TURNO 4
Semana del 10 al 17 de Julio, cuarta de la invasión y segunda del inicio de la operación Nibelungen, estamos agotados. Tras nuestros primeros avances y contacto con el enemigo nos sentíamos exultantes, pensábamos que ante nosotros se abrirían las puertas de Kiev, la magnífica y milenaria capital de Ucrania, pero no ha sido así. Los rusos se reproducen como setas y siempre hay una nueva posición fortificada que debemos conquistar.
Los Panzers del Panzergruppe de von Kleist no han descansado ni un momento desde que comenzó todo este infierno.
Nuestro objetivo continuaba siendo el enlace con los hombres del 11º Armee proveniente de Rumanía, con el que embolsaríamos un buen número de tropas soviéticas. No obstante el plan inicial de dos semanas para llevarlo a cabo se tornaba físicamente imposible, la infantería de von Shobert avanzaba lentamente y nosotros…. No mucho más rápido.
El ejército soviético de Ucrania no aceptaba un combate estándar y se replegaba ignominiosamente de todas sus posiciones, pero no estaban huyendo, no. Su plan era muy meditado y medido.
El Mariscal Bletchkov, lo mejorcito que tenía el sanguinario Stalin, no permitía ninguna maniobra envolvente clara, era desesperante. Justo cuando nuestras divisiones de infantería se apostaban para asaltar las posiciones soviéticas, estos ya habían desaparecido, por lo que el gasto inútil de munición en aquellos bombardeos vacios era exorbitante.
Nadie pensaba que esto fuera a ser el paseo que la propaganda del partido decía, sin embargo el ritmo era agotador, ni para comer nos deteníamos.
Nuestro siguiente combate no se iba a hacer esperar y ni mucho menos iba a ser tan gratificante como nuestra previa victoria contra la 49ª div acorazada soviética.
En esta ocasión la coordinación entre nosotros y la Luftwaffe brilló por su ausencia, no sería la última vez.
Nos acercábamos a una localidad llamada Lipovets, un pueblo agrícola rodeado de campos de trigo, el típico Koljost comunista de casas tristes y desanjeladas, pero que tenía algo de particular que lo hacía importante. En sus cercanías pasaba la línea férrea que se dirigía a Cherkassy.
En nuestro agotador avance pensábamos que nos enfrentaríamos a un grupo de fanáticos de la NKVD, ya que el frente ya había sido pulverizado de nuevo por los panzers. La realidad fue muy distinta. Esta vez no nos veríamos las caras con una solitaria división acorzada carente de apoyo, nos enfrentábamos a la 12 Div. Acorazada soviética apoyada por la 151 División de Rifles y un regimiento motorizado de reconocimiento, sin duda tropas de primera línea. Aquellos 20.000 hombres y más de 140 carros habían fortificado el área circundante a la perfección. Por fortuna el comandante del 8 cuerpo mecanizado soviético no era una lumbrera según teníamos entendido por lo que aprovechamos nuestra mayor ventaja, la maniobra.
Esperamos mas de dos horas la llegada de la Luftwaffe pero esta no se presentó, tuvimos que confiar en nuestra propia artillería y caímos sobre la 151 Div. de Infantería. Tras tres horas de duro combate la pusimos en fuga, mas de 2000 rusos cayeron frente ante nuestro ataque. Afortunadamente el comandante soviético no nos lanzó a todos sus tanques a la vez, por lo que les obligamos a retirarse, dejando a su merced a los desventurados soldados de infantería rusos.
286 hombres fueron el precio de nuestra victoria, aproximadamente 110 de ellos muertos. Apenas tuvimos tiempo de enterrarles.
Mis hombres pelearon como auténticos héroes, esta vez no tuvimos que lamentar ni una sola baja en nuestra 12 Kompanie, seguíamos siendo los afortunados de Hubert……
De cualquier modo no había oportunidad de detenerse si queríamos explotar el éxito, debíamos continuar presionando, por lo que nos dirigimos al siguiente objetivo.
La aldea de Progrevische, ese fue el lugar elegido por el jefe del 8ª Cuerpo mecanizado soviético para atrincherar a la 12ª Acorazada después de que salieran corriendo como ratas ante nuestro empuje.
Esta vez no estaríamos solos pues la Luftwafe hizo acto de presencia con un gruppen de bombarderos.
A la cabeza del ataque iban nuestros Stug III, el enfrentamiento apenas duró una hora y aquellos miserables volvieron a salir huyendo, esta vez la factura del carnicero no fue demasiado jugosa.
Los dos días siguientes tuvimos que consolidar el terreno ganado, arrasamos una base aérea soviética por el camino y nos vimos obligados a detenernos, nuestros vehículos apenas tenían combustible y nosotros apenas nos quedaban fuerzas para continuar.
Como no podía ser de otra manera, nosotros éramos la punta de lanza de todo el Heeresgruppe Sud, pero no habíamos podido alcanzar nuestros objetivos, sin duda la presencia de aquellas unidades en nuestro camino no era fruto de la casualidad, cada vez lo veíamos más claro, Bletchkov mantenía un plan claro de retrasar nuestras puntas de lanza aun a pesar de que arrolláramos todo lo que nos pusiera en nuestro camino. Al fin y al cabo, nosotros también somos hombres, hombres agotados.
Una vez nos detuvimos a la espera de suministros, nos empezaron a llegar noticias del resto del frente.
En el norte, los Fineses por fin de habían decido a atacar a sus viejos enemigos, pero su entusiasmo no era el de invierno del 39
El Herresgrupe Nord al parecer seguía degiriendo el enorme embolsamiento de unidades soviéticas que había conseguido, su avance era firme, pero seguro, según parece había unos planes muy concretos de cara al futuro, planes que tan solo conocía su comandante en jefe, el mariscal von Leeb.
El frente central al parecer iba a aglutinar todos los esfuerzos de la Wehrmacht, no sin razón nuestos enlaces de la luftwaffe se encontraban alarmados, ya que al inicio de la semana habían detectado grandes concentraciones motorizadas soviéticas en las líneas de avance alemanas.
El cruce del Dniepr iba a ser muy complicado y duro, sin duda. No obstante lo peor de todo iba a ser la dificultad en llevar el abastecimiento suficiente a las unidades del frente.
Los informes que nos llegaban eran contradictorios, sin embargo al parecer a todos nos alegró que Hoth se había abierto paso norte del Dvina y sus vanguardias apuntaban a Velikie Luki.
Al sur Guderian había derrotado a cuantas unidades le salian al paso y había atravesado el gran rio en torno a la ciudad de Zhlobin
Según parece incluso se había capturado la ciudad de mogilev con parte de su industria, sin duda, el mariscal Bletchkov se habrá llevado una desagradable sorpresa. De cualquier modo la batalla del Dniepr va a ser muy dura, sin lugar a dudas.
De cualquier modo, no nos engañemos, el balance de la semana no había sido excesivamente halagüeño, las bajas habían sido duras. Naturalmente las enemigas eran enormemente superiores, pero eso no nos tranquilizaba.
Querida Eva
Disculpa mi caligrafía y lo sucio del papel que te envío, llevamos varios días sin ducharnos y estamos agotados. De cualquier modo quiero que sepas que tanto mis muchachos como yo nos encontramos bien.
En tu última carta me ponías que la noche anterior habían sonado las sirenas, ¿cuántas veces tengo que decirte que os vayáis mi hermana y tu al campo?. Las grandes ciudades no van a ser destinos muy seguros los tiempos venideros y no puedo soportar la idea que te encuentres en peligro.
Cuídate mucho amor y reza por nuestros kameraden caídos, nuestra victoria esta cerca.