El padre le hace un corte en la muñeca y se hace otro en la suya. Le mira a los ojos mientras juntan ambas heridas, la sangre mezclándose y cayendo sobre la hierba.

"-Hijo, prométeme que mientras vivas harás lo imposible por derrotar a Roma".

"-Padre, te lo juro".

Y así, en un precioso bosque de pinos, mientras chisporrotea una hoguera en una fría noche de Hispania, se sella el destino de los Barca.



Tal como prometí en su momento, sin juramento de sangre, aquí está el AAR.

PRÓLOGO: Sembrando el terreno

Entre los que se embarcaron en la expedición militar cartaginesa a Hispania el 238 A.C., liderada por Amílcar Barca, se encontraba su joven hijo Aníbal que por entonces tenía unos 8 años. Dicha expedición buscaba conseguir nuevos territorios y riquezas que compensaran las importantes pérdidas territoriales sufridas durante la contienda contra los romanos en la 1ª Guerra Púnica. La pérdida de esos territorios, sumada a la elevada suma de dinero que reclamaba Roma como indemnización de guerra y la revuelta – derrotada recientemente - de los mercenarios africanos al no ver satisfechas sus pagas, habían dejado a Cartago en prácticamente la bancarrota y era necesario buscar un nuevo enfoque estratégico que ayudara a sufragar los desajustes económicos que sacudían a la antaño poderosa ciudad africana.



Aníbal Barca iba a encontrar en Hispania un campo de entrenamiento ideal para curtirse en el arte de la guerra en los siguientes 18 años, adquiriendo muchos conocimientos tácticos prácticos al observar de primera mano las creativas estratagemas utilizadas por las tribus íberas para enfrentarse al poder militar cartaginés, así como las respuestas tácticas de su padre, en una lucha de hostigamiento y guerra de guerrillas que caracterizaría desde entonces las aventuras militares en Hispania.

Iberia, especialmente la Baética, era un territorio áspero que combinaba zonas boscosas con quebradas, sierras montañosas (Sierra Morena) y múltiples ríos y riachuelos, un paisaje idílico para las emboscadas y las tácticas de hostigamiento. La presencia de largos ríos que penetraban desde la costa hasta el interior facilitaba el tránsito comercial y alrededor de ellos habían ido surgiendo ricas poblaciones que los cartagineses no habían tardado en controlar. La costa hispana era muy fértil y presentaba una vitalidad comparable a la de otras regiones prósperas del Mediterráneo, producto de las ricas colonias que griegos y otras culturas habían ido levantando en los siglos anteriores. El incremento de la explotación minera que se produjo a raíz de la invasión cartaginesa a una escala nunca vista anteriormente en la región, es actualmente medible gracias a los restos de los posos minerales que han quedado fosilizados en los glaciares de la Antártida, que muestran que hubo una febril actividad desde el periodo que comprende la llegada de los cartagineses a Iberia hasta la posterior explotación de esos mismos yacimientos por parte de las autoridades romanas durante varios siglos cuando Hispania pasó a ser una provincia más de sus dominios.

El sur de Hispania era muy rica en yacimientos minerales y Cartago no tardó mucho en crear una densa red de explotaciones mineras que hincharon de plata y oro las arcas del tesoro cartaginés, riquezas que además permitieron fundar una serie de nuevas ciudades costeras para permitir el flujo comercial con la metrópolis, algunas de las cuales han perdurado hasta hoy, como Carthago Nova. La rapidez con que Cartago había hecho frente al pago impuesto por el Senado romano - la escandalosa cantidad para la época de 3.200 talentos - como indemnización por la reciente guerra, había dejado asombrados a los senadores romanos que empezaron a sentirse más preocupados ahora que después de la finalización de la 1ª Guerra Púnica ante el devenir de los acontecimientos que estaban teniendo lugar en tierras íberas. Era una demostración que Cartago había superado su maltrecha situación económica, que se había recuperado con nuevos bríos y apuntaba alto amenazando de nuevo el juego de poderes en el Mediterráneo.



La llegada de emisarios y de representantes de las ciudades costeras de la costa hispana solicitando la intervención romana ante el creciente poder cartaginés en Hispania, estaban empezando a alarmar a los romanos que comprendían demasiado bien lo que significaba el creciente poderío militar y económico de Cartago. Así que los romanos pusieron límites al avance expansionista cartaginés pero no podían hacer mucho más sin mostrar una hostilidad sospechosa.

Aquella mañana, bajo un sol que prometía una mañana calurosa y una calima que desprendía un fuerte olor a resina de pino, el campamento cartaginés que Amílcar había hecho levantar en territorio oretano cerca de la ciudad de Helike (actual Elche), se despertó rodeado por un ensordecedor griterío. La tribu de los oretanos, que rechazaban los intentos cartagineses por controlar la región, se habían levantado en armas y con ayuda de varias tribus vecinas (olcades y vetones) habían decidido atacar al ejército del general cartaginés aprovechando las primeras luces de la amanecida.

Durante los años de conquista del sur de Hispania los cartagineses habían tenido que enfrentarse a un gran número de tribus que usaban todo tipo de artimañas tácticas aprovechándose del sinuoso terreno hispano, utilizando para su provecho los montes, cañadas y bosques que salpicaban el territorio de la región de la Baética. Desde el inicio de la conquista cartaginesa el poder de su ejército se vio puesto a prueba continuamente por las tribus locales, pero la división política y territorial de las tribus hispanas que habitaban la zona dio pie a una rápida conquista en el que el hostigamiento y las emboscadas era la única manera que tenían los íberos de hacer frente a la amenaza cartaginesa.

Detrás del ejército cartaginés se encontraba un río que les cubría la espalda pero que a su vez podía acabar convirtiéndose en una trampa mortal. Los íberos habían traído consigo un gran número de carros repletos de madera tirados por bueyes y les habían prendido fuego. Los bueyes, aterrorizados por el fuego que lamía sus lomos, cargaron contra los cartagineses provocando un caos indescriptible en la filas de vanguardia. Detrás de los carros venía muy cerca la infantería íbera cargando contra los atropellados cartagineses que se daban a la fuga al no poder mantener la formación, hostigados además por una gran cantidad de dardos y flechas para incrementar el caos reinante. En la huida a través del río, Amílcar, cargado con el equipamiento y perseguido de cerca por los íberos, se ahoga. Triste final para un gran caudillo. Pastor de hombres guerreros y pesadilla de las legiones romanas en Sicilia, ve su carrera truncada inesperadamente en un río de poca importancia en un terreno inhóspito y perdido de la Baética.

Su hijo Aníbal ha sido testigo de la derrota pero en el proceso no ha perdido detalle de lo ocurrido, quedándosele grabados en la mente con fuego y sangre las tácticas íberas y el desarrollo de la batalla. En ese juego táctico de ataques y contraataques, triquiñuelas y uso del terreno Aníbal capta las esencias de lo fundamental, formándose como líder y táctico sin parangón, en silencio, curtido en esas tierras salvajes de Iberia. No es la última batalla que contemplará, justo es la primera de una gran lista de batallas por llegar. Desde que llegó con su padre a Iberia hasta el momento en el que toma la posesión del ejército cartaginés unos años después, su aprendizaje en el arte militar no cesa.



Para cuando toma el mando de las tropas cartaginesas en Iberia en el 221 A.C., después de la muerte de su cuñado Asdrúbal a manos de un esclavo, sólo tiene 25 años pero se ha labrado el respeto de sus tropas que ven en él los mejores rasgos de su padre. Es un líder aguerrido, experimentado después de años de guerra sucia en Iberia aunque su palmarés liderando un ejército es nulo, por el momento. Ahora dispone de un potente y profesional ejército curtido en decenas de batallas, muy experimentado, altamente fogueado, dispuesto a seguirle hasta donde haga falta. Pocos en Roma saben lo que se les viene encima.

Aunque la historia no lo dice, es en ese momento cuando empieza realmente la 2ª Guerra Púnica.

Un AAR de Haplo!! Voy corriendo

Calentando motores!!!, que tiemblen las visas!!, lastima que por el dia D se ha debido postponer su salida a la proxima semana???
Por fin la guerra para la que debio haberse hecho el AJE

Bufff... apenas sin tiempo para jugar, tendré que conformarme con leer cómo juegan los demás, lo cual, cuando de un AAR de Haplo se trata, es también un placer.

Enviado desde mi U9200E mediante Tapatalk

El autor, la época, el juego... Todo se junta para que no me pierda este AAR.

Pillando sitio

Silencio, que empieza!!!!

Año 219 A.C.



Año 219 A.C. Un año en apariencia tranquilo. En Hispania los cartagineses nombran a un tal Aníbal Barca como líder del ejército cartaginés que cuenta con unos 64.000 efectivos aproximadamente, mezclando gran número de tropas mercenarias hispanas, númidas y de la propia Cartago (libios). Junto a él se encuentran otros generales como su hermano Asdrúbal y su mano derecha Maharbal, el general númida al mando de la caballería cartaginesa – unos 11.500 efectivos compuestos por númidas e íberos. A diferencia de otros ejércitos, el cartaginés es uno donde la caballería tiene un papel muy importante para dar movilidad a las operaciones.



Poco se sabe de Aníbal en Roma excepto que es hijo de Amílcar Barca, que tanta guerra dio en Sicilia hará unas décadas en la 1ª Guerra Púnica, y que es muy joven (unos 25 años). El sistema de liderazgo militar difiere bastante entre Roma y Cartago – Roma escoge por votación a sus mandos militares mientras que Cartago sólo ratifica previamente los nombramientos propuestos – de manera que Aníbal no ha tenido demasiados problemas para que el senado cartaginés haya aprobado la moción propuesta por el propio ejército para que él ostente el mando en Hispania. La familia Barca es demasiado poderosa e influyente en esos momentos en Cartago y pocos osan plantar cara a quienes han vuelto a revitalizar la economía de la ciudad, cuyas arcas están rebosantes de dinero.



La situación en Cartago y Numidia es de tranquilidad. Lejos del campo de batalla de Hispania ambas regiones viven un gran momento gracias a las riquezas que los nuevos territorios íberos están aportándoles.



La vida en Roma mientras tanto es apacible, lejos del bullicio y el estruendo de las noticias que llegan esporádicamente sobre Hispania a través de los comerciantes que fondean en los puertos íberos. La República vive una situación estable en toda la península, así como en las islas de Sicilia, Córcega y Cerdeña donde la vida transcurre con total normalidad. La adquisición de las islas ha revitalizado el tráfico comercial naval de toda la zona y el puerto de Ostia, a poca distancia al noroeste de Roma, muestra una febril actividad mientras los estibadores descargan diariamente gran cantidad de grano y productos llegados de todos los puntos del Mediterráneo.



Roma vive pues un momento apacible y eso queda patente en el hecho de que el Senado ha aprobado los fondos necesarios para mantener operativa la modestísima cifra de 5 legiones, que es lo mínimo que consideran indispensable para defender todo el territorio romano vista la tranquilidad reinante. La I y la II legiones se encuentran en Roma junto con las legiones Ala de las ciudades peninsulares aliadas, bajo mando del Cónsul Marco Livio Salinator sobre el que ha recaído el control sobre territorio peninsular.

Adicionalmente Roma cuenta con un ejército urbano a cargo del Prefecto Urbi, un ejército de guarnición orientado a la defensa de la muralla y los puestos fortificados de la ciudad y que tiene claramente un papel más “policial” que de índole militar.



Los galos más belicosos de la Galia Cisalpina fueron pacificados recientemente en una campaña que duró 3 años (terminada en el 222 A.C.) y no ha habido revueltas ni demostraciones de violencia desde entonces, y mucho menos después de que los galos aprendieran en sus carnes cómo trata Roma a aquellos que se oponen al poder de las legiones. Los romanos han llegado a buenos términos con algunas tribus galas ubicadas en la región de Venetia y Athesis - que cuentan con unos 43.000 guerreros aproximadamente- estableciéndose tratados de paz y amistad. Roma castiga a los rebeldes pero tiende la mano a aquéllos que se someten.



El ejército del segundo cónsul electo, Lucio Amelio Paulo, cuenta con la III y IV legiones – además de las Ala de los socii – y se encuentra acuartelado en Brundisium, en la bota italiana, a punto de embarcarse para cruzar el Adriático y desembarcar en territorio Ilírico.



A pesar de la calma chicha que reina en gran parte de los territorios, la presencia de piratas ilíricos ha sido una lacra que lleva años actuando impunemente sobre el comercio en el Adriático y los romanos han decidido poner fin a estas operaciones furtivas. Aprovechando la larga y quebrada extensión de la costa Ilírica, con fondeaderos y calas naturales aptas para esconderse, los piratas ilíricos se están haciendo de oro a costa del fructífero comercio naval romano.



La flota romana en Brundisium está a cargo del Almirante Sexto Pomponio, que dispone bajo su mando de una potente flota compuesta por unos 350 buques entre barcos de transportes, quinquerremes y buques ligeros de guerra con unos 15.000 marineros, más que suficiente para transportar a los casi 30.000 legionarios a territorio ilírico. La principal base pirata se encuentra en la ciudad de Pharos, que cuenta con una buena fortificación y una guarnición importante, lo que implica que habrá que realizar un largo asedio. Es por eso que el ejército consular lleva consigo gran cantidad de impedimenta, que no será suficiente para realizar un largo asedio no obstante, con lo que será necesario que se realicen más idas y venidas con la flota para transportar suministros adicionales.

La V Legión junto con una legión Ala se encuentra en Sicilia, en la ciudad de Lilybaeum, bajo mando del Pretor Marco Amelio. Estas tropas tienen un papel de guarnición de la provincia y cuentan con unos 11.000 efectivos aproximadamente.



Siracusa es la ciudad más importante de Sicilia, una ciudad enorme, rica y potente que ostenta cierto nivel de independencia gracias a su alianza con Roma. Cuenta con sus propias tropas y una pequeña flota y no es extraño que incluso ofrezca tropas de apoyo a Roma para defender la isla. Las fortificaciones de Siracusa son impresionantes - de nivel 4 - lo que implica que un asedio tardaría mucho tiempo en conseguir algo positivo.

Resumiendo, Roma cuenta con unos 75.000 efectivos militares en todo su territorio, sin contar con las guarniciones locales y milicias ciudadanas. Es un mínimo adecuado para la situación de tranquilidad que experimentan los dominios romanos y nada hace presagiar que esto vaya a cambiar pronto. No obstante Aníbal tiene otra idea…

El líder cartaginés no tarda mucho en empezar a dejar claro que no piensa plegarse ante nadie ni ante nada. A raíz del rechazo continuado de la ciudad íbera de Sagunto a entrar en razón y aceptar el dominio cartaginés sobre el sudeste de Hispania, Aníbal decide que ha llegado el momento de asediar la ciudad y tomarla a la fuerza. Sagunto lleva años oponiéndose al poder cartaginés y, resguardados detrás de sus muros – nivel 2 -, su guarnición se niega a rendirse a los cartagineses. Aníbal, para acelerar el asedio, decide que marchará hacia Sagunto desde Carthago Nova con su ejército junto el de su hermano Asdrúbal pero siempre respetando la independencia del mando. Esta marcha tiene lugar mientras el Cónsul romano en Brundisium se embarca con sus tropas para atacar a los piratas ilíricos.

Sagunto, que ha recibido noticias del movimiento cartaginés, envía otra embajada con carácter urgente a Roma. Desoyendo las muchas señales de alarma que llegan de Hispania, resulta curioso que los romanos se embarquen en una guerra en Iliria contra los piratas, justo en la dirección contraria donde reside realmente el verdadero peligro. Porque nadie en Roma sabe quién es Aníbal y, a quienes les pudiera interesar, ese nombre no les dice nada ni les despierta temor alguno.

Todo está dispuesto para que empiece una de las contiendas más espectaculares de la Historia.

Vaya presentacion... , y como luce el juego en un escenario asi de amplio!!!, que ganas de anibalizar Italia!!!

Espectacular inicio! Gracias por currartelo tanto!
Todavía no has desvelado con que bando juegas no?? Espero que sea con los púnicos!
Es contra la IA o en PBEM?

Me juego mis letras verdes a que va a ponerse en las "clanclas" de Anibal

Suerte con el AAR, se le seguira con interes

219 A.C. - Sagunto

Antes de empezar os quiero avanzar que el año 219 A.C. no estará reportado mes a mes. Mi intención es hacer un AAR turno a turno pero hay años, como este 219 A.C, que es el preludio a la gran guerra en el que suceden pocas cosas y que, por tanto, resumiré en pocos reportes. Luego seguiré turno a turno porque la emoción, la tensión y los sucesos que acontecen dan mucho jugo. Creo que vais a disfrutar mucho con algunas cosas que tengo deparadas para este AAR.

Vamos al grano. En esta imagen podemos ver los objetivos romanos.



Como podéis ver los romanos no tienen más que defender su territorio, incluyendo las islas de Córcega, Cerdeña y Sicilia, para conseguir el número de puntos de victoria necesarios para ganar el escenario. En principio esto hace que las partidas PBEM sean muy duras para el jugador cartaginés ya que es él el que tiene que pasar a la acción. Es decir, al romano tomar las ciudades hispanas le supone un plus pero manteniendo el resto consigue los PV necesarios para ganar. De esto se ha hablado durante la fase beta y seguramente habrá algún cambio pero un jugador romano conservador tiene mucho ganado de inicio quedándose a la espera de lo que acontezca.



Aquí arriba vemos la pantalla de PV desde el punto de vista romano, esos son sus objetivos. Tengo dudas sobre lo que significan los números que hay en la columna PODER, donde se aprecia que por ejemplo, Cartago tiene un ratio de 67/16. No sé cómo se interpreta esto exactamente, es algo que no he preguntado. Entiendo que el 67 hace referencia al % respecto al 100% romano pero el 16 lo desconozco. Resumiendo, que Cartago tiene un 67% del potencial romano, por tanto bastante inferior, pero no sé muy bien qué es ese 16. Unidades no son porque los cartagineses tienen más. A ver si alguien me aclara el tema o si no lo preguntaré.

Bien, otra cosa que hay que comentar es el papel de una ciudad que tuvo una importancia relativa en la contienda.



Massalia por aquel entonces era una ciudad muy potente a nivel económico, con un puerto comercial ubicado en un lugar estratégico del Mediterráneo y enlazaba con varias ciudades de origen griego que se habían ido levantando por la costa hispana y de la Galia Narbonensis. Justamente la ruta que hay en la imagen es la que en teoría debe usar Aníbal para llegar a Italia. Inicialmente estas ciudades redondeadas empiezan siendo “amigas” tanto de Roma como de Cartago, en una especie de neutralidad que encaja bien con el perfil comercial de estas ciudades que basan su influencia en su atractivo económico, no en su capacidad militar.

Es momento de empezar a detallar los acontecimientos desde el lado cartaginés. Debo deciros que este escenario es muy estratégico y hay que tomar decisiones muy importantes que pueden dejarse sentir a largo plazo. Como el escenario es muy largo – más de 200 turnos – no se puede correr ni tampoco dormirse. Ya he explicado arriba que los romanos, para ganar, no tienen más que esperar a verlas venir así que los cartagineses necesitan dar cera a los romanos o si no la partida está perdida.



Aquí está la ventana de objetivos del cartaginés. Fijaros que por turno gana 8 PV, mientras que el romano gana 22 PV por turno. Fijaros que la mayoría de sus objetivos son los que están en la península italiana. De nuevo me pregunto cómo interpretar la columna PODER (147% de potencial pero ese 607 ni idea).

Vamos a Hispania. Aníbal decide mover al ejército de su hermano y al suyo hacia Sagunto para aunar esfuerzos y acelerar el asedio.



Se trata de un total de unos 64.000 hombres. Sagunto cuenta con fortificación de nivel 2 y es una ciudad rica, que genera muchos suministros. La primera decisión que tomo es reclutar refuerzos íberos y carros de suministros en Carthago Nova tal como veis en la imagen de aquí arriba, abajo a la izquierda. Los hispanos tienen un papel clave en este escenario y los cartagineses disponen de un pool de reclutamiento amplísimo, especialmente en Hispania.




Aquí arriba vemos el listado de unidades reclutables. Como podéis ver de unidades hispanas se pueden reclutar muchísimas (las de color verde). Las libias (númidas) son de color amarillo y las de la propia Cartago son de color rosado. Hay una enorme variedad de opciones que define muy bien el carácter multicultural de esta nación africana, que combina tropas de muchas provincias diferentes.

Es importante, de cara al asedio de Sagunto, echar un vistazo a las opciones de ámbito regional.



Los “trabajos de asedio” son muy importantes pero, a diferencia de otros que veis en la imagen, éstos se pierden. No estoy seguro si acaban volviendo con el paso del tiempo, diría que no. En todo caso es una decisión importante porque permite abrir una brecha casi de forma automática. Lo que no quiero hacer es correr, así que como tengo tiempo suficiente Aníbal y su hermano asediarán Sagunto sin usar ni por una vez esta opción. Quiero guardarme estas cartas para más adelante. Esta es una decisión importante, una de las muchas que este escenario obliga a tomar al jugador. Es algo que hace tan grande a este escenario.

A nivel político tengo dos opciones.



Atentos porque hay bastantes opciones que aparecen y desaparecen o que no vuelven a aparecer en algunos casos. La de la ceremonia a Baal-Amon se pierde si no se usa. Evidentemente no hay que tomarla si no la consideramos oportuna, algunas de ellas son interesantes en situaciones muy concretas. En este caso ambas decisiones disponibles son de momento innecesarias bajo mi punto de vista.

Algo que ya sabéis de anteriores juegos basados en el motor del AJE es que existen muchos lugares adicionales, como mercados y puertos comerciales, que añaden ingresos extras aleatorios a las arcas de cada jugador.



Aquí vemos que Hispania es una “mina” para los cartagineses. He jugado de romano varias veces durante la fase de betatesteo y si algo destaca es que los romanos tienen muchísimos ingresos porque tienen más territorio y ciudades más desarrolladas, lo que les da ya de por si unos ingresos espectaculares. En 218 y 217 A.C. me he encontrado jugando con Roma y teniendo un tesoro superior a los 2.000 denarios. A eso se suma las opciones que tiene el jugador de usar comerciantes y factorías, ingresos extras de casillas comerciales, ingresos extraordinarios, etc. No obstante el ingreso anual de los territorios es brutal, la República de Roma es muy rica. Como comentario, aunque tener tantos denarios en el tesoro puede parecer excesivo luego hay que recordar que, si Aníbal pega fuerte, la necesidad de construir legiones y reemplazos hará que ese tesoro vaya menguando de forma espectacular, así que ojo a los que os veáis animados a hacer un uso indiscriminado de tanto tesoro si jugáis como romanos.

Los cartagineses en cambio deben basar sus ingresos haciendo uso de tácticas algo más “creativas”. Hispania es muy rica pero en total los territorios bajo su control no tienen tanta base impositiva y por tanto los ingresos anuales no son tan grandes como los de los romanos.



Aquí vemos algo que se irá repitiendo esporádicamente: ingresos de los puertos mercantes como el de Gades, en Hispania, o el de la propia Cartago. A esto se suman reemplazos “gratis” de buques de transporte. Ya iremos teniendo tiempo de ver formas de conseguir dinero extra por parte cartaginesa.



Sagunto ya está asediada, ahora sólo falta esperar. Roma está centrada en luchar contra los piratas en el Adriático, así que las nuevas que llegan de Sagunto, aunque preocupantes, no parece que les esté afectando de momento demasiado.

Los cartagineses reciben voluntarios para milicia y tropas regulares africanas.



La producción de barcos también permite incrementar los reemplazos de buques de guerra.



Cartago tiene una flota ridícula porque después de la 1ª Guerra Púnica los romanos pusieron ciertas limitaciones, además de que gran parte de la flota de guerra se perdió durante la guerra. Esto implica que navalmente Cartago tiene poca relevancia pero el jugador puede cambiar eso si destina suficientes recursos para comprar una Flota de guerra potente que pueda hacer sombra a la romana. Es otra decisión que tiene que tomar el jugador cartaginés: ¿vale la pena destinar dinero y recursos en conseguir una flota competitiva? Os la vais a tener que hacer tarde o temprano…

Vamos con los romanos…



Este evento indica que Pharos, la ciudad que hay en Iliria y que es una base de “piratas”, debe caer antes del 218 A.C. o el prestigio de Roma se verá gravemente afectado. Es por eso que el ejército consular que estaba en Brundisium tenía órdenes de partir hacia allí.

Si la Flota romana ha partido se ha debido de encontrar con la mar algo revuelta…



Esta es la puntuación, sin muchos cambios ni novedades.



Aquí vemos la pantalla de compra de refuerzos y reemplazos.



Carthago Nova es un lugar clave y es ahí donde los cartagineses han centrado sus esfuerzos de reclutamiento iniciales. Puesto que suenan tambores de guerra y Aníbal debería partir de Hispania, es necesario que Asdrúbal cuente con tropas suficientes para defender esta provincia.