Roberbond escribió: ↑24 Nov 2019, 17:49Discrepo completamente. Partiendo de la idea de que las películas son ficciones
per se, y quitando algunos géneros específicos como puede ser el humor, creo que la mayoría de las veces se intenta que nos creamos lo que ocurre en la pantalla, y eso se consigue si nos parece "real". Eso no quita que existan licencias o directamente errores más o menos perdonables.
En el caso completo de
Midsommer (ojo, no leer si piensas verla)
Halsey escribió: ↑24 Nov 2019, 21:04El problema con los críticos profesionales es que saben tanto que su sensibilidad cinematográfica está ya por encima del común de los mortales. Así que para el común de los mortales muchas veces sus criticas y consejos son un perdida de tiempo.
Yo suelo leer las criticas profesionales pero no me fio de ellas demasiado, bajo mi personal puntos de vista, pocas veces funcionan para mi y sulen hacerlo mejor las criticas colegiadas de muchos usuarios anónimos como las de filmaffinity por ejemplo.
Así que yo no me atrevería a decir como Haplo que los criticos son basura, solo diría que la mayoría de sus criticas "son una perdida de tiempo para mi". Lo cual no obvia que puedan ser maravillosamente certeras a ojos de cinefilos bien educados y entendidos.
Respecto al segundo punto, estoy de acuerdo con Roberbond, sacando generos de por si irreales (fantasia, humor, ciencia ficción, etc), cuando un genero trata sobre el mundo "real", la verosimilitud es siempre un valor añadido y su falta una penalización que en algunos casos llega a echar al traste toda la película.
Interpreto el primer párrafo de tu mensaje como que los críticos analizan el cine como forma de arte, y como tal, su opinión interesa a la minoría del público a la que interesa la pintura, la escultura o la danza. Para "el común de los mortales" el cine es solamente entretenimiento y espectáculo, y en tal caso, claro, a uno no le gusta que le digan que eso por lo que uno está llorando de emoción (como el del vídeo de antes), eso de lo que uno se compra figuritas articuladas, eso que uno ve mientras charla con los amigos y mira el wassap, es cine-basura como el McDonalds es comida-basura. Y entonces viene la retahíla de lugares comunes sobre gente pedante, gente poser, gente que finge que le gusta lo que es imposible que le guste (ojo, no digo que en este hilo nadie haya reaccionado así, hablo en general).
A mí personalmente me interesan las dos vertientes: a veces veo algo ligero y entretenido y puede gustarme mucho (aun a sabiendas de que "objetivamente" sea malo, y de la misma forma que a veces me como un Big Mac y me quedo como dios; y también puede ser mero entretenimiento y ser cojonudo, por supuesto, o incluso ser un buen entretenimiento y además contar cosas importantes) o nada, y a veces veo algo sesudo y "profundo" y también puede gustarme mucho o nada. En cualquier caso, cuánto me guste no tiene absolutamente nada que ver con lo que opine ninguna otra persona, sea crítico o no; no quiero que parezca que hay que darle la razón a los críticos porque sí. Ahora, que a mí no me guste no significa que sea una mierda y se equivoquen un montón de señores que ven 15 películas a la semana (y algunas ni siquiera vienen de Hollywood, qué cosas) y que, mientras yo leo 15 ó 20 novelas al año, ellos leen 40 ó 50 ensayos sobre cine porque es su trabajo y su campo de "expertise".
En la mayoría de parcelas profesionales, casi nadie (salvo algún tonto, que hay en todas partes) discute a los expertos. Uno no le rebate al médico su diagnóstico, ni se pitorrea de los físicos teóricos, ni pontifica cómo debería haberse construido este puente, y etc. Sin embargo, por alguna razón, en un ataque de fe democrática supongo, en lo relativo al arte todos creemos llevar un erudito dentro, y todos nos hemos creído que "todo es cuestión de gustos" y que nuestra opinión vale exactamente lo mismo que la de cualquier profesional. Aunque podría haber puesto ejemplos de profesiones menos "exactas" he puesto esos porque no, el valor del arte no es "cuestión de gustos" ni todas las opiniones valen igual, ni los cuadros abstractos "podría pintarlos un niño de 5 años".
Sobre lo otro, os respondo a los dos: la credibilidad o versomilitud de una ficción se determina en función del contexto de la propia ficción, de ahí aquello de la "suspensión de la incredulidad". Lo que sería absurdo en el mundo real puede tener todo el sentido en el universo absurdo que crea un autor. En el 99% de las pelis de terror, por ejemplo, y dejando de lado que la amenaza, "el malo", suele ser inverosímil de por sí, si te guías por tu propio sentido común, llamas a la policía y la película se acaba a los veinte minutos. Caso aparte es el cine con una pretensión de realismo, de naturalismo si quieres; si te proponen eso, para ser coherente sí hay que contar cosas que parezcan reales, claro. Pero en la mayoría de casos hay un mayor o menor número de licencias o de saltos de fe en los que se espera la complicidad del espectador. Uno va al cine a dejarse engañar, porque el propio montaje ya es un engaño.