Pues si, muy entretenida.
Os voy a hacer un resumen de como me fue a mi la partida. Escogí a EA TienChi porque ya los conocía de algunas partidas anteriores (una larga contra la IA y una muy corta en multiplayer) y quería explotar debidamente sus características. La más interesante es la tremenda variedad mágica de que disponen (prácticamente todo menos sangre) que te permite acceder a muchísimos hechizos tan solo tuneando ligeramente a tus magos.
Escogí escalas positivas en casi todo, con un dios dormido aunque potente, porque pensaba utilizarlo como SC cuando la partida ya estuviera mediada. Os lo presento tuneado a tope ya en el final de la partida:
Además de su tremenda cantidad de vida lleva fortuna a la provincia donde se encuentra y produce gemas. Completito.
Como bless escogí 4 tierra + 4 natura + 4 astral y así mis guerreros tenían regeneración, revigorización y resistencia mágica. Aunque mis sagrados aparentemente no eran gran cosa:
Sin embargo, si os fijáis, son resistentes a todos los elementos y además ambidiestros, con dos espadas una en cada mano, por lo que dan dos golpes por turno, algo fundamental en el principio de la partida cuando las tropas no son muy potentes o no están muy protegidas.
Mis magos principales eran los Celestial Master. Pena que solo se puedan reclutar en la capital:
Como veis, la variedad mágica es tremenda. Además no hay dos iguales, te puede salir uno de 3 Agua como de 3 Fuego o dos de cada o... En fin, que si te apañas, con tres de estos en un ejército, bien complementados, puedes lanzar de todo. Yo siempre procuraba llevar algunos.
Mis magos "de batalla" eran estos:
Como veis, no son gran cosa pero son MUY BARATOS y los puedes tener en cualquier castillo. Además son sagrados, así que los puedes usar de curas para rezar, levantar templos, bendecir en batalla, echar Sermon of Courage, etc, etc.
Así que con estos mimbres me lancé, lo primero, a expandir territorio. Pude avanzar bastante hasta que me topé con Hinnom al este, con Atlantis al norte (casi el único NAP que firmé; el otro fue con Jomon), con Pythium al oeste y con Yomi al sur.
Para esta fase, además de mis Guerreros de los Cinco Elementos, contaba con infantería pesada y carros:
Usé directamente infantería pesada en lugar de media porque la diferencia de precio no justificaba la diferencia en prestaciones. Estos tipos tienen una capacidad defensiva admirable y son muy duros de matar. Han sido la columna vertebral de mis ejércitos a lo largo de toda la partida. Para complementarlos, los carros son ideales: muy rápidos y con capacidad de
trample, son letales por los flancos. Aunque son caros y en fases avanzadas de la partida, con gigantes y superthugs por todas partes ya dejaron de ser útiles. Al final empecé a producirlos de nuevo porque avanzan dos casillas por turno y quería moverme rápido. A estos añadía algunos arqueros que, aunque caros, tienen buena puntería.
Una de las mejores cosas que encontré en esta primera fase de expansión fué una provincia con estos magos:
Unos magos de fuego estupendos. Con esa capacidad pueden lanzar Flares a saco desde las primeras fases y diezmar a un ejército indie antes de producirse algún contacto e invocar Fire Drakes desde casi los primeros turnos. Me han hecho un servicio excelente.
Además pude expandirme por las cuevas, ya que conseguí alcanzar una entrada antes que mis vecinos. Allí pude reclutar otra gente interesante:
Los Pale Ones son fuertes pero están muy mal protegidos. Sin embargo son baratísimos tanto en oro como en recursos así que puedes reclutar una masa ingente en un par de turnos. Los Troglodytes son caros en oro pero muy baratos en recursos y hacen
trample, así que son el equivalente subterráneo a los carros. Utilicé a ambos en las cuevas con buena fortuna, como ya veréis.
Una vez acabada la primera fase de expansión, tocaba atacar a alguien. Pythium era la que más provincias tenía y amenazaba con expandirse rápidamente así que convencí a Atlantis (que también estaba necesitado de provincias) y nos liamos con los romanos verdes. Afortunadamente le pillamos en el momento justo, ya que no había podido amasar una gran cantidad de tropas. Yo ataqué por el sur y el oeste de Pythium y Atlantis por el norte. Al mismo tiempo me fui por las cuevas con mi dios ya despierto y unos cuantos Troglodytes y Pale Ones para salirle a Pythium por el oeste también. En las cuevas dividí a mi ejército, mi dios y un poco de chaff por un lado y el resto por otro y nos hicimos con la mayor parte de ellas hasta salir por el otro lado.
Pythium se defendió como pudo pero estaba condenado. Pudo aguantar en plan bandolero con un ejército hasta llegar a las afueras de mi capital gracias a que movía antes y conseguía esquivar la persecución pero en cuanto pude cortarle la retirada y anticiparme a su movimiento se acabó. Después de perder su ejército principal solo era cuestión de pocos turnos.
La siguiente elección para la expansión fue Yomi. Me dirigí al sur con un par de potentes ejércitos que incluían nuevos sagrados:
Con mis Celestial Master podía convocar 20 o 30 de estos en un solo turno a cambio de gemas de agua de las que tenía muchas. Como podéis ver son duros de pelar y con el bless aún más peligrosos.
Yomi me ofreció un NAP a la desesperada en cuanto me vio acercarme pero claro, no acepté. Se batió bravamente y un par de Dai Onis que tenía me dieron auténticos problemas. Pero al final, doblándole en provincias, producción, dinero y gemas, acabó por claudicar.
El siguiente fue Niefelheim.
El Nota había estado muy tranquilo, investigando a tope y amasando Niefel Jarls bien equipados y gigantes de hielo. Le ataqué por sorpresa porque era la única dirección de expansión que tenía sin liarme con una guerra de exterminio. Al principio me fue bien pero cuando sacó a pasear los Jarls... jopé. Perdí ejércitos enteros y eso que los protegía con Winter Wards y le atacaba con fuego, Flaming Arrows (para entonces ya tenía una provincia con amazonas arqueras que costaban la mitad que los arqueros tienchinos y tenían la misma puntería) y toda la pesca. Hasta llevaba ya algunos Zmeys, unas bestias tremebundas:
En fin, que me estaba costando sangre, sudor y muchas lágrimas y eso que tenía a mi dios en Ulm, a tiro de piedra de Niefelheim, convocando a tope.
Al final me tuve que aliar con Jomon y cederle derechos sobre el sur de Niefelheim y tres o cuatro castillos suyos aunque la capital me la reservé yo por la sangre que me había costado.
Y poco más. Nada más acabar con Niefelheim pensaba atacar a Hinnom. Ya para entonces contaba con una buena cantidad de estos:
Producía uno por turno además de los Zmeys y los Golems, Wild Ettins, Tarrasques y demás que invocaba mi dios. Pero antes de poder atacarle (iba a pedir ayuda de Atlantis o Eriu y quizá Jomón) se pasó a la IA, me atacó con todo y precipitó las cosas.
El resto ya es historia...
