtgerd finaliza tres horas después con una decisiva victoria por nuestro lado. La infantería ligera jugó un papel crucial. Mientras nuestras tropas terminan de ejecutar a heridos y rezagados que han quedado en el campo de batalla, uno de los oficiales se presenta con un prisionero. Resultó ser uno de los consejeros de nuestro rival; no tuvo tiempo de escapar, por lo que terminará en nuestras mazmorras.

Algunas semanas más tardes, tras perseguir a los restos de las fuerzas alavíes. Nos encontramos con ellas en la batalla de Lambsar, donde volvemos a aplastarlas.

Tras estos eventos, forzamos a nuestro rival a un vergonzoso tratado de paz donde ocupamos todas sus provincias. Unos pocos de rezagados alavíes huyen a la provincia de Mafasa, al sureste de nuestras posesiones, donde aprovechando la debilidad Tahirid, se hacen con la provincia como último bastión.
Volvemos a casa, el peso del estado cada vez es mayor. A pesar de ello, nuestra entrada triunfal en Tabaristán es recibida con júbilo por toda la población. Nuestras arcas están rebosantes, con más de 1700 monedas. Nuestro hijo mayor, de 16 años, ya está preparado para tomar responsabilidades administrativas en el pequeño 'reino' persa. En una ceremonia fastuosa, llena de pompa, nuestro líder proclama el comienzo de una nueva era de prosperidad. Donde Ahura Mazda vuelva a erigirse desde las montañas afganas del este, hasta el mar negro. Tras la ceremonia salimos convertido en Sátrapa.
(Explicación: he conseguido que nuestro personaje, que comieza como marzpan [conde] haya conseguido crear su propia satrapía [ducado])
