Costa Española 1
Dias 9-12
Llegamos a las cercanías de la costa española próximos a El Ferrol. A primera hora de la tarde, el oficial de vigia establece contacto visual en demarcación ENE. Ordeno todo avante exprimiendo la máxima velocidad que nos permites los motores Diesel. Parece ser un carguero solitario, pero pronto descubrimos que a su babor saliendo por proa, aparece una fragata de escolta navegando en paralelo y a la misma velocidad que el mercante. Aun están a mucha distancia como para ser nuestro submarino visible en superficie.
Identificamos el mercante como el Willimantic, carguero pequeño de 4.600 toneladas (T1 SF-68-4.600ton Willimantic).
Navegamos en paralelo durante 3 horas para aproximarnos y buscar posición de disparo optima. Decido atacar por la noche a media distancia con los tubos de proa I y II. Ordeno bajar a profundidad de periscopio con los últimos rayos de sol en el horizonte. Llegado a la posición de disparo, doy la orden de disparar con una demora entre el torpedo I y II de 5 segundos.
Tic, tac, tic tac, tic, tac…….Boumm!!!!......Bouumm!!!!. Ambos torpedos hacen impacto, haciendo saltar en mil pedazos a ese pequeño mercante. Observo toda la escena del hundimiento a través del periscopio recreándome en el hundimiento mientras describo la trágica escena al resto de la tripulación. Ese exceso de confianza por mi parte acarrea consecuencias. En ese momento, desde el puesto de Hidrofono, recibimos el fatídico ping de la fragata de escolta.
“¡¡¡Nos han detectado señor!!!!....” La escolta se dirige a todo trapo sobre nuestra posición. Bajamos periscopio y doy orden de inmersión. Aun esta a cierta distancia, pero se acerca peligrosamente. Ping!, ping!!, piinngg!!.....¡¡Cargas de profundidaaaad!!!....Booom!!, Boomm!!!. El submarino se zarandea de la onda expansiva, pero sin daños aparentes.
¡¡Mas cargas!!!.. Boumm, Boum!!!,……Bouuuum!!!!!.
El ingeniero nos informa de un impacto en las baterías, resultando estas dañadas.
El ruido de hélices se hace mas tenue y se va alejando poco a poco. Van a rastrear otra zona. El realizar al ataque a media distancia nos ha servido para darnos unos minutos preciosos y despistar a la escolta del lugar exacto de nuestra posición. Oimos mas explosiones de otras cargas de profundidad, pero ya muy alejadas de nuestra posición. La tripulación respira tranquila.
Afortunadamente el daño a las baterías ha sido leve y mis hombres pudieron ponerla operativa pasadas dos horas del encuentro.
Subimos a superficie, recargamos torpedos y continuamos nuestra patrulla en dirección a las costas de Santander.
