Mes de abril. 83 A.C.
Electrizante turno, con batallas para parar un carro. ¡Gran turno!
Los Salios ya están dejando constancia de su presencia en la
Galia Narbonensis y realizan un asalto brutal a
Narbo Martius.
La guarnición apenas resiste y los Salios demuestran que cuentan con un potente ejército fundamentado en infantería pesada con un ligero apoyo de tropas auxiliares y algunos elementos de caballería simbólicos. Esto me obliga a actuar con
Carinas de forma inmediata aprovechando que ya vuelve a estar activo.
Carinas se moverá sin dilación para levantar el sitio sobre la ciudad asaltada para socorrer a lo que queda de la guarnición pero no llegará a tiempo para evitar un nuevo asalto si los Salios se envalentonan. Al menos quiero enfrentarme a estos bárbaros y darles un castigo ejemplar que les quite las ganas de volver a levantarse contra el poder de Roma.
Sorpresa en la Galia Cisalpina donde
Appio vuelve a hacer de las suyas con su ejército de 30.000 hombres que incluye 3 legiones.
El ejército Optimates ha pasado a la ofensiva justo ahora que
Carinas está en la
Galia Narbonensis tratando con los Salios. ¿Casualidad? Sea como sea se produce una segunda batalla entre estos dos ejércitos.
Es una derrota pírrica pero de nuevo otra derrota para
Carbo. Pero no es la última, se produce un tercer enfrentamiento encarnizado.
Y esta vez acaba en victoria que compensa las dos derrotas anteriores. Este tipo de enfrentamiento no beneficia en nada a mi rival, que ha salido en el cómputo global muy tocado de estos tres combates consecutivos en un mismo turno. Yo dispongo de más fuerzas y ejércitos pero mi rival se lo juega toda a una carta.
La situación en la
Galia Cisalpina queda de la siguiente manera.
A pesar de haber ganado la última batalla
Carbo se retira automáticamente al este de
Placentia dejándola a merced de mi rival. Moveré a
Carbo hacia
Bononia. La buena noticia es que el ejército que asedia
Ariminum ha abierto una segunda brecha y ya puedo asaltar (la ficha de los nuevos cónsules tapa la imagen de la 2ª brecha).
Veremos si tengo razón sobre las brechas o la tienen mis compis de foro que dicen que hacen falta 3 para una ciudad con nivel 3 de fortificación. Pregunta: ¿es posible crear dos brechas en un mismo turno, sin usar ninguna decisión regional (en el de las Guerras Partas ambos bandos cuentan con máquinas de asedio en las cartas de decisión regional para crear automáticamente una brecha adicional)?
En otro orden de cosas se han realizado las votaciones para elegir los dos próximos cónsules de la República, cuyos elegidos son los que muestro en la imagen. Hay un
Escipión entre ellos, como curiosidad. Ahora que parece que ha vuelto cierta normalidad en el Senado romano y en la política romana, los procesos siguen su rutina. Estos dos Cónsules tienen un rango y una potestad que los hace ser el principal líder de cualquier ejército sobre el que pasen a controlar, así que no quiero meterlos donde no debo. Son dos cónsules pasables, sin más. Ahora voy sobrado de mandos y realmente no sé muy bien qué hacer con ellos.
A nivel de eventos sigo siendo bastante afortunado y mis ciudades siguen ofreciéndome buenas noticias.
No obstante y a pesar de la renovada ofensiva enemiga, la noticia en este turno está en África porque tiene lugar una de las batallas más bestias de la Guerra Civil.
Más de 100.000 hombres se ven las caras en la arena del desierto del norte de África, que queda regado de cuerpos (35.000 bajas), la mayoría Optimates. El golpe que he dado al ejército enemigo es importante pero no decisivo. Me gustaría decir que es el momento preciso para aprovecharme de la situación ahora que he conseguido desbalancear el equilibrio de fuerzas en este escenario pero mi ejército tiene la cohesión muy baja aunque la de mi rival es todavía peor. Esta batalla es justo lo que buscaba, un golpe que decante las cosas tremendamente a favor mío pero no es suficiente, falta dar la puntilla y ahí es donde encuentro a faltar un segundo ejército de refuerzo.
Voy a descansar un poco en
Hippo Regius para recuperarme y luego pienso volver a ir a por el ejército enemigo, que ha quedado muy tocado.
Puntuación.
Lo de los lusitanos ya era algo que se estaba viendo desde hace algunos turnos pero la revuelta de los Salios no hace más que marcar un punto de inflexión de no retorno. Los lusitanos parecen condenados a no salir más en esta pantalla y en el AAR.