Yurtoman, tras marchar durante el día, sitúa su campamento en una colina junto a un arroyo, como mandan las normas.
El sol ya se está poniendo sobre los secos campos de Sardinia mientras los legionarios instalan el campamento y
Yurtoman da palmadas para que le traigan jabalí asado con salsa de castañas, guarnición de legumbres selectas y vino falernio, que un estómago agradecido ayuda a planificar tácticas y estar de campaña no significa que haya que alimentarse de berros y agua.
Justo cuando va a hincar el diente, se oye barritar a un elefante a lo lejos.
-¡Mecagondiola! ¡Ahora no! -
Yurtoman da un puñetazo en su mesa.
Un tribuno entra en su tienda a toda prisa.
-Pretor, los cartagineses están al otro lado del arroyo... Muchos... Y avanzan rápido.
-Joputacabronazos... pues no me van a dejar sin cenar -
Yurtoman se hincha los carrillos de carne de jabalí y salsa de castañas a manos llenas.
-Señor.. ejem, que aproveche, pero ordene algo.
-¡Forden de fatalla! ¡Tocaf fas trumfetas! - ordena al tribuno, mientras escupe confeti de jabalí asado por toda la tienda.
-¡A sus fórdenes... digo, órdenes!
Yurtoman se bebe la copa de vino a toda prisa y se mete un muslo de jabalí en la coraza para ir masticando por el camino a la gloria. La salsa de castaña resbala por su mentón. Al salir de la tienda, sus legionarios la confunden con espuma de rabia.
-¡Nuestro pretor está poseído de ira guerrera! ¡Qué buen augurio! - grita un veterano.
-¡Es un hijo de Marte! - confirma otro.
Yurtoman suelta un sonoro eructo.
-¡Ruge como un león! ¡No podemos perder!
Todos parten con gran moral a la batalla, confiados en el liderazgo de un héroe casi divino.
-¡Fefidme, fomanos!
Rostro de Yurtoman al salir de su tienda:
Toca batalla de
LordSpain (que ni se lo ha pensado y se lanza a por todas) vs
Yurtoman.
En unos días, envío batalla