Como había dicho, este diario está básicamente dedicado a comentar con vosotros ciertos cambios gráficos en relación con los líderes astures, la bandera de la facción y una zona concreta del mapa que he modificado. Me he retrasado un poco en publicar porque estoy bastante ocupado con otro tipo de modificaciones del juego, que ocuparán próximos diarios.
Los caudillos astur-cántabros.
En primer lugar, los astur-cántabros disponen de dos líderes principales, casi mitos o leyendas, a los que he decidido cambiarles el portrait por gusto personal, pero conservando sus estadísticas y habilidades “de serie”. Había tenido la idea inicial de igualarlos en categoría, pues representan a pueblos de poder similar, pero, en general, no quiero hacer cambios que desequilibren demasiado el escenario a mi favor. O cuando los haga, intentaré compensarlo de diferentes maneras, ya os iré contando.
El primer líder es Corocotta, con tres estrellas, del que Dion Casio describió que “irritóse tanto [Augusto] al principio contra un tal Corocotta, ladrón hispano muy poderoso, que hizo pregonar una recompensa de 200.000 sestercios a quien lo apresase; pero más tarde, como se le presentase espontáneamente, no solo no le hizo ningún daño, sino que encima le regaló aquella suma”. En otros textos se hace alusión a que podría ser “algún jefe de los Cántabros o Astures” y, al encontrarse Augusto en Cantabria, se supone que esa sería su procedencia, pero ni siquiera eso está confirmado. Yo creo que muchas veces los clásicos hablaban de “cántabros” refiriéndose a ambos, astures y cántabros, sin diferenciar. Personaje verídico o no, el juego incorpora al “veterano” jefe más famoso de las guerras, para algunos héroe, para otros traidor.
He decidido incluir este retrato con un casco de tipo celta, como un guiño a la relación del pueblo cántabro con Aquitania y siguiendo la línea para su origen más “clásica” de Schulten, para él que “su nombre más bien parece céltico, con la raíz Coroc-“. Recordemos que los cántabros habían acudido a defender a los pueblos celtas años antes.
Por otra parte, desde el principio de la partida contaremos también con el jefe astur Gausón, de dos estrellas, personaje aún más envuelto por el misterio si cabe, puesto que poco sabemos de él, ni de su verdadera existencia. Sin ser mencionado en fuentes clásicas antiguas -que yo conozca, al menos- debemos irnos al siglo XVII, concretamente al padre Luis A. Carvallo, y a una supuesta inscripción donde pondría “O nobiles et supervi astures, quos romani vincere vix potuere, liset Gauson superato.” ("¡Oh nobles y soberbios astures, a quienes los romanos apenas pudieron vencer, aún después de vencido Gausón!”).
En el juego, el retrato elegido recoge una influencia céltica/celtibérica de los astures, con este tipo de casco y cimera, que incorporan algunos de las unidades militares modeadas que ya comentamos en pasados diarios.
El resto de líderes, de menor categoría, llevarán el retrato genérico siguiente.
En él se muestra a un veterano soldado con casco de cuero, con la cara surcada por cicatrices resultado de su participación en diferentes rebeliones y contiendas frente a Roma y otras tribus vecinas. Se ha escrito que los astur-cántabros se suicidaban a cierta edad avanzada, o que les “obligaban” a hacerlo, cuando ya no eran aptos para el combate…pero, como en muchas cosas, debemos ser cautos a la hora de dar verosimilitud a ciertas “historias”. De momento, estos guerreros seguirán sirviendo al ejército astur-cántabro hasta su muerte en combate.
El asturcón vadiniense.
Por otro lado, también he cambiado la bandera de la facción principal en el juego, la cántabra. He dejado el icono bovino que viene de serie para el resto de subfacciones, entiendo que por su modo de vida ganadero, pero he incorporado este equino (asturcón) con fines principalmente literarios.
Este mismo símbolo estará presente en el estandarte, sello y, por extensión, representará a toda la unión de pueblos contra el Imperio.
Se pueden observar representaciones equinas tanto en restos arqueológicos del resto de cántabros, como entre los astures, puesto que lo adoraban como aun dios. También he cambiado el color de la facción, del “aburrido” gris al verde oscuro, que represente además esta mayor unión con la naturaleza.
En este caso, el icono lo he elaborado a partir de fotografías de lápidas vadinienses del siglo I-II d.c., concretamente de esta:
¿Por qué vadinienses?, os podríais preguntar. Pues porque uno de los protagonistas principales de la novela tendrá su origen en esta misteriosa tribu, de filiación cántabra, pero cuya zona de influencia probablemente se extendería a través de la cuenca este del Salia (Sella), ocupando territorios de las actuales Cantabria, Asturias, León e incluso ¿Palencia?, siendo el único gens que uniría estos dos “mundos” cismontano y transmontano, separados por el Mons Vindius, los “nevados montes blancos” (en una de las teorías al respecto), así como también ubicada en la propia frontera entre las facciones aliadas astur y cántabra. Solución salomónica, que se suele decir. Además, para el relato da bastante juego, ya lo veréis.
El mapa de operaciones.
Por otro lado, he decidido modificar gráficamente el mapa del AJE, puesto que ni el Salia, ni los Picos de Europa, ni el Macizo de Fuentes Carrionas habían sido incluidos. ¿Cómo puede ser que la Cordillera Cantábrica y los Picos de Europa en concreto, con su Torre Cerredo y sus más de 2.600 metros por ejemplo, parezcan unas suaves colinas respecto a la Sierra de los Ancares o los Montes de León?¿O incluso Peña Prieta y sus 2.500 m?. No tiene lógica según la geografía y orografía real del terreno y, lo que es más importante, tampoco para el desarrollo de la propia guerra y como quiero enfocar mi relato.
Mi “solución” temporal tampoco es precisamente la ideal, pero he intentado adaptar el Salia a la frontera propuesta por el juego…y, a partir de ahí, “superponer” un doble macizo montañoso nevado. He intentado afectar solo a una región, la cántabra de Portus Victoriae, para no “ensuciar” demasiado el escenario. Veréis que también añado el topónimo “Vadinia” y una interrogación, en alusión a esta desconocida ciudad/capital de la tribu, “la Atlántida” de los astur-cántabros. Expertos han propuesto varias ubicaciones, por ejemplo en Benia o Cangas de Onís (Asturias), en el valle de Liébana (Cantabria) o en varias localidades de León, como Oseja de Sajambre o Valdeón, pero nunca se han encontrado restos arqueológicos de la misma. Hablaremos de ella más adelante. Por cierto, tengo que mover la ubicación del puerto también.
Es más, debido a este hecho anteriormente comentado, he observado en varias ocasiones que lo que ocurre es que la IA tiende a enviar a Estatilio Tauro y sus fuerzas a conquistar Portus Victoriae ya en los primeros meses de guerra, en lugar de centrarse en atacar zonas más meridionales. Esto es una desviación demasiado grande de la historia que, por ejemplo, haría innecesaria la intervención de la Classis Aquitánica y, lo que es peor, da la impresión de que llegar desde la meseta a esa zona tan al norte es un “paseo” militar, cuando representó un fase posterior de la guerra realmente interesante, con Antistio conquistando oppidum a oppidum, llegando a ascender por los cordales y establecerse en esas montañas, hasta sus mismas cimas.
Lo mismo sucede en zonas más al oeste del mapa, donde también se han encontrado restos arqueológicos de campamentos romanos a casi dos mil metros de altitud, como el de La Carisa y toda la vía hacia el norte.
Por ello debo corregir también el tipo de terreno, no solo “apañarlo” gráficamente. O penalizar el desplazamiento de unidades por esa parte del escenario. Por cierto, hay varias cosas que cambiaría del mapa porque, aun siendo el mejor que he visto en un juego de PC para este escenario (con mucha diferencia respecto al resto), presenta algunas “anomalías” y también quizás alguna “carencia”. Ejemplo ilustrativo es colocar Mons Medulius en la zona occidental, en referencia a Las Médulas y el Minius, que es una teoría más para su ubicación, incluso diría que casi descartada. Lo mismo con Aracillum. O no incluir castros tan importantes como La Loma o Monte Bernorio, que podrían situarse por ejemplo en provincias del mapa como “Juliobriga” o “Debagoiena”, respectivamente, ya que no tienen ciudad.
Pero eso implicaría mover o añadir castros, entre otras cosas, y aún estoy haciendo pruebas para ver cómo responde la IA a algunos cambios que ya he hecho respecto a, por ejemplo, el clima de toda la zona en función a datos climáticos y meteorológicos (y que irá incluido en uno de los varios submods que estoy preparando para el AAR). Por cierto, esta modificación da muchísimo “juego”. Quizás el propio diario será dedicado a ello, aún no lo tengo decidido.
Bueno, habría mucho que hablar y discutir de todo esto, pero dejo que seáis vosotros mismos quienes deis el paso de preguntar, sugerir o criticar si así lo consideráis.
Annexamus: Los mercenarios.
Por último, os incluyo nuevos portraits que ya están metidos en el futuro mod-AAR. Básicamente son creaciones de Angus McBride…y creo que alguna de Peter Connolly, como siempre para ellos todo el crédito, “al César lo que es del César”. Yo solamente los modifico en cuanto a ciertos rasgos físicos, les cambio colores, les añado armas o pequeños detalles, etc…
A muchos de ellos podríamos considerarlos como una especie de “mercenarios”, puesto que podrán ser reclutados por la facción cántabra, si consigo “conquistar” ciertas zonas controladas por Roma, pero que antes pertenecían a vacceos, arévacos, vascones, lusitanos, etc. Esta conquista fue mucho tiempo atrás, en función a la zona, pero los “tataranietos” de Viriato o Caro podrían resultar determinantes en la contienda en función al bando que apoyen.
Con ello, intento mostrar la posible heterogeneidad de mi ejército, en hombres y armamento, que será más poderoso si consigo extender la insurrección a otros territorios, como la de los galaicos. De nuevo, he hecho cierta investigación sobre la panoplia, sin miedo a incluir cierta “romanización” o “celtiberización”. Recordemos que muchos de estos pueblos, incluidos los cántabros, llegaron a apoyar al bando de Sertorio o posteriormente al de Pompeyo, por lo que habían tenido contacto con Roma, su ejército y sus tácticas militares desde hacía décadas. Insisto, de bárbaros nada…al menos, las élites militares. Para diferenciarlos visualmente de los astur-cántabros, les he dejado túnicas blancas o más claras.
En primer lugar, he resuelto el tema de los supuestos sagitarii astures, que os comentaba en un diario anterior, incluyendo a estos honderos, ya que si se ha certificado la presencia de proyectiles de cuarcita empleados en ciertas batallas, por ejemplo. Le he añadido también un arco, pero más por adaptarlo al juego que porque su uso estuviese realmente extendido. Como veis, también le he puesto un gladius hispaniense, arma supuestamente incorporada por el ejército romano tras la segunda guerra púnica (Polibio, Suna) aunque sea un tema controvertido. Intento representar con ello que no eran un cuerpo tan especializado como los honderos baleares o íberos, sino más versátiles, que podían actuar como tal si la ocasión lo requería.
La imagen anterior es un guerrero de guarnición, en el juego será denominado “Militia”, con rodela, lanza y casco de bronce. Su misión será la de defender los castros y oppidum de los posibles asaltos romanos, no solo en territorio astur-cántabro.
Este portrait de un “javelin man” íbero (quizás incluso turdetano) sustituye a uno muy parecido que ya trae el juego base. No he realizado modificaciones a la obra original de McBride, no por pereza, sino porque aunque el juego lo incluye, no he encontrado referencias de su participación en las guerras.
Otra fuerza que puede ser reclutada por mi facción será esta infantería ligera de procedencia íbera o quizás celtíbera, a la que le he añadido como espada un arma celta denominada La Tené, un escudo tipo caetra con remaches metálicos y un casco hispano-calcídico, aunque en este caso sin máscara.
Por último, este es un guerrero de origen lusitano (o incluso galaico) que representa infantería pesada de línea, con su peto de cuero y protecciones metálicas, su caso tipo montefortino de bronce y lanza larga. Probablemente haya perdido en combate su falcata o espada de antena. Lleva una rodela de madera con grandes tachones de bronce repujado, pero también podría llevar un escudo de mayor tamaño.
Con la violencia de la imagen intento evitar esa extendida idea del “buen salvaje”. Y es que no quiero que esta historia se convierta en la típica de los romanos “malos” contra los astur-cántabros/celtas buenos…tiendo a ver la Historia más de grises, que de blancos y negros. Y todos estos pueblos tenían una fama guerrera casi legendaria, los romanos llegaron a decir que estaban poseídos por Ares.
Aún queda algún retrato más, pero con esto doy por terminado el diario de hoy…como siempre, gracias por leerme.