AlGharib escribió:Dice la editorial:Stratos escribió:AlGharib, el del hijo es un western?
En El hijo, una novela de resonancias épicas y una historia de iniciación, Philipp Meyer explora la crueldad, el sacrificio y la ambición de un lugar y una época, el Lejano Oeste de los Estados Unidos desde mediados del s.XIX hasta los años setenta del siglo pasado.
Eli McCullough es el primer varón nacido en la recién inaugurada República de Texas. Durante una fatídica noche de 1849, una banda de indios comanche asalta su hogar asesinando brutalmente a su madre y hermana y tomándolo a él como prisionero. Con apenas trece años pero armado de valor e inteligencia, se verá obligado a vivir en el seno de la tribu y a adaptarse a sus costumbres bajo un nuevo nombre y como hijo adoptivo del jefe indio. Cuando el hambre, las enfermedades y el avance del ejército americano acaban con los últimos poblados libres, Eli vuelve al mundo civilizado donde acabará creando un imperio ganadero. Su hijo Peter cargará con el peso emocional de la campaña de su padre por el poder, mientras que Jeannie, su bisnieta, luchará para conservar el patrimonio de los McCullough en un mundo de hombres en el que la ganadería ha dejado paso al petróleo.
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Yo diría que se engloba dentro del género "novela histórica", pero de esas de calidad, que trascienden lo que es la literatura de géneros. Meridiano de sangre es, sin ninguna duda, el referente. No sé decirte aún si está a la altura, lo que sí puedo comentar es que el autor ha intentado hacer lo mismo.
Con todos mis respetos para Santiago Posteguillo a quien conozco y cuyas conferencias sobre literatura son de un nivel excelso: esto no es ese tipo de novela histórica, de aventuras sin más, de intentar recrear una época y lo que sucedió; aquí hay un autor con un estilo definido que aporta su visión particular de lo que es "escribir", no con la intención de llegar al máximo posible de lectores (que llega: en EEUU se ha vendido muy bien), sino que trata de dejar su impronta en quien lo lee.
Luego... ya veremos, claro; pero a mí, la apuesta, me ha seducido mucho.
Gracias mil por la reseña.