El
Oberleutnan Mark observa con los prismáticos si hay actividad en los alrededores del pueblo. Sabe que los rusos están ahí, parapetados, esperando que cometan el menor error que les de ocasión para acabar con ellos. Sonríe, tendrán su oportunidad, pero más vale que no la desaprovechen. Tarde o temprano descubriremos sus posiciones y entonces daremos buena cuenta de ellos. Un sonido sordo, un violentísimo golpe, el Panzer IIC del
Unterofficier Carl que encabeza el ataque apenas una veintena de metros delante de ellos salta por los aires envuelto en llamas, gritos agónicos, cientos de esquirlas de metal golpean el frontal y lado izquierdo del Pz IV.
"Pietrain" lanza un corto gruñido mientras cierra la escotilla,
- ¡Stein, diablos, para el carro!... ¡Luther, dos antitanque atrincherados, los tenemos enfrente y a unos 20 grados a la izquierda!... ¡Kay, carga la jodida munición! -
La enorme mole del blindado se para en seco lanzando a su tripulación hacia adelante. Vihelm suelta un juramento. Se ha abierto una brecha en la frente al golpearse contra la radio,
- ¡Joder, Stein, avisa cuando te pongas animal!...-
El
Gefreiter Stein lanza una carcajada. El blindado, envuelto por una espesa polvareda gira la torreta hasta que el cañón de 75 mm está en posición de disparo. Luther masculla un quedo
- ... Los tengo... -
El
Oberleutnan Mark asegura los prismáticos y vuelve a asomarse por la escotilla.
- ¡¡¡ Fuego, Luther!!!... ¡¡¡ Fuego!!!... ¡¡¡ Envíalos al infierno!!!...
Saludos!!!