De vuelta en casa antes de que las hojas caigan.... TOAoW
Publicado: 02 Nov 2013, 20:39
Bueno, de vuelta al foro tras dos años en los que he tenido que librar una batalla en la vida real que no me dejaba energías para nada más... Una batalla en la que me jugaba todo: el honor, el trabajo y la libertad. Podría haber escrito un emocionante AAR sobre ella, pero no habría sido prudente. De hecho, aún falta una semana para que pueda decir nada en público; pero puedo anticipar que tras bordear el desastre, ha resultado una victoria aún más completa de lo que esperaba. Pasada esa semana, a mis viejos amigos podré contarles por un privado una lucha épica. Pero ahora ya puedo volver a pensar en juegos en los que no arriesgas nada.
A lo nuestro: "Estaréis de vuelta en casa antes de que las hojas caigan" es una frase que pronunció el Káiser, dirigida a sus tropas, que se dirigían hacia Francia y hacia el matadero de la Gran Guerra, la primera guerra mundial. Una frase profética, desde luego.
El escenario en cuestión abarca el frente occidental desde el 1 de agosto de 1914 hasta el 1 de noviembre; es decir, la movilización, la invasión de Bélgica por los alemanes siguiendo el plan Schlieffen, el ataque francés en Alsacia siguiendo el plan 17, la batalla de las fronteras y la batalla del Marne (aparte de la escaramuza de Mons, a la que tanta importancia dan los anglosajones). Lo he empezado a jugar con un norteamericano de Wiscosin. Yo jugaré primero con el bando francés (¡que Juana de Arco me guarde!). Cada turno es un día.
Voy a proporcionar algunos apuntes a vuelo de pájaro:
La Gran Guerra cogió a todos los generales en pañales, pues de pronto cambiaron las reglas del combate y de la estrategia.
Se ha hablando mucho de la importancia de la ametralladora y del alambre de espino. Solo diremos, pues, que gracias a ellas la capacidad defensiva de los ejércitos superaba en mucho a la ofensiva. Y, claro, cargar con la caballería se convirtió en una mala idea. Tampoco era demasiado inteligente avanzar en batallones formados contra líneas de ametralladoras, aunque eso les costó un poco aprenderlo a los generales.
Otros tres factores menos conocidos también convirtieron la guerra en una mierda mayor de lo que normalmente ya es de por sí: la artillería pesada, la movilización masiva y el ferrocarril.
Ya decía Napoleón que la artillería era la reina de las batallas. Pero cien años después de Napoleón, la artillería se convirtió en emperatriz. Inmensas baterías de todos los calibres, con gran cadencia de fuego y con buena precisión, convertían el frente en un infierno. Y nuevamente la defensa vencía al ataque: ante un bombardeo, lo mejor que se puede hacer es cavar un agujero lo más profundo posible y quedarse quietecito. Al fin y al cabo, mientras caigan pepinos, los enemigos tampoco podrán avanzar. Pero las tropas, cuando atacaban, tenían que atravesar barreras de fuego que las hacían fosfatina (por si las ametralladoras no eran suficientes). Entre la artillería, las ametralladoras y el alambre de espino, atacar se convirtió en un suicidio.
La movilización masiva también transformó el arte de la guerra. Hasta 1914, uno no podía cubrir todo el frente. Debías guarnecer unas zonas y descuidar otras, lo cual daba posibilidades estratégicas a la guerra. Pero en 1914 se podían movilizar millones de hombres, de manera que todo el frente era una barrera sin puntos débiles. Una barrera erizada de ametralladoras.
Para evitar esto, el general Schlieffen ideó un plan: invadir Bélgica con cuatro de los seis ejércitos alemanes, de manera que se desbordaría el ala izquierda francesa. Esto provocaría la entrada en guerra de Gran Bretaña, pero se consideraba que esto no tendría importancia, pues la guerra con Francia terminaría antes de que cayesen las hojas.
El plan francés era bastante estúpido. Se llamaba "plan 17", que consistía en atacar a la bayoneta en todo el frente, en formación cerrada. El "élan" francés superaría las balas de las ametralladoras y los obuses alemanes. Para evitar que los soldados franceses tuviesen la tentación de detener su carga para disparar, a muchos se les envió al combate sin munición. ¿Y Bélgica? Bélgica no existía. Era neutral, y los países neutrales, por definición cartesiana, no cuentan en una guerra. A eso se le llama lógica.
Y el tercer factor que también lo cambiaba todo era el tren. Ahora, gracias a las vías férreas, si el frente se rompía en algún punto, rápidamente podías traer reservas de otra parte, antes de que el enemigo, enredado en las alambradas, pudiese avanzar demasiado.
En resumen, una pesadilla estratégica, en especial para un jugador como yo, que es esencialmente móvil. Aquí no habrá panzers realizando rupturas envolventes, sino artillería, trincheras y fuerza bruta. Pero es todo un desafío.
Como jugador francés, por una home rule, seguiré el plan 17 y atacaré por Alsacia. ¡Alsacia es francesa! Aunque procuraré que mis hombres lleven munición y trataré de darles un poco de apoyo artillero. Intentaré defender Bélgica el tiempo suficiente como para que el BEF (British Expeditionary Force) forme una línea defensiva. Y, sobre todo, procuraré mantener a los cuatro ejércitos alemanes embotellados en las Ardenas, entre Verdún y el río Mosa, para evitar que desplieguen todo su potencial. Por lo demás, planeo que los alemanes se desangren en inútiles ofensivas.
Hay un problema que no sé cómo solucionar: la artillería pesada alemana. Los alemanes pueden romper el frente donde y cuándo quieran. Solo podré ceder terreno poco a poco.
¿Interesa este AAR? Si es así, me pondré manos a la obra.
A lo nuestro: "Estaréis de vuelta en casa antes de que las hojas caigan" es una frase que pronunció el Káiser, dirigida a sus tropas, que se dirigían hacia Francia y hacia el matadero de la Gran Guerra, la primera guerra mundial. Una frase profética, desde luego.
El escenario en cuestión abarca el frente occidental desde el 1 de agosto de 1914 hasta el 1 de noviembre; es decir, la movilización, la invasión de Bélgica por los alemanes siguiendo el plan Schlieffen, el ataque francés en Alsacia siguiendo el plan 17, la batalla de las fronteras y la batalla del Marne (aparte de la escaramuza de Mons, a la que tanta importancia dan los anglosajones). Lo he empezado a jugar con un norteamericano de Wiscosin. Yo jugaré primero con el bando francés (¡que Juana de Arco me guarde!). Cada turno es un día.
Voy a proporcionar algunos apuntes a vuelo de pájaro:
La Gran Guerra cogió a todos los generales en pañales, pues de pronto cambiaron las reglas del combate y de la estrategia.
Se ha hablando mucho de la importancia de la ametralladora y del alambre de espino. Solo diremos, pues, que gracias a ellas la capacidad defensiva de los ejércitos superaba en mucho a la ofensiva. Y, claro, cargar con la caballería se convirtió en una mala idea. Tampoco era demasiado inteligente avanzar en batallones formados contra líneas de ametralladoras, aunque eso les costó un poco aprenderlo a los generales.
Otros tres factores menos conocidos también convirtieron la guerra en una mierda mayor de lo que normalmente ya es de por sí: la artillería pesada, la movilización masiva y el ferrocarril.
Ya decía Napoleón que la artillería era la reina de las batallas. Pero cien años después de Napoleón, la artillería se convirtió en emperatriz. Inmensas baterías de todos los calibres, con gran cadencia de fuego y con buena precisión, convertían el frente en un infierno. Y nuevamente la defensa vencía al ataque: ante un bombardeo, lo mejor que se puede hacer es cavar un agujero lo más profundo posible y quedarse quietecito. Al fin y al cabo, mientras caigan pepinos, los enemigos tampoco podrán avanzar. Pero las tropas, cuando atacaban, tenían que atravesar barreras de fuego que las hacían fosfatina (por si las ametralladoras no eran suficientes). Entre la artillería, las ametralladoras y el alambre de espino, atacar se convirtió en un suicidio.
La movilización masiva también transformó el arte de la guerra. Hasta 1914, uno no podía cubrir todo el frente. Debías guarnecer unas zonas y descuidar otras, lo cual daba posibilidades estratégicas a la guerra. Pero en 1914 se podían movilizar millones de hombres, de manera que todo el frente era una barrera sin puntos débiles. Una barrera erizada de ametralladoras.
Para evitar esto, el general Schlieffen ideó un plan: invadir Bélgica con cuatro de los seis ejércitos alemanes, de manera que se desbordaría el ala izquierda francesa. Esto provocaría la entrada en guerra de Gran Bretaña, pero se consideraba que esto no tendría importancia, pues la guerra con Francia terminaría antes de que cayesen las hojas.
El plan francés era bastante estúpido. Se llamaba "plan 17", que consistía en atacar a la bayoneta en todo el frente, en formación cerrada. El "élan" francés superaría las balas de las ametralladoras y los obuses alemanes. Para evitar que los soldados franceses tuviesen la tentación de detener su carga para disparar, a muchos se les envió al combate sin munición. ¿Y Bélgica? Bélgica no existía. Era neutral, y los países neutrales, por definición cartesiana, no cuentan en una guerra. A eso se le llama lógica.
Y el tercer factor que también lo cambiaba todo era el tren. Ahora, gracias a las vías férreas, si el frente se rompía en algún punto, rápidamente podías traer reservas de otra parte, antes de que el enemigo, enredado en las alambradas, pudiese avanzar demasiado.
En resumen, una pesadilla estratégica, en especial para un jugador como yo, que es esencialmente móvil. Aquí no habrá panzers realizando rupturas envolventes, sino artillería, trincheras y fuerza bruta. Pero es todo un desafío.
Como jugador francés, por una home rule, seguiré el plan 17 y atacaré por Alsacia. ¡Alsacia es francesa! Aunque procuraré que mis hombres lleven munición y trataré de darles un poco de apoyo artillero. Intentaré defender Bélgica el tiempo suficiente como para que el BEF (British Expeditionary Force) forme una línea defensiva. Y, sobre todo, procuraré mantener a los cuatro ejércitos alemanes embotellados en las Ardenas, entre Verdún y el río Mosa, para evitar que desplieguen todo su potencial. Por lo demás, planeo que los alemanes se desangren en inútiles ofensivas.
Hay un problema que no sé cómo solucionar: la artillería pesada alemana. Los alemanes pueden romper el frente donde y cuándo quieran. Solo podré ceder terreno poco a poco.
¿Interesa este AAR? Si es así, me pondré manos a la obra.