El que suscribe siempre ha tenido la siempre humilde opinión sobre tan aciagos tiempos (entiéndase, la IIWW que tanto nos colea por estos y por todos lares) de que aquello fue una dejación de unidad de acción frente a la monstruosidad de unos pocos (por favor, que lo reitero una y mil veces: se olviden aquí de parecidos y semejanzas que politicen el tema). La idea base sobre la que fuí formando mi opinión parte de los discursos y madejas churchillianas, muchas de ellas no compartidas por "migo mismamente", pero otras tantas sí, rotundamente y sin matizaciones en muchos de los casos.
Si a una mala bestia la dejas echar a andar en tierra de corderos, le pasas la mano por el lomo mientras te enseña el colmillo envalentonada, le dejas abrir lenguas a caricias de oídos de una sociedad dolida por derrotas ensañadas hacia sus viejas glorias prusianas y herida en lo más hondo por el ramalazo de los años 20 (sí, sí, la economía a partir de finales del XIX ya era "globalizada"), digo pues, que si a esa mala bestia no le das en el hocico... acabará mordiendo la mano que le meció la cuna.
Ayer tarde, precisamente, poco antes de que le metieran mano a mis muelas (literal y, junto al urólogo, supongo que la visita a un dentista abre este tipo de disquisiciones

) tomaba notas al margen (siempre llevo en los lomos de los libros un puñado de papelillos para apuntar) de una frase que me dio mucho que pensar: surgía de una buena mujer que se rascaba piojos mientras era trasladada a través de las líneas ferroviarias de Ucrania allá por el 42 en un vagón repleto de personas que sólo creían ser prisioneros de guerra, no ganado gaseable
Me gustaría compartirla:
"El día en que el fascismo esté convencido de su triunfo definitivo, el mundo se atragantará en sangre. Cuando el fascismo no encuentre más resistencia armada, nada contendrá ya a los verdugos de los niños, las mujeres y los viejos. Porque el ser humano es el gran enemigo del fascismo".
Vasili Grossman, en Vida y Destino
NOTA al margen: a la mujer la habían vapuleado física y sobre todo, anímicamente, los unos y los otros; los -ismos es lo que tienen
Así, "La dejadez de unos pocos y la falta de higadas de otros tantos, siempre suponen el daño de muchos miles...", donde esto es un silogismo inmutable y aristotélico que me sale de los mismísimos adentros, "useasé", que no tiene dos matices: sí, así y sólo así, es... por desgracia para los miles.
Jodidas guerras profilácticas... con lo fácil que es vacunarse antes de tener que dejar que te la claven por donde más duele
