Empecemos a darle vidilla a esto...
En un tunel olvidado en la ladera del volcán de Abysia
Dos figuras cubiertas por túnicas negras descienden a las profundidades, sin prestar atención al calor creciente y los vapores nocivos que surgen entre las grietas. Una conversación apenas audible entre el ruido de las fumarolas y los quejidos del volcán durmiente se desarrolla entre ambas.
-Como puedes comprobar, mi querido aprendiz, los planes se desarrollan según lo previsto.- comenta la figura más alta, que carga un libro de grandes dimensiones, encuadernado en piel de salamandra y con chispas que recorren su cubierta.
-Así es, maestro. Tal como vos me adelantasteis hace meses, el circulo interno de la orden os apoya en pleno.-
Mientras bajan por el túnel, un rugido sube desde la oscuridad. Un rugido que no procede del volcán.
-Maestro, ¿estáis seguro de esto? Si el pueblo descubre el engaño, la orden estará condenada. El Culto a la Llama nos proclamará herejes, y todos seremos condenados al hielo eterno.- susurra la figura menor, con paso vacilante a medida que se acercan a la fuente de los rugidos.
-Ah Zalgo... ¿Acaso no tienes fé en los designios de aquellos que te aventajan en años y sabiduría?.- le responde mientras yergue los hombros, con la mirada puesta en la oscuridad - Debes entender que el engaño solo debe durar el tiempo suficiente para que la política de Abysia gire a nuestro favor. La bestia es solo un medio para que el pueblo crea en nosotros y en el futuro de Abysia.-
Por fin llegan a una sima, situándose sobre un saliente, casi al borde del abismo. Ambas figuras se asoman al precipicio, mientras la mayor de ellas sostiene el libro entre las manos, rodeada por un aura de fuego escarlata que la enmarca en la oscuridad. Un nuevo rugido ensordecedor le recibe en respuesta.
-No tengas dudas Zalgo. Todos tenemos un papel en esta comedia.-
Y antes de acabar las palabras, un empujón, un grito en la oscuridad, y el ruido de huesos astillados.
-El tuyo quizás más breve, pero no menos glorioso.- comenta la figura solitaria a la oscuridad - Contigo empieza una lluvia de sangre, que ahogará a nuestros enemigos, y traerá a los verdaderos dioses a nuestra realidad. Pero por ahora, que el pueblo crea en la bestia. Ya llegará el momento de quitarles la venda de los ojos.-
