[C:MO - AAR] La Guerra de las Aguas Frías
Publicado: 16 Abr 2022, 09:29

Nos encontramos en el año 1975. Si hoy se declarase la Tercera Guerra Mundial, uno de los primeros enfrentamientos se produciría en las frías aguas del mar de Noruega y de los Accesos del Atlántico. La URSS dispone de una flota enorme y poderosa y, a menos que optase por quedarse en sus puertos, pugnaría por abrirse paso hacia el océano abierto. En consecuencia, esta nueva batalla del Atlántico podría dictar, incluso, el desenlace final de la guerra.
En una campaña militar, se debe hacer todo lo posible para localizar y destruir al enemigo aprovechando, por ejemplo, las imposiciones geográficas, antes de que éste pueda elegir el momento y la dirección de su asalto. Un ejemplo evidente lo tenemos sobre y bajo las aguas frías y profundas situadas al norte de Gran Bretaña, donde la OTAN vigila las dos únicas salidas a través de las cuales las flotas soviéticas, procedentes de sus bases del Ártico y el Báltico, pueden acceder al Atlántico Norte.
Los 320 km del estrecho de Dinamarca separan las extensiones desérticas de la mal llamada Groenlandia (tierra verde) de la poco menos inhóspita orografía de Islandia. A unos 800 km al sureste, se halla la propia Gran Bretaña (la posesión danesa de las islas Feroe representa un pequeño mojón a medio camino) y, algo más al este, se encuentran las Islas Shetland.

En el continente europeo, algo más allá de Noruega, bastión septentrional de la OTAN, se encuentra la vasta concentración de medios terrestres, aéreos y navales soviéticos de la península de Kola, agrupados en torno al puerto de Severomorsk (situado 15 km al noreste de Murmansk), donde se encuentra el Cuartel General de la Flota soviética del Norte.

En momentos de tensión, las flotas de buques de superficie y submarinos soviéticas intentarían abrirse paso hacia el oeste, a través de la Brecha GIUK (Greenland, Iceland, United Kingdom), hasta el océano abierto. Al mismo tiempo, las fuerzas de la OTAN intentarían embotellarlas y ponerlas fuera de combate en las aguas circundantes a sus puertos. Es un juego peligroso, pues las misiones de uno y otro bando implican, en la práctica, el empleo de armas navales nucleares, puesto que son los medios más efectivos a disposición de los protagonistas para alcanzar sus objetivos, así como para proteger sus buques y hombres.

A este escenario debe superponerse la red de comunicaciones marítimas; cualquier acción, en estas aguas, supone que las fuerzas aéreas, terrestres, navales de superficie y submarinas de varios países actúen a las órdenes de un distante Estado Mayor Multinacional, que en el caso que nos ocupa es la Fuerza Naval Permanente del Atlántico (Standing Naval Force Atlantic - STANAVFORLANT), la cual se encuentra bajo las órdenes del Comandante en Jefe de la Flota del Atlántico de la US Navy (Commander-In-Chief, US Atlantic Fleet - CinCLANT)
Básicamente existen tres niveles de amenaza, en el sentido más literal, a los que la OTAN debe hacer frente en la Brecha GIUK: de superficie, submarino y aéreo. Debido a que la Flota soviética del Báltico está restringida por la posición geográfica de dos miembros de la OTAN, Dinamarca y Noruega, la Flota del Norte ha asumido la responsabilidad de suministrar submarinos nucleares (lanzamisiles y de ataque) y unidades de ataque de superficie para el Atlántico. Esta flota está constituida por unos 600 buques, incluido el novísimo portaaeronaves antisubmarino de la clase “Kiev”, equipado con aviones Yakovlev Yak-38 “Forger” de ataque ligero y helicópteros antisubmarinos Kamov Ka-27 “Helix”.

En los aeródromos cercanos a las bases navales soviéticas se hallan basados los aviones de reconocimiento y bombardeo de largo alcance de la aviación naval soviética (Aviatsiya Voyenno-Morskoyo Flota - AV-MF). Allí se encuentran la mitad de los 110 Tupolev Tu-22M “Backfire” pertenecientes a la Armada Roja, equipados con versiones nucleares o convencionales del misil crucero antibuque AS-4 “Kitchen”. También se encuentran los anticuados Tu-16 “Badger” y otros que realizan misiones de Inteligencia Electromagnética (ELINT) al objeto de dar cobertura a los aviones de ataque. Los aviones dedicados al reconocimiento marítimo de largo alcance son los Tu-95 “Bear” (en la foto), Ilyushin Il-38 “May” y los imponentes Tu-142 “Bear”, los cuales patrullan constantemente sobre el océano Atlántico.

Los “Backfire” operan desde unos 20 aeródromos que la AV-MF mantiene en la Península de Kola, pero en caso de emergencia pueden ser reforzados por otros procedentes de Leningrado. Empleados en misiones contra objetivos terrestres y desplegados en bases del Ártico, pueden sobrevolar el Atlántico antes de virar para atacar Gran Bretaña y el resto de la Europa Occidental por la retaguardia.
El seguimiento de los silenciosos submarinos nucleares, con sus mortíferas cargas, es una tarea peligrosa, pero la OTAN cuenta con la ventaja relativa ya que, por razones de seguridad, esos submarinos optan por transitar en superficie durante buena parte de la salida de sus bases. Pueden navegar sumergidos, pero prefieren no hacerlo, debido a que se encuentran bajo el paraguas protector de la aviación soviética y a que, de este modo, pueden confundir los sistemas de las minas de la OTAN y otras armas subacuáticas. Esto hace que, a través de vigilancia satelital, se puedan detectar sus salidas.
Una vez localizados por los Lockheed P-3B noruegos del 331º Skv. con base en Andoya, o quizá por los BAE Nimrod MR.1 británicos del 201º Sqn. [1] que junto con los Lockheed P-3B estadounidenses del VP-26 se encuentran basados en la estación aeronaval (Naval Air Station - NAS) que la US Navy tiene situada en Keflavik, la capital islandesa, los submarinos son seguidos cuando pasan por el Estrecho de Dinamarca o entre Islandia y las islas Feroes. El juego del gato aéreo y el ratón submarino continúa en pleno Atlántico, donde los Lockheed S-3A "Viking" embarcados de la US Navy son una de las piezas más importantes en ese juego, no sólo como medio de ataque contra los submarinos soviéticos, sino como plataforma de información constante en tiempo real. Al operar embarcados, no dependen de la distancia de la costa a la que se hallen y, además, llevan una amplia gama de sensores avanzados. En caso de guerra, las sonoboyas lanzadas para escuchar a los submarinos pueden ser seguidas rápidamente, si se produce el contacto, por las cargas de profundidad y los torpedos.
A medida que progresen las hostilidades, los sistemas fijos de control submarino, como el sistema SOSUS (Sound Surveillance System), pueden ser inutilizados rápidamente, de modo que se incrementaría la importancia de las sonoboyas lanzadas desde el aire y de las redes detectoras de las unidades navales de superficie.

[1] Dado el aumento de las tensiones mundiales en estos últimos años, la RAF ha enviado de manera temporal a la NAS Keflavik un destacamento de aviones de vigilancia marítima BAE Nimrod MR.1 pertenecientes a su 201º Sqn. cuya base principal está situada en Kinloss, Escocia.
