Los Alemanes fueron los primeros:
Visión Nocturna
El primer ejemplo de investigación de "armas mágicas" nació a principios de los años ‘40, cuando los técnicos comenzaron a desarrollar visores capaces de ofrecer al soldado visión total y efectiva en la más completa oscuridad. En un principio consistían sólo en una pequeña cámara de mano que funcionaba como un revelador de fotografía, transformando los rayos infrarrojos invisibles en luz visible. Una lente convexa enfocaba los rayos hacia una pantalla, convirtiéndolos en rayos catódicos que eran dirigidos hacia una pantalla fluorescente, por lo que la radiación infrarroja se hacía visible como en una pequeña televisión. En un principio se probó con éxito como localizador de emisiones infrarrojas, lo que permitía atacar objetivos ocultos que produjesen calor (motores de vehículos, artillería, etc.).
Los modelos de radiadores infrarrojos del año ‘45 equipaban series completas de los más avanzados carros de combate (como el Tigre Real o el Panzer V) y eran capaces de localizar los vehículos enemigos con una precisión asombrosa. Algunos detectores podían situar la posición de una cañón enemigo a más de 130 km. de distancia, con un error de un minuto de arco. Los modelos más ligeros fueron instalados sobre fusiles de asalto STG-44, para crear unidades de cazadores nocturnos “nachtjäggers”, que equipados con el "ojo mágico" podían acechar a sus enemigos en medio de la noche. Estos asombrosos modelos funcionaban además con energía solar, recargándose con una exposición a la luz diurna de un cuarto de hora diario.
El soldado de infantería recibió también en los últimos meses de guerra algunas sorprendentes mejoras para facilitar su supervivencia. El más conocido es el Panzerfaust o terrible "puño de hierro", arma antitanque de carga hueca fabricada de forma masiva. Asimismo, el profesor Schick, creador de los primeros blusones de camuflaje y el mayor experto de su tiempo en polimimetismo, llegó a elaborar un modelo llamado Leibenmuster para las SS, en un tejido similar al linen/rayón con una especial impregnación que le permitía evadir los rayos infrarrojos del enemigo. A este tipo de creaciones podríamos sumar los Goliath, ingeniosos robots blindados y teledirigidos por cable, que montados sobre orugas podían ser usados contra posiciones fortificadas, bunkers o carros de combate.
Pero en medio de tanta genialidad también aparecieron prototipos inútiles o anecdóticos. Un ejemplo fueron las armas capaces de disparar "al otro lado de la esquina". Al parecer, la idea surgió entre los granaderos y fusileros que combatían en el frente italiano y que se encontraban, una y otra vez, envueltos en complicadas luchas callejeras, casa por casa. El artefacto, consistía en un sencillo sistema que añadía un pedazo de cañón curvo a la boca de un fusil STG-44. Se hacían algunos orificios en el comienzo de la curva para permitir el escape de los gases y frenar un poco la bala y se les acoplaba encima una mira telescópica voluminosa. Disparar esta arma producía un movimiento extraño, que además del retroceso hacia arriba hacía que la bala saliera exactamente a 30° de la línea original del cañón.
