5 de septiembre de 1914.
Turno 6, ejército de tierra.
Informe de von Moltke al Káiser:
El nivel de suministros alemán cae drásticamente, desde un 90% al 30%, mientras que los franceses, más cerca de sus fuentes, siguen al 70%. Eso significa que tendré que adaptar mi ofensiva a este nuevo nivel de suministros. La semana 20, cuando llegue el invierno, caerá todavía más, a un 10% o 15%.
Para conseguir prolongar mi ofensiva con este nivel de suministros, he decidido mantener sobre vías férreas unos cuantos cuerpos de ejército; y tender una vía hasta el punto de la ofensiva. Cuando la punta de lanza se agote, la relevarán las reservas. La idea es, más o menos, que cuando a los buenos se les estén acabando las balas, llegue la caballería.
O sea, nada de mandar refuerzos a Prusia oriental, ni a ninguna otra parte. Tengo como reserva a un cuerpo de caballería y tres de infantería. Con un poco de suerte, podré sacar otros dos cuerpos de infantería de Prusia Oriental, forman allí la reserva táctica; pero París es tan importante, que gustosamente aceptaré una derrota en Prusia Oriental con tal de conquistarlo.
En el Frente Occidental, los británicos se retiran detrás del Somme. Prudente decisión, si no lo llegan a hacer, los cerco contra el mar (en el mapa aún no se les ve, el reconocimiento es pésimo).
Por otro lado, la semana anterior había terminado dos cercos, uno pequeño, de tres divisiones; y otro mayor, de seis divisiones de infantería, una de caballería y un HQ, todos ellos en perfecto estado. Lamentablemente, el final prematuro del turno impidió que acabase con ellos. Ahora, después de una semana sin baguettes, los franceses estarán más dispuestos a rendirse.
Y más al este del gran cerco, un hueco en las líneas francesas donde no parece haber sino un par de HQs. ¿Por qué no lo ha rellenado el mariscal Foch? Parece ser que los franceses tienen serios problemas de mando y control, han tenido que poner sus HQ en primera línea de fuego y muchos han sido atacados e incluso aniquilados. En estas condiciones, muchas de las tropas francesas apenas pueden hacer nada sino atrincherarse y resistir en el sitio, se les ha roto la cadena de mando (creo que incluso he destruido el HQ de Foch).
Puede verse también como yo tengo a todas mis unidades de ferrocarriles, e incluso los HQ de los ejércitos, trabajando para llevar la vía férrea hasta el punto crítico del frente. He decidido que atacaré París por el camino más recto, el tiempo se me echa encima. Incluso hay unas fichas claritas: son unidades de ferrocarriles austriacas, se las he cambiado al Emperador Francisco José por unos eficientes ingenieros alemanes. Total, los austriacos van a colocarse en disposición defensiva en casi todos los frentes, no necesitan reparar vías férreas.
En mi flanco izquierdo, tengo que detener la ofensiva, solo realizo ataques esporádicos, pero sin una voluntad real de avanzar. Aquí ha llegado la guerra de trincheras. Sin embargo, cerco la temible fortaleza de Verdún, he fracasado al intentar conquistarla frontalmente; no quiero dejar un saliente tan peligroso que separe mi flanco izquierdo de mi centro.
En los demás lugares de mi flanco izquierdo, comienza la guerra de trincheras.
Aquí, mi centro después de avanzar. El gran envolvimiento ha sido casi aniquilado (creo que finalmente sobrevivirá al turno alguna división francesa, solo para rendirse la semana siguiente). Se ve lo cerca que están mis ulanos de París, parece que solo esté defendida la capital por algunas divisiones francesas diezmadas (tienen 1 de ataque y 1 de defensa, cuando originalmente tenían 5 y 16, respectivamente). Pero seguramente los franceses reunirán ante su capital todo lo que tengan.
En Austria, los serbios intentan conquistar las fortalezas costeras de Cattaro y Ragusa, dos cuerpos austriacos traidos por ferrocarril frenan el avance serbio.
Y los ingenieros alemanes tienden puentes sobre el Danubio, y lo cruzan dos cuerpos de infantería y dos de caballería austriacos. Lamentablemente, aguas abajo de Belgrado, los márgenes del Danubio tenían acantilados y los ingenieros alemanes no lo tomaron en cuenta en sus planes (chapuzas, tenían que haber llamado a ingenieros españoles), y una parte de la pinza ha tenido que cruzar demasiado lejos. Confío en que los defensores de Belgrado se hayan quedado sin suministros. (Ya sé que había dicho que los austriacos no realizarían ninguna ofensiva, pero esta es pequeña y me hacía ilusión ver si me salía. Además, Belgrado vale 25 VPs).
Si los serbios no tienen reservas tácticas y estratégicas, su capital está perdida.
Aquí vemos la perspectiva general del ataque del segundo ejército ruso (el primero ha sido diezmado al norte). Emplearé el espacio para librar una defensa elástica. No me importa ceder terreno a los rusos, ya lo recuperaré luego; solo defenderé las fortalezas principales: Danzing, Koeningsberg, Thorn... Luego, cuando haya conquistado París o cuando se hayan establecido trincheras, trasladaré masivamente a mi caballería desde el frente occidental al oriental. Y entonces veremos unos bonitos cercos.
Por cierto, los alemanes tienen unas unidades "falsas", vacías, para despistar al reconocimiento ruso. La mitad de los soldados alemanes que véis en el mapa, en realidad no existen.
¿Qué más cosas? Ah, sí: la Entente ha conquistado Togo y Samoa. Pues bueno, pues muy bien. Se combate en el Yemen (creo que los británicos han atacado Yemen desde Adén sin mediar todavía declaración de guerra con Turquía. ¿O Yemen era independiente y aliado de los imperios centrales? La verdad, no me importa demasiado.
Este escenario es tan inmenso, que para que os hagáis idea, en la guerra árabe-israelí que estamos librando Igel y yo (bueno, él la libra y yo la sufro), él mueve unas doscientas veces (cada hex donde se entra, es un movimiento). En este último turno de la IGM, él ha realizado seis mil ochocientos movimientos. Y todavía no han entrado en guerra ni Turquía ni Italia.
Por cierto, debo rendir tributo a la caballerosidad y fair play de Igel. Cuando en el turno anterior yo le dije que las rondas de combate habían terminado abruptamente en la segunda, cuando llevaba un 20% de los combates, él generosamente me sugirió que volviese a jugar el turno, a ver si yo tenía mejor suerte.
He rechazado su ofrecimiento, porque hay que bregar con la buena y la mala suerte; pero Igel es digno de admiración. En cualquier otro momento, sería una oferta generosa; pero hacerla cuando le tenía atrapada su flota y con mis tropas avanzando hacia París... no conozco adjetivos para calificarlo. No sé si yo habría sido capaz de actuar igual.
Un gran adversario. Es un honor luchar contra él.