Y es que Eador tiene algo que te hace decir "un turno más". Más adelante, según avanzas en el juego, vas uniendo más fragmentos a los que ya posees, y van apareciendo distintos Masters, cada cual con su peculiaridad, con los que compites, y te pueden atacar, o tú atacar a su plano base. Todo ello imbuido dentro de la linea argumental, con ciertos toques de Rol, donde eliges en ser bueno o malo, siempre con el transfondo de la ley del Karma dichosa.
En cuanto a dificultad, no sé si es que soy un blando y escogí lo más fácil, pero no me puedo quejar. El nivel es exigente, pero no imposible.
Horas y horas de diversión garantizada. Quizá demasiadas para las complejas relaciones interpersonales.....
