CAPITULO 6
29 de Enero de 1941
A-Alrededores de Derna.
La mañana del 29 de Enero encontró a las fuerzas de la 6º División Australiana en plena posesión de Derna y sus defensas, durante la noche habían caído los últimos bastiones que controlaban los accesos por la vía Balbia desde el norte.
La primera intención de O'Connor era que ahora la división avanzase por la carretera hacia Giovanni Berta, pero los italianos no iban a permitirlo, desde primeras horas estaban avanzando a sus fuerzas hacia Derna y pronto entablaron combate con los zapadores y una compañía AT que estaban situados al suroeste del pueblo.
Los batallones australianos y los soldados del Chesire no pudieron recuperar fatiga de los combates nocturnos y tuvieron que reorientarse y desplegarse bajo fuego artillero para rechazar al enemigo y mantener Derna bajo control.
Por la mañana la infantería italiana avanzó decidida para retomar Derna
Los hombres de McCKay se desplegaron formando un semicirculo alrededor de la zona por la que los transalpinos intentaban llegar a la ciudad, para cortar cualquier vía de penetración, los italianos avanzaron con tanto brío que fue casi temerario, los batallones australianos, situados a la defensiva les causaron graves bajas en cada intercambio de fuego que se produjo.
Despliegue de la 6º Div. Australiana, 09:00 H
Llegó el turno de defender para los australianos, soldados de la 19º Brigada baten al enemigo con fuego de ametralladora
Algo más al sur, las fuerzas del general Russell se habían atrincherado y permanecían en sus posiciones intentando recuperarse. Al alba un batallón de Bersaglieri que se había acercado al amparo de la oscuridad lanzó un ataque contra las posiciones, pero ahora que los británicos estaban concentrados y apoyados por la artillería los rechazaron con fuertes bajas.
Este fue el primer y último ataque contra sus posiciones durante el 29, y la mayoría de la tropa se dedicó el resto del día a descansar cuando el fuego artillero enemigo lo permitía.
Las fuerzas de Russell recibieron el día 29 un descanso muy merecido que llegó a poco
El 7º Batallón, que había llevado la peor parte en el asalto a los fuertes del día anterior y cuyos hombres estaban muy fatigados, se dividió en compañías que fueron enviadas a proteger el pueblo y sus accesos.
El intento italiano de hacer brecha para recuperar Derna se produjó por el sur de la localidad, el 18º Batallón Libio y el 62º Batallón de infantería italiana decidieron cruzar la vía Balbia y retomar los fuertes que dominaban la carretera. Estas posiciones estaban defendidas por una compañía de zapadores australianos, y al norte de los mismos estaba desplegada la infantería del 8º Batallón que se resguardaba en pozos de tirador improvisados.
La aproximación a los fuertes por terreno descubierto, que el día anterior había costado tantas vidas a la 6º División ahora la tuvieron que afrontar los italianos, era un campo de tiro perfecto y los zapadores guiaron con precisión a la artillería divisional.
Los 25 pulgadas de la artillería divisional diezmaron a la infantería italiana que intentaba penetrar en Derna.
El intento italiano fue valeroso pero terminó en desastre, el 8º Batallón del general Robinson tenía un excelente campo de tiro y durante casi dos horas de combate sus hombres tuvieron una gran oportunidad para causar bajas devastadoras al enemigo. La infantería italiana apenas podía avanzar sin tener que echarse cuerpo a tierra de forma inmediata, no había donde guarecerse y los impactos de la artillería cubrieron de polvo el campo de batalla.
El 8º Batallón, a la defensiva, masacró a los italianos
Mientras los italianos y libios porfiaban en su ataque por detrás de ellos sus camaradas flaqueaban y, desmoralizados, se retiraron dejando su retaguardia expuesta.
McCkay ordenó al Regimiento de Chesire avanzar en el hueco que se había producido para de esta forma flanquear el ataque y dejar al enemigo entre dos fuegos.
La maniobra tuvo éxito y cuando los italianos se dieron cuenta de que habían sido rodeados, su ataque se vino abajo y cundió el pánico. Por más que intentaron retroceder, ya era demasiado tarde.
Las fuerzas imperiales, visto el desorden del enemigo, comenzaron una serie de asaltos desde direcciones opuestas que terminaron con la rendición o eliminación de las fuerzas del eje.
Ni un solo hombre de los dos batallones que habían intentado el asalto pudo regresar a sus líneas, fue el fin de cualquier intento italiano por recuperar Derna.
Eliminación de los batallones que intentaron recuperar Derna
Los últimos italianos se rinden en las afueras de Derna
A las 15H las últimas tropas italianas se habían rendido y las patrullas de exploración de Russell informaban de que, ahora si, los italianos se retiraban de Derna en desorden hacia el oeste con la mayoría de sus unidades rotas y desorganizadas.
La sexta división comenzó a avanzar en su persecución y O' Connor le pidió a Russell que intentase cerrarle el paso al enemigo para embolsarlo, a tal fin ello destacó al 4º Batallón Australiano que era el que estaba en mejor condición de combate.
Durante las últimas horas de la tarde y las primeras de la noche la infantería de la 6º División intento detener la retirada enemiga, a pesar de destruir alguna unidad no tuvieron éxito en su empeño, la distancia a cubrir era demasiado grande y varias unidades italianas consiguieron filtrarse y escapar a su retaguardia.
Situación a última hora de la tarde
Al caer la noche se podía decir que Derna ya estaba firmemente en manos del imperio Británico, el descoordinado intento italiano de retomar la localidad costera había terminado en un sonoro fracaso y el día 30 lo que estaría en juego sería la capacidad de las restantes fuerzas coloniales italianas para retirarse con éxito.
B-La lucha por los cruces de carreteras.
Con la amanecida del día 30 los zapadores habían abierto un paso en los campos minados y así se obtuvo un paso franqueable para que las tropas de apoyo de la 7º División Acorazada, mandadas por el general Gott, entrasen dentro del dispositivo fortificado de las defensas enemigas.
Zapadores británicos limpiaron los caminos de acceso al sector de los cruces
Acto seguido comenzó el avance, Gott contaba con dos batallones de infantería, dos compañías de zapadores de combate y un par de baterías antitanque. Gozaba también del apoyo de tres baterías de artillería de 25 pulgadas.
A mayores de estas tropas británicas, Gott contaba con dos compañías de infantes de marina de las fuerzas de la Francia libre del general de Gaulle, los franceses estaban muy a retaguardia ya que los británicos los habían situado en último lugar en la prioridad para recibir combustible y realmente estaban avanzando a pie a pesar de ser una unidad motorizada. Esto había generado malestar en la tropa francesa y su oficialidad, el mayor Lachenal sentía que los ingleses les hacían de menos y que se dudaba de su valor combativo.
Situación al amanecer, ruta prevista para el ataque del Grupo de apoyo de Gott
Los británicos tomaron las trincheras abandonadas y cuando se preparaban para avanzar hizo acto de presencia un batallón italiano en camiones que venía a recuperar las posiciones.
Una batería antitanque estaba ya emplazada y comenzó a disparar sobre los desprevenidos italianos, prendiendo fuego a varios camiones y matando a muchos, los transalpinos se desperdigaron sobre el terreno desorientados. El 2º Batallón del Principe consorte, una de las unidades de elite británicas, arremetió contra ellos sin darles tiempo a rehacerse y consiguió ponerles en fuga.
La primera unidad que se interpuso entre el 2º Batallón del principe consorte y el objetivo fue atacado con máxima furia
En este momento de la batalla, mientras los italianos lanzaban su ataque sobre Derna, el General italiano Tellera cometió el error que debe evitar todo oficial, sobrereaccionar.
Quiso retomar Derna y enviar a los hombres de la división Sabratha a reforzar este ataque, fue un error de bulto.
Primero, los hombres de la Sabratha no llegarían a tiempo para participar en la ofensiva, aún en el caso de que esta hubiese tenido éxito. Y en segundo lugar para hacerlo desguarneció los cruces de carreteras que suponían la vía de desplazamiento alternativa a la vía Balbía, con lo cual dejó abiertas las dos puertas de avance más allá de Derna, regalo que los británicos no iban a desaprovechar, además arrojó a sus tropas más frescas en la tierra de nadie del desierto, donde los carros de la 4º Brigada acorazada de Caunter pudieron diezmarlos aprovechando su mayor movilidad y potencia de fuego.
Eso y no otra cosa fue lo que hicieron los blindados, desde el amanecer estaban en marcha patrullando las cercanías de las carreteras, escondiendose en las depresiones y acechando a la infantería y a las baterías italianas en movimiento.
Los infantes italianos carecían de armamento antitanque y eran presa fácil para las ametralladoras de los Mark VI y los Cruiser que segaban sus filas a distancia.
Eliminados los blindados italianos el día 27, ahora los pequeños Mark VI dominaban las arenas del desierto donde hostigaban a las columnas italianas golpeando y desapareciendo a voluntad
A las once de la mañana los hombres de Gott seguían avanzando dentro del dispositivo italiano para tomar los cruces sin casi oposición. Las compañías de ingenieros y baterías AT fueron desplegando una línea de protección a la derecha del avance mientras los dos batallones de infantería progresaban decididamente hacia los objetivos.
A las doce se tomó el primer objetivo del día en el cruce de carreteras, la única y tímida respuesta italiana vino con un contraataque contra la línea de protección, un batallón italiano atacó a una compañía de zapadores refugiada en un bosquecillo la cual aguantó el terreno hasta que llegaron refuerzos en forma de otra compañía de zapadores y una batería AT.
Los franceses, que por fin habían conseguido combustible, avanzaban a toda velocidad para intentar tomar parte en la batalla.
El avance continuó hacia el segundo objetivo, cuando estaban a dos kilómetros la infantería se dió de bruces con dos compañías de zapadores italianos, era la única defensa que quedaba antes del segundo cruce en el que estaba emplazada una batería de artillería.
Dos compañías de zapadores italianos defendían la última posición que daba control de los cruces
Se prosiguió el avance intentando evitar a estas unidades mientras eran batidas por la artillería divisional. Por detrás los franceses estaban ya entrando en la zona de primera línea, tenían ordenes de abandonar los camiones antes de unirse al combate, pero el orgullo herido y el resquemor del mayor Lachenal le empujaron a intentar llegar en ellos a la misma zona de combates. Fue un error, un escuadrón de SM 79 italianos divisó la columna y la bombardeó, destruyendo dos vehículos y causando 13 bajas.
La columna de los Fusiliers Marins avanza entre detonaciones de bombas de aviación
A lo largo de todo el día la 4º Brigada había jugado al gato y al ratón con las tropas italianas que penaban por los caminos del desierto, a medida que caía la noche se fueron retirando para montar una cortina defensiva alrededor de su cuartel general.
Al llegar la noche el avance británico se vió frenado por un ataque combinado de las compañias de ingenieros italianas, pero no tenían nada que hacer, el 1º Batallón del Cuerpo Real de Fusileros del Rey, una de las unidades más curtidas del ejercito de Africa rechazó su ataque sin demasiados problemas, causandoles graves pérdidas y destruyendo su cohesión.
Los soldados del 1º Batallón del Cuerpo Real de Fusileros del Rey se contaban entre los más duros del frente Africano
La 7º División Acorazada a la caída de la noche del 29 de Enero
Tomar el último objetivo que permitiría dominar el nudo de carreteras estaba ya muy cerca, sería el trabajo del día 30, el último de la batalla de Derna, Creagth era consciente de que los italianos le habían servido la victoria en bandeja al desguarnecer las defensas.