A mí personalmente es un sistema que me gusta. Tiene la virtud de permitir reproducir un montón de batallas napoleónicas con apenas 20 fichas y en partidas que pueden hacerse en 2-3 horas (una vez dominado el sistema). Lógicamente, no es posible lograr ésto sin la necesidad de algunas abstracciones y del sacrificio de algunas dinámicas y posibilidades que ofrecen otros sistemas napoleónicos más sofisticados en los que se emplean cientos de fichas en batallas que pueden durar horas y con reglamentos mucho más complejos. Efectivamente, es un sistema ideal para iniciarse tanto en el periodo como en el género del wargame en general.
Hago aquí un copia & pega de una cosa que escribí hace unos años en el blog del club Rubvicon:
Napoleonic 20 no es tanto un juego concreto como un sistema de juego que reproduce batallas napoleónicas.
Una de sus principales características es su extrema sencillez. Casi podría decirse que se trata de un formato “juego de revista”: mapas tamaño folio (o quizás un poco más, pero no mucho) y no más de 20 fichas en total (contando ambos bandos y fichas auxiliares). Las reglas generales son 4 páginas o 20 minutos de explicación y cada batalla suele traer apenas una página de reglas especiales para esa batalla.
Quizás para los muy Gronards o exigentes, esta extrema sencillez quita “realismo” o naturalidad a las batallas napoleónicas. Pero los que opinan esto son una minoría (¿qué juego consigue ser totalmente realista o no deja de perder jugabilidad o diversión en el intento?). Para una gran mayoría del creciente número de fans que tiene este sistema su principal valor es la alta “jugabilidad” que puede generar una reproducción de una batalla en relación con el poco esfuerzo que supone hacerse con el sistema. Es decir, “Napoleonic 20” ofrece un óptimo ratio “diversión/esfuerzo”.
Más allá del esfuerzo requerido, para mí un punto fuerte derivado de esta sencillez es la posibilidad de hacer una partida en un par de horas /hora y media, lo que supone poder jugar más de una batalla en una misma tarde o incluso proponer ipso facto una revancha tras una estrepitosa derrota, o poder probar de inmediato a cambiar de bando y ponerse en los zapatos del que hasta hace unos minutos era tu enemigo. Muy pocos juegos de un cierto nivel (y mucho menos napoleónicos) pueden ofrecer esta posibilidad.
Otros atractivos del sistema tienen que ver con algunas mecánicas de cierta originalidad. Por ejemplo, el hecho de que la batalla se gane o pierda no tanto por la conquista de unos determinados objetivos sino por la pérdida total de la moral del enemigo. Esos niveles de moral de ambos bandos suben y bajan constantemente en cada turno según lo que acontece, por lo que muchas veces no se trata tanto de avanzar hacia los objetivos o luchar contra el enemigo sea como sea, sino controlando el nivel de estrés o pérdidas que tu ejército o el del enemigo puede soportar en un determinado periodo de tiempo. Eso permite reproducir un elemento que fue realmente muy decisivo en muchas batallas napoleónicas y que podríamos definir como “momentum” o inercia de la batalla.
En mi opinión uno de los principales atractivos del sistema es su alta “narrativa”, como a mí me gusta denominar a la posibilidad de que la partida genere historias diferentes en cada ocasión que se juega, o dicho en otras palabras, la posibilidad de que la estrategia más adecuada no sea necesarimente única y la misma en todas las ocasiones, no acabe ocurriendo casi siempre tres cuartos de lo ocurrido en otras partidas y, por lo tanto, llegue un momento que no apetezca jugar más. No puedo hablar por todos los casos, pero sí al menos por las tres diferentes batallas que ya he probado. Por ejemplo, en el caso de Bussaco, he jugado como unas cinco partidas y cada batalla ha tenido un desarrollo totalmente diferente…
En definitiva un sistema ideal para los aficionados a los napoleónicos en aquellas ocasiones con poco tiempo o ganas de calentarse demasiado la cabeza, y también como forma de introducción al mundo “napo” a este nivel operativo (entre táctico y estratégico) para aquellos no introducidos o sin experiencia en batallas napoleónicas.
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Yo soy de Madrid ¿de dónde eres?
Soy de Barna. Te envío un privado.