Massena escribió: Yo no he visto muchas óperas en directo (me refiero a escenificadas) y coincido completamente en lo de la escenificación. En mi reducida experiencia más de una vez he pasado verguenza ajena viendo a los cantantes sobre el escenario intentando actuar. Menos mal que en las partes cantadas si que son profesionales preparados. Así como el fútbol se debe ver en el campo para que aumente la sensación de disfrute (pena de las repeticiones

) yo la ópera la disfruto en casa con una buena grabación y una copa de buen vino.
Saludos
Tampoco te creas que yo he visto muchas... Quizás 8-10, pero todas en los últimos 2-3 años, que es cuando me aficionado a este género. Antes pensaba como casi todos, que la ópera es un coñazo para gente ampulosa y emperifollada... para los snobs, vamos

. No las veo en casa en DVD porque no tengo equipo preparado para disfrutar adecuadamente.
A lo que iba... No hace mucho leí una entrevista a José Bros (o a Carlos Álvarez, no recuerdo bien, pero para el caso es lo mismo) en la que se quejaba de que los ensayos de ópera están demasiado enfocados a la parte escénica, mientras que la musical se despacha con dos o tres sesiones como mucho. Supongo que llevará razón, pero él se refería a todo el tinglado que conlleva una gran producción, que casi siempre son de óperas de repertorio. Y está muy bien que así sea, porque la escenografía es esencial en una ópera, aunque a veces se ve cada cosa... Sin embargo, yo creo que no hay interés por hacer verdadero teatro, ni siquiera en los recitativos, salvo a lo mejor en determinados papeles secundarios que son muy agradecidos (pienso en el Leporello de
Don Giovanni o el Papageno de
La flauta mágica). Y a la gente eso tampoco le importa demasiado, cuando la ópera es un género que combina música y teatro (y en la tradición francesa, también ballet).
Contaré un par de anécdotas vividas por mí que reflejan cómo a la gente no le interesa mucho lo que una ópera cuenta.
A finales de la temporada pasada leí en un blog el comentario de uno de los músicos de la Sinfónica de Sevilla que participaron en el
Tristán e Isolda (que por cierto, en el estreno tuvieron que tocar a ciegas y de memoria todo el primer acto porque se fue la luz de los atriles de la mitad de la orquesta, y nadie se dio cuenta). Se quejaba con amargura de que cuando Tristán muere, al público le faltó tiempo para arrancar a aplaudir, y los aplausos en el Maestranza duran mínimo 5 minutos sea quien sea el tenor o la ópera. Esa ópera reclama como mínimo un minuto de silencio cuando finaliza, porque es una auténtica tragedia; el silencio es el mejor aplauso que se le puede dar al Tristán e Isolda, pero en Sevilla la tradición operística apenas tiene 10 años.
La otra anécdota fue en Córdoba hace ya bastantes años, en
La flauta mágica de Mozart. Era la primera ópera que veía, y lo cierto es que era una producción de segunda fila, que son las que suelen acudir a teatros de provincias. En la famosísima aria para la soprano de coloratura de la Reina de la Noche, la cantante no llegaba y cada vez que tenía que dar el sobreagudo le salía un gallo. ¡La gente le aplaudía en mitad de la función para darle ánimos! Como si fuera un malabarista en un circo al que se le caen los bolos

. Supongo que debe de ser humillante para la soprano, pero es que nos gusta tanto aplaudir...
Para no desvirtuar el hilo, y enlazando con lo anterior, pongo aquí la Reina de la Noche en versión de Edita Gruberova, una de las sopranos de coloratura más reputadas para este papel, si no la que más:
[youtube]
http://www.youtube.com/watch?v=-HXHTHgNfnw[/youtube]
Y ahora un aria de la última ópera que he visto, hace menos de un mes, el estreno en España de
La mujer silenciosa, de Richard Strauss. Es de un bajo (y vaya bajo), que también tienen derecho como ha dicho Beren

. Es sorprendente que una ópera como ésta, que además tiene como libretista nada menos que Stefan Zweig, se haya representado en España por primera vez 70 años después de su estreno. Por cierto, creo que a la mayoría de los foreros de PdL les interesará conocer las peripecias del estreno de esta ópera en Dresde, en pleno auge del nazismo, con un judío como libretista (a Strauss le costó su cargo oficial). Se puede ver fácilmente en Internet.
[youtube]
http://www.youtube.com/watch?v=nBBzbTkLaQ8[/youtube]