Turno 20: Ulm vs Abysia
El turno empieza demostrando que mi rival sabe muy bien lo que hace:
De pronto y porrazo la provincia más importante de mi defensa y hacia donde he convergido todas mis fuerzas (la que denominé PROVINCIA A en el anterior reporte) recibe un misterioso
aumento de temperatura. Nuestro amigo “Brasas” ha decidido lanzar un hechizo ritual que hace aumentar la temperatura de forma mágica. Es una señal clara de que va atacar y que está preparando el terreno para que sus BO se sientan más calentitos.
No he encontrado el hechizo en el Grimorio, a ver si alguien descubre cómo se llama. Ulm puede disponer de uno que hace lo contrario, reduce la temperatura y la enfría pero no lo he investigado. Frikis del Dom3, yo os convoco. ¿Cómo se llama este hechizo que ha lanzado mi enemigo? Joder, hay tantos que es complicado saberlos todos…
Las siguientes noticias indican claramente que Abysia ha pasado al contraataque con todo su arsenal.
Dos de mis líderes, en la PROVINCIA B, reciben la visita de los Asesinos implacables de Abysia.
Este es un asesino volador, ya hablé de él hace un par de reportes. Por suerte ha atacado a uno de mis líderes indies, de escaso valor. Mi líder muere en un plis plas.
Pero este…
Este es un chamán, más importante. El asesino no es volador pero usa unos cuchillos envenenados. Mi chamán le lanza un hechizo que le destroza la armadura y las armas pero…
Esos cuchillos están envenenados y hacen un daño adicional. Mi chamán, sin guardaespaldas, es presa fácil y muere. Joder con los asesinos de Abysia…
La siguiente noticia es que la PROVINCIA A, donde se ha producido un incremento de temperatura “misterioso” y donde tuvo lugar el lanzamiento de
Fires from Afar en el turno anterior, recibe un ataque del ejército de 22 Burning Ones. Abysia pasa al contraataque con todo lo que tiene. Es justo lo que estaba esperando. Aquí se encuentra mi principal ejército al que hice recular y mis chamanes más importantes (entre ellos uno con magia de Muerte + Viento + Mago del Agua + Profeta Bulbar). La DP es de 31 puntos.
Mi disposición en el campo de batalla.
Mis osos podría haberlos movido a los flancos y avanzarlos un poco, pero ahora ya no hay vuelta atrás. Las primeras líneas de ataque corresponden a la DP, mis tropas más atrasadas son la nata de mi principal ejército. Mis chamanes se encuentran detrás, a buen recaudo.
¡La primera sorpresa es descubrir que mi Mago del Agua no lanza el hechizo Rain! Quizás ha valorado el hecho de que tengo muchos arqueros y que la lluvia sería perjudicial para mis intereses…se guarda la gema y no lo lanza. Empieza mal la cosa…
Mis arqueros reciben el efecto del hechizo Puntería (Aim) de mi mago del Aire pero ni así consiguen hacer nada. Los Burning Ones ni se inmutan. Debo recordar no reclutar ni un arquero más, no sirven contra este tipo de rival tan acorazado. Fijaros la cantidad de flechas que salen volando…ni una consigue impactar y causar bajas (o daños) entre el enemigo. Nada.
El Mago de Agua lanza un hechizo chulo que le había encriptado, por lo menos en esto me ha hecho caso. Lanza
Numbness, que causa daño por frío…ha afectado a varios BO pero no los mata…les va quitando hit points por cada ronda.
En el primer encontronazo mis osos desaparecen y mi primera línea de la DP se viene abajo.
Para cuando llegan mis principales tropas no parece que los BO estén ni cansados ni hayan sufrido bajas serias. A la élite de mi ejército mis chamanes les ha dopado con más Fuerza, están blesseadas y la moral alta. Esta suma de circunstancias se nota y surte efecto. Algunos BO caen presa de los martillazos y el ataque a ambas manos de mis Doncellas del Acero.
El desgaste es enorme, mis tropas sufren mucho y por cada BO eliminado yo pierdo el triple. No obstante ya se puede apreciar que los BO no son tantos y todavía quedan muchas tropas de Ulm.
Lo peor es ver que las flechas de mis arqueros no sólo no hacen nada sino que además causan muchos daños a mis propias tropas por
fuego amigo. Un desastre que se une al de la renuncia de mi mago de Agua de lanzar Rain.
Llegados a este punto mis principales fuerzas de choque ya han hecho lo que han podido y ahora les toca a mis arqueros sufrir el ataque de los últimos BO (6). Mis magos están enormemente cansados por el lanzamiento masivo de hechizos como Earth Might, Decay, Aim, Earth Meld, etc…sólo Bulbar, que regenera fatiga, va lanzando Smites con una efectividad tremenda. Cada Smite es un BO menos.
Las últimas rondas son dramáticas, los arqueros las pasan canutas para destruir los BO que quedan…quizás por la proximidad las últimas andanadas son por fin efectivas y causan daños serios a los BO pero luego se lanzan al cuerpo a cuerpo.
Un último BO pone en fuga a casi 20 arqueros pero la noticia finalmente es que mis tropas aguantan…consigo destruir al último BO. ¡Victoria! Los 22 BO quedan extendidos en el campo de batalla. Las bajas de Ulm son catastróficas. Resultado.
Muchas de estas bajas no son reales, por cuanto también se contabilizan como tales las unidades que se han retirado del campo de batalla. En las provincias adyacentes encuentro gran cantidad de mis tropas esparcidas y cansadas pero no es el caso del enemigo. Al tener tropas Bersekers (los BO, recordad, no se retiran nunca) el ejército de Abysia ha sido completamente aplastado.
En esta guerra de desgaste yo salgo ganando porque puedo reponer entre 30 y 40 bajas por turno mientras que Abysia no. Necesitará 3 o 4 turnos para reponerse de esas pérdidas y eso siendo optimista.
Este gráfico refleja la importancia de esta batalla y el daño que ha supuesto para mis fuerzas y las de Abysia.
C’tis es ahora la clave. Su ejército puede actuar con libertad y darme oxígeno mientras me recupero. Abysia deberá plantearse ahora su siguiente paso.
¡Situación!
Abysia se ha movido tal como yo decía, exceptuando que su ejército situado más al este no se ha movido pero ha pasado de 10 a 20 BO. El ejército que me ha atacado era de 22 BO cuando yo tenía detectados 30. Eso quiere decir que ha movido unos 10 hacia su ejército del este para reforzarlo y darle más empaque mientras que con el resto me ha atacado, cayendo derrotado.
De 70 BO que tenía ahora sólo tiene 40 en mi frente más directo y aparecen otros 7 en el oeste. C’tis no ha atacado en este turno…joder. Un par de intercambios de email con el francés me informan que le sabe muy mal pero que ha querido esperar más refuerzos y que está forjando un casco y una armadura para su Dios (que le dará protección extra contra el fuego). Me dice que ya ha enviado el turno y que esta vez sí va a atacar, que aguante que “viene en mi ayuda”. Le he dicho que si no ataca no creo que aguante más y que si no quiere vérselas con Abysia él solito tendrá que actuar rápido.
La situación es la que veis. En la provincia donde ha tenido lugar la batalla Abysia puede lanzar ahora 2 ejércitos, uno más “light” para soportar el peso de las flechas y hacer de “escudo” y otro de 20 BO para rematar si así lo desea. Mi ejército se ha visto muy reducido y no puedo oponerle la misma resistencia que en este turno. La DP de la provincia se ha “regenerado”, así que como mínimo tendrá que enfrentarse a bastantes tropas y sufrir cierto desgaste, incluso aunque me marche con todos mis chamanes y el resto de lo que me queda de la batalla.
Además, ahora a la derecha me enfrento a los asesinos ocultos de Abysia y a otro ejército de BO. Ahí podré aguantar porque tengo una DP de 31 y un gran ejército, pero en el centro ya no puedo resistir de la misma manera.
Si mi mago de Agua lanzara Rain podría intentar algo desesperado y causarle muchas bajas pero…joder. Ahora estoy en un aprieto y debo mirar de salvaguardar a mis principales magos.
Dura es la vida en el Dom3. Y amarga son a veces las victorias.