Antes que nada, quiero dejar claro que cada uno puede hacer lo que le plazca con su dinero, por supuesto...
Y ahora,
un claro ejemplo de por qué no he aportado, ni aportaré nunca, financiación para un proyecto que no existe, por muy interesante que éste aparente ser desde el principio:
"Godus", del famoso diseñador
Peter Molyneux, desarrollado por la compañía independiente
22Cans y producido por
Jemma Harris. Claro, un proyecto que prometía tanto y respaldado por un tío con tan buena reputación (hasta entonces, claro) como
Peter Molyneux consiguió el objetivo de financiación que establecieron en
Kickstarter el
20 de Diciembre del año 2012:
732.510 dólares. Bien, pues estamos a
13 de Febrero de 2015 y las personas que aportaron financiación para que este juego se terminara y saliera al mercado, aún están esperando, los cuales, lógicamente, quieren el producto por el que pagaron o, en su defecto, la devolución de su dinero.
Os dejo aquí un EXTRAORDINARIO ARTÍCULO DE LA REVISTA DIGITAL DE VIDEOJUEGOS
RockPaperShotgun en el que se redacta una entrevista de 1 hora y 15 minutos de duración entre
John Walker (de
RPS) y el ínclito
Peter Molyneux. Me la he leído de cabo a rabo porque no tiene desperdicio:
http://www.rockpapershotgun.com/2015/02 ... ore-269983
Creo que ahora
Peter Molyneux está buscando trabajo en el mundo de la política... (que seguro que se lo rifan, por supuesto...

). Como dijo una vez un poeta amigo mío (cuyo nombre no voy a citar aquí), las personas que ocupan altos cargos, los políticos, reyes y reinas, periodistas endiosados, presidentes de bancos, etc., son solamente claros ejemplos de psicópatas; es decir, son gente que está perfectamente dotada para mentir, no sienten empatía alguna por las personas, hacen lo que sea necesario para conseguir lo que quieren, son carismáticos, tienen labia y son encantadores y, por tanto, como digo, están perfectamente dotados para estar en el escalafón más alto de la sociedad y dirigirla a su antojo.
Peter Molyneux ya está levitando como uno de ellos y ya no distingue entre cuál es el mundo real (el de nosotros, los pobres mortales con nuestros mundanos problemas) y el mundo imaginario y fantasioso de los psicópatas que manejan el poder.