El día 1 de diciembre de 1567 se declara la guerra a Génova y sus aliados (Aragón, Siena y Estados Pontificios).
Los vasallos de Venecia (Corfú y Orden de San Juan) también se unen a la guerra junto a Venecia, aunque el peso de sus ejércitos terrestres no es significativo. Respecto a los aliados de Venecia: Túnez, reúsa unirse a la guerra, mientras que el otro aliado (el Emperador austríaco) sí que aceptaría unirse a la guerra, aunque el Dogo no solicita el apoyo de momento porque prefiere que sus ejércitos permanezcan en territorio austríaco atento a un posible movimiento del Imperio Otomano por el Este.
Nada más empezar la guerra, la flota veneciana que patrullaba el golfo de Génova en el Mar de Liguria, consigue sorprender a una flotilla de cuatro naves de Aragón, hundiendo tres y capturando una de ellas. Días más tarde, otra flota veneciana que se encargaba de actividades corsarias en el Mar Negro, también localiza a una flotilla enemiga, en este caso genovesa, a la cual ataca y consigue hundir una nave. La flota veneciana corsaria, a pesar de vencer en el enfrentamiento, sufre tantos daños, que se ve obligada a dirigirse al puerto de Creta para realizar las reparaciones.
Por otro lado, los ejércitos venecianos que estaban en la frontera con Génova, la cruzan para ocupar las provincias enemigas. Pero el ejército veneciano situado en la frontera con Siena, cuyo objetivo principal era destruir al ejército sienés, no consigue alcanzar a las tropas enemigas que han escapado para ponerse a salvo en territorios Papales. Ahora, a dichas tropas se les ha unido las tropas del Papa, y 23.000 tropas enemigas están amenazando territorio veneciano por el sur. No pinta nada bien.
En marzo del año siguiente, se va a producir una de las mayores batallas navales en las que va a participar la flota veneciana hasta la fecha. Durante los primeros meses del presente año, las flotas enemigas han podido reunirse y presentar una flota conjunta de 153 navíos que se van a enfrentar a la flota veneciana que estaba bloqueando los puertos genoveses con tan “sólo” 92 buques. Nada más trabar combate ambas flotas y después de los primeros combates, el almirante veneciano ordena una retirada ordenada hacia el puerto de Venecia ya que sabe que su flota es bastante inferior en número a la flota enemiga. Sin embargo el resultado es bastante satisfactorio para Venecia. Se ha logrado hundir 15 galeras enemigas frente a las pérdidas de tres galeras propias. Increíble. Posiblemente haya tenido que ver algo el resultado el uso de los nuevos tipos de naves (las galeazas) mejor armadas que las galeras de guerra.
Por otro lado, los ejércitos papales, apoyados por ejército de Siena, han atacado al ejército de 14.000 tropas que asediaban la capital de Siena, siendo estos últimos totalmente derrotados y masacrados.
Pero cuando ese mismo ejército de tropas sienesas y papales ocupan la provincia de Romana y otro ejército aragonés cruza territorio veneciano para asediar Ferrara, todas las alarmas saltan en la capital de Venecia.
El Dogo, que tras conquistar Cremona, ahora está sitiando la fortaleza de Parma, manda urgentemente una petición al Emperador para que, como aliado de Venecia, se una a su bando en el conflicto. La respuesta no se hace esperar. El Emperador, sin lugar a dudas complacido por la inestimable ayuda que prestó Venecia en la Guerra de Religión, acepta ponerse del lado del Dogo y manda un potente ejército de 47.000 tropas en ayuda de las tropas venecianas.
Las tropas del emperador entran en territorio veneciano dirección hacia la provincia de Ferrara donde ejércitos aragoneses y papales están sitiando su fortaleza. El ejército veneciano de 19.000 tropas que está situado en Verona aguarda pacientemente la llegada de las tropas austríacas para sumarse a ellos.
Los dos ejércitos aliados llegan a finales de mayo a Ferrara y se enfrentan sólo con el ejército de los Estados Papales (las tropas aragonesas se han retirado a tiempo), a las cuales derrota, liberando Ferrara del asedio.
Un mes después, a finales de junio, un nuevo enfrentamiento se produce en el Mar Egeo entre la flota veneciana y la flota genovesa, con victoria para el bando veneciano al conseguir hundir tres galeras genovesas.
En agosto, otro ejército aragonés es interceptado por tropas húngaras mientras cruzaban la frontera francesa para atacar territorio veneciano. El ejército húngaro supera ampliamente al aragonés, por lo que es de esperar que salga victorioso y haga retirarse a los aragoneses a su territorio. En septiembre, las tropas venecianas apoyadas por tropas del emperador que han recobrado el control de la provincia de Romana (que había sido tomada por el enemigo), cruzan la frontera con los Estados Papales y derrotan a un pequeño ejército situado en Urbino. Pero el premio gordo se va a conseguir a mitad de octubre cuando la flota veneciana descubre e intercepta cerca de Nápoles a gran parte de la flota de los Estados Papales y consigue capturar dos buques y hundir el resto, o sea 17, nada más y nada menos.
Mientras tanto, el Dogo, al frente de las principales tropas de Venecia y que ha conseguido tomar la provincia fortificada de Parma a finales de septiembre, lleva ya varios meses asediando la capital de Génova. El asedio se hace largo, porque la flota veneciana no está presente para bloquear el puerto de Génova, lo cual permite a los sitiados conseguir suministros. Sin embargo, desde octubre, toda la flota veneciana se sitúa frente a Génova y se produce el bloqueo total, por tierra y mar, de la ciudad de Génova.
Y ésta finalmente se rinde el día 1 de diciembre.
Inmediatamente, las tropas venecianas se dirigen hacia la vecina provincia de Albenga, última provincia de Génova pendiente de ocupar.
Y ahora se produce un hecho totalmente inesperado. Al estar todas las provincias genovesas bajo dominio militar de tropas venecianas, Génova están sufriendo una importante merma de su poder comercial, lo cual provoca que pierda la hegemonía en el Centro de Comercio de Génova, pasando a ser Venecia la principal potencia de ese Centro. Y esta circunstancia me permite conseguir la misión (repito, totalmente inesperada) de “Comercio italiano”:
Este logro otorga a Venecia reclamaciones permanentes en tres provincias que están en la península de Crimea y que pertenecen a Génova. Esa península está totalmente rodeada por el Imperio Otomano. A ver quién es el guapo que se mete en esa ratonera... No, no me interesan esas provincias. Sin embargo, la ganancia de poder diplomático, y sobre todo tener dos puntos más de mercantilismo, vienen fenomenales.
Durante los primeros meses de 1569, no se producen más enfrentamientos terrestres. Por el contrario, sí que hay otras batallas navales, siendo las más importantes las que se producen en el Estrecho de Mesina y en el Golfo de Venecia, donde se infringen importantes derrotas a las flotas enemigas.
Y finalmente, el 18 de junio de 1569, Génova se rinde a las pretensiones venecianas. No hay cesiones territoriales pero Génova reconoce la superioridad de Venecia y se compromete a entregar durante los próximos 10 años parte de sus ganancias para compensar a Venecia por los gastos de guerra.
