Reseña. Warhammer 40.000: Armageddon

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Dortmund
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Reseña. Warhammer 40.000: Armageddon

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El juego nos situa en la segunda guerra por Armageddon, un mundo colmena cuya capacidad industrial es tan importante para el Imperio que ya fue objetivo de sus enemigos en el pasado, cuando las fuerzas del caos de los devoradores de mundos invadieron el planeta.

En esta ocasión la invasión la lleva a cabo un gigantesco pecio espacial repleto de la horda de orkos liderada por el señor de la guerra Ghazghkull Thraka, y nuestra labor como agente imperial es ayudar a detenerla cueste lo que cueste.

Para ello dirigiremos una fuerza de la guardia imperial de la legión de acero que irá creciendo a medida que se desarrolla la campaña y los mandos confían más en nuestro liderazgo. La campaña del juego base está dividida en tres actos que abarcan en total unas treinta batallas, pero a medida que se desarrolla el conflicto otras fuerzas imperiales acudirán a la defensa de Armageddon y añadirán más profundidad a la trama: los capítulos de marines espaciales de los Ultramarines, Ángeles Sangrientos y Salamandras. Son tres expansiones del juego de unas 10-12 batallas cada una, dedicadas a estas otras fuerzas del Imperio. Las últimas dos expansiones están protagonizadas por los cazadores de orkos, dedicados a la caza de los últimos reductos orkos en el planeta, y de nuevo la guardia imperial, en este caso la guardia de hierro de Mordia liderada por el comisario Yarrick.

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Campañas del juego


Mecánica del juego.
Warhammer 40.000 Armageddon sigue la estela del clásico Panzer General: un juego en el que cada bando alterna sus turnos cuyo mapa está dividido en hexágonos que continenen un determinado tipo de terreno (llano, quebrado, trincheras, cráteres, ciudades y complejos industriales, etc.) que influirá en la cobertura, la visibilidad y el movimiento de las unidades.

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Tres tipos de terreno: crater, colina y complejo industrial. El primero proporciona algo de cobertura y no bloquea la visión, mientras que el segundo sólo bloquea un 30% la visibilidad. El complejo industrial de sólidos bloques de hormigón proporciona una buena cobertura y bloquea completamente la vista.


Como líder de una fuerza de combate empezaremos con una fuerza básica y a medida que avancemos en el juego podremos mejorarlas e ir adquiriendo nuevas unidades de todo tipo (infantería, vehículos de exploración, tanques, artillería, antiaéreos, aeronaves, titanes...) tratando de mantener un equilibrio entre ellas que nos permita hacer frente a cualquier eventualidad.

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Esta veterana fuerza de combate cuenta con unidades variadas con la expepción de aeronaves y titanes, que aparecerán en futuras misiones. La experiencia de la unidad está representada por la barra de calaveras doradas y la salud en la barra verde. En este caso estamos en el despliegue y todas las unidades están al máximo de salud. Podemos desplegar a las unidades en cualquiera de las casillas indicadas a la izquierda.

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Las unidades y sus transportes pueden mejorarse a cambio de puntos de victoria (suma de los que nos dan con los que nos quedan y habremos conseguido en anteriores misiones). Por ejemplo esta unidad de infantería básica podría mejorar sus transportes Chimera a Gorgon, o convertirse en una unidad de lanzallamas (resaltada en amarillo). Un rápido vistazo nos muestra en qué mejoraría la unidad con el cambio (cifras en verde) y en qué empeoraría (cifras en rojo). A la izquierda podéis ver la gama de unidades de infantería de la guardia imperial en las que podríamos convertir a la unidad en cuestión.

Además cada cada unidad tiene unas características que pueden aumentar con la experiencia obtenida en las batallas. Pero ojo, la experiencia de las unidades disminuye cuando pierde efectivos y es reforzada con unidades de reclutas.

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Estos ogretes ya tienen varias batallas a sus espaldas, lo que les hace más letales que una escuadra de ogretes novata.


Las novedades principales están en la moral y las habilidades especiales. La moral, representada por una cifra de entre 0 y 100, baja cuando las unidades combaten y afecta a la iniciativa y la precisión de la unidad. Para recuperarla debemos descansar a las unidades o dejar cercanas unidades que recuperen la moral. Por otra parte, las habilidades especiales ayudan a personalizar más a las unidades y afectan en gran medida a su rendimiento.

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La escuadra de nuestro comandante está afectada por los anteriores combates y tiene una moral de 86. Podemos descansar y reparar su equipo, lo que amuentaría su moral a 100. La misma escuadra del comandante tiene las habilidades de “asalto”, que convierte a la unidad en una seria amenaza en el cuerpo a cuerpo, y “liderazgo”, una habilidad que permite aumentar la moral de las unidades adyacentes.


Modos de juego

Podemos jugar a WH40k Armageddon en solitario tanto las campañas del juego como escenarios de una sola batalla, y también podemos jugar en multijugador en el cómodo sistema de Slitherine, que te avisa automáticamente por correo electrónico cuando tu oponente ha movido.

En definitiva es un juego divertido que ha conseguido adaptar bien el universo del 41 milenio a un sistema hexagonal tipo Panzer General.
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