En 1501 fallece el Dogo Silvestro Memmo y sale elegido en el sorteo limpio, sin ninguna influencia externa, un nuevo Dogo que será el astuto y diplomático Pascuale Blazio (2/4/3).
El recién elegido Dogo Pascuale pone todo su empeño en cumplir una de las promesas realizadas a los burgueses en una de las Dietas celebradas en la ciudad de Venecia. Esta promesa consistía en aumentar el poder comercial de la República en uno de los principales centros comerciales del Mediterráneo, esto es, en Alejandría. Este centro comercial ha estado siempre dominado por los Mamelucos, mientras que el resto de potencias comerciales eran poco importantes. Pero a comienzos del año 1500 el Sultán otomano ha declarado la guerra a los mamelucos. Y este conflicto es la oportunidad que esperaba Venecia para incrementar su presencia en el comercio de Alejandría.
La retirada en esa parte del Mediterráneo de las naves otomanas o mamelucas que se dedican a proteger el comercio, ya que pueden ser atacadas, junto a los posibles embargos mutuos que se decretan ambos contendientes, hace posible que las neutrales naves venecianas (un total de 28 naves ligueras) consigan una cuota de mercado superior al 25 % (el 26% para ser exacto) en el Centro de Comercio de Alejandría que es el objetivo que se le prometió a los burgueses. Este éxito comercial hace posible que expertos mercaderes estén dispuestos a ser contratados por la República para servir al Dogo, y en concreto, el excelente mercader Avise Dolfin, una eminencia que, gracias a sus servicios, se incrementa la eficiencia comercial de la República y la investigación diplomática a un bajo costo económico.
Pero no todo van a ser buenas noticias.
En junio de 1504, desavenencias diplomáticas con Austria y otras decisiones tomadas por el Consejo de la Ciudad, hace que el prestigio de la República caída drásticamente.
**Nota: Os voy a contar la verdad, no tengo ni idea de qué ha pasado. En un descuido, he debido de tomar alguna decisión que ha hecho que mi nación pase de tener un prestigio de 10 positivos a 20 negativos. Y creo que ha sido por culpa de que Austria me ha solicitado unirme a una guerra y yo, por descuido, les he dicho que no. Menos mal que no se ha roto la alianza, pero es indudable de que la opinión de Austria sobre Venecia ha caído muchos puntos, así como el prestigio de Venecia.**
Esta situación de desprestigio influye negativamente en la moral de las tropas y en las relaciones diplomáticas con otros países, así como la lealtad de los distintos estamentos (clero, nobleza y burguesía).
El Dogo después de estudiar la situación actual, considera que la mejor manera de aumentar el prestigio de la República es conseguir una victoria militar ante una de las naciones rivales de Venecia.
Los rivales en este momento son Bohemia, Génova y Florencia. Bohemia se encuentra muy alejada territorialmente, lo cual complica mandar refuerzos y movimientos de tropas. Por otro lado, Génova tiene territorios limítrofes con Venecia que se podrían anexionar en caso de victoria y además, esos territorios producen elevados ingresos comerciales. Sin embargo, Génova está aliada con los Estados Pontificios y con el Reino de Aragón, teniendo este último un ejército terrestre a tener en cuenta. Pero el principal problema que plantea declarar una guerra a Génova es que el Sultán Otomano ha dado un aviso a la República de Venecia de que irá a la guerra contra ella si ataca a alguno de los estados vecinos del Imperio Otomano. Y da la casualidad de que Génova tiene posesiones en el Mar Negro que son colindantes con el turco, por lo que declarar la guerra a Génova supone que el sultán turco se una a la guerra contra Venecia, junto a Estados Pontificios y el Reino de Aragón... vamos una locura.
Y por último queda Florencia. Esta república sigue estando aliada con Saboya, Parma y Urbino. Han repuesto sus ejércitos desde la última guerra con Venecia, pero aún así, sus tropas son escasas. Apenas 25.000 tropas que, si bien son un ejército similar en número al ejército veneciano, sin embargo, al estar en ejércitos separados, hace que sean fáciles de derrotar individualmente.
Finalmente, el Dogo convence al Consejo de la Ciudad para que se declare la guerra a Florencia y sus aliados y que, para facilitar la victoria, se vuelva a contratar a la conocida Compañía Lombarda para que con sus 8.000 tropas refuerce al ejército veneciano.
El 18 de mayo de 1507 se manda un embajador a Florencia declarando la guerra a Florencia.
Ese mismo día, el general veneciano Ottavio Marcelo al frente de sus 26.000 tropas parte desde la ciudad fortaleza de Mantua, provincia limítrofe a Parma para sorprender a las tropas parmesanas. Tan rápida es su partida, que no le da tiempo al ejército mercenario de la Compañía Lombarda acudir a apoyarle en el combate. Apoyo que resulta no ser necesario. El general Ottavio Marcelo sorprende a las 6.000 tropas parmesanas que no estaban preparadas para el combate, derrotándolas completamente y poniendo sitio a la ciudad de Parma. Pocos días después, las tropas mercenarias se le unen para reforzar el asedio.
Mientras tanto, 12.000 tropas de Florencia han cruzado la frontera veneciana y están asediando la fortaleza de Ferrara que llevan ya varios meses de asedio.
El general Ottavio Marcelo decide levantar su asedio y acudir al socorro de la sitiada ciudad de Ferrara, seguido de cerca por la Compañía Lombarda. Pero cuando están llegando a Ferrara, las tropas florentinas advierten la presencia del ejército veneciano y huyen poniéndose a salvo en su territorio.
Sin embargo, el general veneciano decide seguir a los florentinos hasta su territorio para combatir contra ellos. Es cuando se descubre que la República de Urbino ha contratado un pequeño ejército de 4.000 tropas. Para evitar una nueva invasión del territorio veneciano, el general veneciano decide hacer un doble ataque. El grueso del ejército con 26.000 tropas atacará a las tropas florentinas en su capital, mientras que el ejército mercenario de la Compañía Lombarda (8.000 tropas), atacará Urbino.
Ambos enfrentamientos se decantan por el lado veneciano. Las tropas de Florencia y de Urbino son expulsadas de sus territorios y comienza el largo asedio de la capital de Florencia, asedio que se ve reforzado por las tropas mercenarias que han combatido en Urbino.
Mientras pasan los largos meses de asedio, llegan noticias de que tropas enemigas se están concentrando en la ciudad de Mantua para asediarla. Son tropas de Saboya, a las cuales se han unido los restos de los ejércitos florentino y de urbino que fueron derrotados. Sin embargo, los espías venecianos informan que este ejército enemigo posee poca artillería, por lo que el asedio de Mantua puede durar muchos meses más. Otra noticia de interés es la muerte del Dogo y la elección de su sucesor, mediante sorteo limpio, saliendo elegido Mosé Rovereto, un noble con excelentes dotes militares y que mantiene buenas relaciones con los capitanes mercenarios, lo cual es una ventaja a la hora de negociar su contratación.
El 29 de julio de 1508 y después de 265 días de asedio, la fortaleza de Florencia se rinde a las tropas venecianas. La fortaleza de Mantua aún resiste en su asedio por lo que las tropas venecianas se apresuran a ir en su ayuda.
El día 25 de agosto el ejército veneciano llega a Mantua y se enfrenta a los sitiadores. Sin embargo, mientras se combate, nuevos ejércitos de Saboya y de Urbino llegan al campo de batalla como refuerzo a los enemigos. Los combates se van alargando durante días, y por momentos, la moral de los soldados venecianos se ve comprometida. Ambas fuerzas están muy igualadas y después de más de 15 días de batalla, y por la mínima, los ejércitos enemigos se retiran de Mantua. Aunque las bajas de uno y otro lado no han sido muchas, la victoria veneciana ha sido por la mínima.
Al día siguiente de finalizar la batalla, los generales venecianos mandan dos mensajes a Venecia. Uno al Dogo para comunicarle de la victoria y que Mantua ha sido liberada. Otro al Consejo de la Ciudad para informar de que los ejércitos enemigos han reunido sus tropas bajo un único mando, por lo que es más difícil derrotarlos, lo cual hace necesario contratar más mercenarios para tener garantía de victoria. Ya que el Tesoro tiene suficientes fondos, la República contrata en Ferrara a la Banda Negra, con un total de 10.000 hombres.
Los nuevos refuerzos mercenarios hacen que las tropas venecianas sumen un total de 40.000 tropas. Tropas más que suficientes para enfrentarse a los restos de los ejércitos enemigos.
Durante los meses de noviembre y diciembre, los ejércitos venecianos se encuentran tomando la indefensa provincia de Arezzo, al este de Florencia, cuando se recibe noticias de que tropas florentinas, apoyadas por Saboya, intentan recuperar la posesión de su capital, Florencia bajo ocupación de Venecia.
Inmediatamente, todas las tropas venecianas (más de 40.000 hombres) se dirigen hacia Florencia para intentar derrotar definitivamente a las tropas enemigas. Éstas, ante la abrumadora inferioridad de sus ejércitos, consiguen retirarse a la cercana provincia de Pisa sin demasiadas bajas. Pero el general veneciano sigue tras ellos y diez días más tarde, los rodea en la provincia de Pisa sin escapatoria, ya que gran parte de la flota veneciana se encuentra bloqueando todos los puertos y los derrota totalmente.
Con esta última derrota y gran parte de las provincias de Florencia bajo ocupación de Venecia, los gobernantes florentinos no tienen otra salida de capitular y aceptar las condiciones impuestas por el vencedor que no son otras que ceder a Venecia las provincias de Florencia y Arezzo, aparte de una indemnización por reparaciones de guerra de 150 ducados.
Pero una vez terminada la guerra, el Dogo observa alarmado los elevados costes de mantener a tantos mercenarios activos debido a los escasos cuarteles. Mientras que las pagas a los ejércitos y mercenarios apenas han supuesto 14 ducados mensuales (8,01 a las tropas venecianas y 5,97 a los mercenarios), el sobre coste de mantener a tanta tropa ha supuesto la friolera cantidad de 17,61 ducados mensuales!!.
Inmediatamente se ordena la construcción de nuevos campamentos militares para reducir esos sobrecostes. Igualmente se ordena la construcción de nuevos Astilleros que permitirá minorar también el sobre coste de mantenimiento de las nuevas naves que se quieren construir en el corto plazo.
