Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
19 NOV 2011 | Fernando Paz
Creador de teorías cósmicas que trataban de explicar el universo, sus interpretaciones sobre el origen de la vida y del cosmos gozaron de un amplio predicamento entre la comunidad científica de su tiempo. Hoyle participó intensamente en el debate del siglo XX acerca de Dios y del universo. Y lo hizo en los dos lados.
A mediados del siglo XX, Alfred Hoyle era uno de los científicos con mayor reputación del mundo. Partiendo de una concepción materialista de la existencia, Hoyle elaboró una explicación alternativa a la teoría de la Gran Explosión que entonces comenzaba a abrirse paso. Propuesta por el sacerdote católico y físico belga Georges Lemaître, dicha teoría encontraba muchas resistencias entre los científicos, que desconfiaban de tal modelo de creación del universo por considerarlo un eco del relato bíblico de la creación.
Hoyle brindó durante cierto tiempo -una década y media- la solución al reto planteado: la teoría del estado estacionario, de acuerdo a la cual el universo era básicamente estático. De ese modo, no era necesario ningún creador, que es lo que se pretendía. La consecuencia fue que los científicos marxistas y más militantemente ateos sostuvieron entusiásticamente a Hoyle mientras fue posible.
Una pieza de caza mayor
Cuando en 1964 se descubrió la radiación de fondo del universo y se sumó a la comprobación del corrimiento al rojo del espectro de la luz recibida de las galaxias, la hipótesis de Hoyle acerca del universo estacionario se vino claramente abajo. Entonces Hoyle, quien había bautizado sarcásticamente el origen del universo propuesto por Lemaître como Big Bang, modificó sus puntos de vista en un orden de cosas más decisivo: en la larga etapa final de su vida desarrolló la idea de que era probabilísticamente imposible que la vida hubiera surgido espontáneamente por una combinación azarosa de los elementos que la componen.
En su Mathematics of Evolution (1999) sostiene que el avance de la ciencia, lejos de resolver los problemas planteados, suscita otros más complejos que resultan, a la postre, imposibles de comprender sin una inteligencia creadora y ordenadora del universo. Aplicadas al problema de la evolución, las matemáticas demuestran más allá de toda duda, según Hoyle, que es imposible la evolución por azar. La informática, con su capacidad de manejar un gran volumen de datos, revela no solamente que el azar no existe, sino que la observación del azar a gran escala muestra regularidades. Así, el azar no sería más que el nombre que damos a procesos que desconocemos.
En consecuencia, Hoyle hace un llamamiento a la ciencia biológica para que encuentre con rapidez un paradigma explicativo para la evolución si no quiere caer en un ridículo aniquilador. El evolucionista ateo admite, de ese modo, la incapacidad de la ciencia actual para explicar determinados procesos sin recurrir a una inteligencia cósmica; por el contrario, la complejidad creciente del conocimiento, lejos de resolver esta cuestión a favor de una interpretación materialista, lo hace en sentido contrario.
En este mismo sentido abunda el biólogo neodarwinista Francisco Ayala, quien defiende la compatibilidad entre catolicismo y evolucionismo, aunque desecha el creacionismo. Ayala defiende que “a medida que la ciencia avanza, surgen más preguntas. Si el mundo fuera una isla de conocimiento, se vería cómo las orillas cada vez son más extensas, del mismo modo que cada vez hay más preguntas, y afianza también la posición de la religión”.
La posición de Alfred Hoyle no es en modo único singular. Otros científicos han recorrido un camino semejante, aunque se hayan resistido a admitir la derrota hasta última hora. Robert Jastrow, célebre astrónomo norteamericano, lo resumió en 1984 de este modo: “Para el científico que ha vivido de su fe en el poder de la razón, la historia termina como una pesadilla. Ha trepado por las montañas de la ignorancia, está a punto de conquistar el punto más alto, y conforme se encarama sobre la última roca, le da la bienvenida un grupo de teólogos que lleva ahí sentado desde hace siglos”.
Algo así le debió de suceder a Antony Flew, filósofo inglés de la religión. Fanático defensor del ateísmo durante décadas, Flew fue definido como “el ateo más influyente del mundo”. Se trata sin duda de una pieza de caza mayor. Algunos de los más destacados y beligerantes ateos de comienzos de este siglo arrancan su inspiración de las prédicas de Flew, como es el caso del entomólogo publicista Richard Dawkins.
Cómico esfuerzo
Y es que tras toda una vida dedicada a la propagación de la idea de que Dios no existe, Flew se descolgó en 2004 anunciando que “ahora me he dado cuenta de que me he engañado a mí mismo” para proseguir: “Una deidad o superinteligencia es la única explicación aceptable para el origen de la vida y la complejidad de la naturaleza”. Los descubrimientos más recientes en los campos de la cosmología y la física, así como los hallazgos en la investigación del ADN, se configuran como poderosas razones para sostener la existencia de un diseño en la creación, en opinión de Flew.
Se trata, en el fondo, del mismo argumento que empleó Hoyle en El universo inteligente cuando afirmó que “a medida que los bioquímicos profundizan en sus descubrimientos acerca de la tremenda complejidad de la vida, resulta evidente que las posibilidades de un origen accidental son tan pequeñas que deben descartarse por completo. La vida no puede haberse producido por casualidad”.
Y aunque Antony Flew -muerto hace ahora año y medio- nunca se convirtió al cristianismo, no tuvo problemas en reconocer que “incluso el relato bíblico podría ser exacto desde el punto de vista científico”. Su última obra publicada llevaba el revelador título de Hay un Dios: cómo el ateo más importante del mundo cambió de opinión.
En su libro, Flew justificó su evolución: “Cada año que pasa (...) me parece menos posible que una sopa química pueda generar por arte de magia el código genético. Se me hizo palpable que la diferencia entre la vida y la no-vida era ontológica y no química”.
Pero no se olvidó de su antiguo admirador Richard Dawkins, devenido en airado recriminador: “La mejor confirmación de este abismo radical es el cómico esfuerzo de Richard Dawkins para aducir en El espejismo de Dios que el origen de la vida puede atribuirse a un ‘azar afortunado’. Si este es el mejor argumento que se tiene, entonces el asunto está zanjado”.
LOS SIMIOS DE EDDINGTON: A fines de los años veinte del siglo pasado, el físico Arthur Eddington hizo célebre la idea de que si una horda de monos teclease de forma aleatoria en una máquina de escribir durante el suficiente tiempo, sería capaz de producir todas las obras del Museo Británico. La idea subyacente es que, dadas una determinadas premisas, el mero azar sumado al tiempo a escala cósmica puede dar lugar a la vida. De este modo lo han recogido Dawkins o Manad, quien explicaba la improbabilidad de la vida arguyendo "sencillamente, nuestro número salió en la ruleta de Montecarlo". El objetivo es dejar de lado al Creador, aunque esto exija aceptar una alta improbabilidad que, en otro caso, se desecharía. Pero el desarrollo de la probabilística debido a la informática ha desmentido de modo sonrojante a la legión de afanosos simios de Eddington. Michael Starbird, de la Universidad de Texas, ha establecido que si dispusiéramos de mil millones de monos presionando las teclas sin descanso, una vez por segundo, desde el comienzo del universo hasta hoy, la posibilidad de que escribieran tan solo "to be or notto be" sería apenas de una entre mil millones. Si la evolución es ciega, si no se acepta teleología alguna, si no hay propósito en la creación, entonces la posibilidad de que se haya producido la vida es muy inferior a la que disponen los monos. El azar, por tanto, no desempeñaría papel alguno. Como curiosidad, en 2003 se efectuó un experimento en Reino Unido: se dejó un teclado de ordenador en la jaula de cinco macacos. El resultado fue que los monos escribieron cinco páginas en las que solo figuraba la letra "S"; después la emprendieron con una piedra contra el teclado, y más tarde defecaron sobre él. Quizá era el fin adecuado a la idea para la que fue concebido el experimento.
19 NOV 2011 | Fernando Paz
Creador de teorías cósmicas que trataban de explicar el universo, sus interpretaciones sobre el origen de la vida y del cosmos gozaron de un amplio predicamento entre la comunidad científica de su tiempo. Hoyle participó intensamente en el debate del siglo XX acerca de Dios y del universo. Y lo hizo en los dos lados.
A mediados del siglo XX, Alfred Hoyle era uno de los científicos con mayor reputación del mundo. Partiendo de una concepción materialista de la existencia, Hoyle elaboró una explicación alternativa a la teoría de la Gran Explosión que entonces comenzaba a abrirse paso. Propuesta por el sacerdote católico y físico belga Georges Lemaître, dicha teoría encontraba muchas resistencias entre los científicos, que desconfiaban de tal modelo de creación del universo por considerarlo un eco del relato bíblico de la creación.
Hoyle brindó durante cierto tiempo -una década y media- la solución al reto planteado: la teoría del estado estacionario, de acuerdo a la cual el universo era básicamente estático. De ese modo, no era necesario ningún creador, que es lo que se pretendía. La consecuencia fue que los científicos marxistas y más militantemente ateos sostuvieron entusiásticamente a Hoyle mientras fue posible.
Una pieza de caza mayor
Cuando en 1964 se descubrió la radiación de fondo del universo y se sumó a la comprobación del corrimiento al rojo del espectro de la luz recibida de las galaxias, la hipótesis de Hoyle acerca del universo estacionario se vino claramente abajo. Entonces Hoyle, quien había bautizado sarcásticamente el origen del universo propuesto por Lemaître como Big Bang, modificó sus puntos de vista en un orden de cosas más decisivo: en la larga etapa final de su vida desarrolló la idea de que era probabilísticamente imposible que la vida hubiera surgido espontáneamente por una combinación azarosa de los elementos que la componen.
En su Mathematics of Evolution (1999) sostiene que el avance de la ciencia, lejos de resolver los problemas planteados, suscita otros más complejos que resultan, a la postre, imposibles de comprender sin una inteligencia creadora y ordenadora del universo. Aplicadas al problema de la evolución, las matemáticas demuestran más allá de toda duda, según Hoyle, que es imposible la evolución por azar. La informática, con su capacidad de manejar un gran volumen de datos, revela no solamente que el azar no existe, sino que la observación del azar a gran escala muestra regularidades. Así, el azar no sería más que el nombre que damos a procesos que desconocemos.
En consecuencia, Hoyle hace un llamamiento a la ciencia biológica para que encuentre con rapidez un paradigma explicativo para la evolución si no quiere caer en un ridículo aniquilador. El evolucionista ateo admite, de ese modo, la incapacidad de la ciencia actual para explicar determinados procesos sin recurrir a una inteligencia cósmica; por el contrario, la complejidad creciente del conocimiento, lejos de resolver esta cuestión a favor de una interpretación materialista, lo hace en sentido contrario.
En este mismo sentido abunda el biólogo neodarwinista Francisco Ayala, quien defiende la compatibilidad entre catolicismo y evolucionismo, aunque desecha el creacionismo. Ayala defiende que “a medida que la ciencia avanza, surgen más preguntas. Si el mundo fuera una isla de conocimiento, se vería cómo las orillas cada vez son más extensas, del mismo modo que cada vez hay más preguntas, y afianza también la posición de la religión”.
La posición de Alfred Hoyle no es en modo único singular. Otros científicos han recorrido un camino semejante, aunque se hayan resistido a admitir la derrota hasta última hora. Robert Jastrow, célebre astrónomo norteamericano, lo resumió en 1984 de este modo: “Para el científico que ha vivido de su fe en el poder de la razón, la historia termina como una pesadilla. Ha trepado por las montañas de la ignorancia, está a punto de conquistar el punto más alto, y conforme se encarama sobre la última roca, le da la bienvenida un grupo de teólogos que lleva ahí sentado desde hace siglos”.
Algo así le debió de suceder a Antony Flew, filósofo inglés de la religión. Fanático defensor del ateísmo durante décadas, Flew fue definido como “el ateo más influyente del mundo”. Se trata sin duda de una pieza de caza mayor. Algunos de los más destacados y beligerantes ateos de comienzos de este siglo arrancan su inspiración de las prédicas de Flew, como es el caso del entomólogo publicista Richard Dawkins.
Cómico esfuerzo
Y es que tras toda una vida dedicada a la propagación de la idea de que Dios no existe, Flew se descolgó en 2004 anunciando que “ahora me he dado cuenta de que me he engañado a mí mismo” para proseguir: “Una deidad o superinteligencia es la única explicación aceptable para el origen de la vida y la complejidad de la naturaleza”. Los descubrimientos más recientes en los campos de la cosmología y la física, así como los hallazgos en la investigación del ADN, se configuran como poderosas razones para sostener la existencia de un diseño en la creación, en opinión de Flew.
Se trata, en el fondo, del mismo argumento que empleó Hoyle en El universo inteligente cuando afirmó que “a medida que los bioquímicos profundizan en sus descubrimientos acerca de la tremenda complejidad de la vida, resulta evidente que las posibilidades de un origen accidental son tan pequeñas que deben descartarse por completo. La vida no puede haberse producido por casualidad”.
Y aunque Antony Flew -muerto hace ahora año y medio- nunca se convirtió al cristianismo, no tuvo problemas en reconocer que “incluso el relato bíblico podría ser exacto desde el punto de vista científico”. Su última obra publicada llevaba el revelador título de Hay un Dios: cómo el ateo más importante del mundo cambió de opinión.
En su libro, Flew justificó su evolución: “Cada año que pasa (...) me parece menos posible que una sopa química pueda generar por arte de magia el código genético. Se me hizo palpable que la diferencia entre la vida y la no-vida era ontológica y no química”.
Pero no se olvidó de su antiguo admirador Richard Dawkins, devenido en airado recriminador: “La mejor confirmación de este abismo radical es el cómico esfuerzo de Richard Dawkins para aducir en El espejismo de Dios que el origen de la vida puede atribuirse a un ‘azar afortunado’. Si este es el mejor argumento que se tiene, entonces el asunto está zanjado”.
LOS SIMIOS DE EDDINGTON: A fines de los años veinte del siglo pasado, el físico Arthur Eddington hizo célebre la idea de que si una horda de monos teclease de forma aleatoria en una máquina de escribir durante el suficiente tiempo, sería capaz de producir todas las obras del Museo Británico. La idea subyacente es que, dadas una determinadas premisas, el mero azar sumado al tiempo a escala cósmica puede dar lugar a la vida. De este modo lo han recogido Dawkins o Manad, quien explicaba la improbabilidad de la vida arguyendo "sencillamente, nuestro número salió en la ruleta de Montecarlo". El objetivo es dejar de lado al Creador, aunque esto exija aceptar una alta improbabilidad que, en otro caso, se desecharía. Pero el desarrollo de la probabilística debido a la informática ha desmentido de modo sonrojante a la legión de afanosos simios de Eddington. Michael Starbird, de la Universidad de Texas, ha establecido que si dispusiéramos de mil millones de monos presionando las teclas sin descanso, una vez por segundo, desde el comienzo del universo hasta hoy, la posibilidad de que escribieran tan solo "to be or notto be" sería apenas de una entre mil millones. Si la evolución es ciega, si no se acepta teleología alguna, si no hay propósito en la creación, entonces la posibilidad de que se haya producido la vida es muy inferior a la que disponen los monos. El azar, por tanto, no desempeñaría papel alguno. Como curiosidad, en 2003 se efectuó un experimento en Reino Unido: se dejó un teclado de ordenador en la jaula de cinco macacos. El resultado fue que los monos escribieron cinco páginas en las que solo figuraba la letra "S"; después la emprendieron con una piedra contra el teclado, y más tarde defecaron sobre él. Quizá era el fin adecuado a la idea para la que fue concebido el experimento.
Mentitas est iniquitas sibi. (La iniquidad se engañó a si misma).
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Los argumentos deístas de Antony Flew basados en las cosas que no se entienden o se desconocen en la teoría de la evolución no impresionan demasiado la verdad. Lo de la exactitud científica del relato bíblico es sonrojante. Pero bueno, no todo el mundo llega a los 80 años en sus mejores condiciones.
saludos
saludos
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Hoy en día esta más que aceptado que el Universo tuvo un momento 0, es decir un comienzo. Es eso lo que hace cambiar a Hoyle su pensamiento. Eso y el rechazar la absurdez del azar como explicación de algo. Hoy en día también parece consensuado que el azar, en todo caso, esta restringido por unas leyes que no obedecen al azar.
Como dice Fernando Paz, autor del artículo, la postura de Hoyle no es exclusiva. Y cita nombres relevantes: Flew, nada menos que "el ateo más influyente del mundo" e inspirador de Dawkins. Flew describe su propia evolución en: "Hay un Dios: cómo el ateo más importante del mundo cambió de opinión".
Aparte de los hechos cosmológicos de un principio antecedido de la nada y del principio antrópico (cambios mínimos en la cantidad de materia inicial, en la velocidad de la expansión, etc, etc, hubieran impedido que se diera un universo que albergara la vida humana), la Física cúantica parece abocada a lo que el artículo cita del astrónomo Jastrow, encontrarse con el lugar en que hace siglos los esperan los teólogos ("El enigma cuántico. Encuentros entre la física y la conciencia. El secreto mejor guardado de la física contemporánea". Rosenblum B y Kuttner F. Ed Tusquets. "Dios no ha muerto. Lo que la física cuántica nos enseña acerca de nuestro origen y de la vida". Goswami A (notable físico cuántico converso, aunque este aún no al teísmo). Ed. Obelisco).
Como dice Fernando Paz, autor del artículo, la postura de Hoyle no es exclusiva. Y cita nombres relevantes: Flew, nada menos que "el ateo más influyente del mundo" e inspirador de Dawkins. Flew describe su propia evolución en: "Hay un Dios: cómo el ateo más importante del mundo cambió de opinión".
Aparte de los hechos cosmológicos de un principio antecedido de la nada y del principio antrópico (cambios mínimos en la cantidad de materia inicial, en la velocidad de la expansión, etc, etc, hubieran impedido que se diera un universo que albergara la vida humana), la Física cúantica parece abocada a lo que el artículo cita del astrónomo Jastrow, encontrarse con el lugar en que hace siglos los esperan los teólogos ("El enigma cuántico. Encuentros entre la física y la conciencia. El secreto mejor guardado de la física contemporánea". Rosenblum B y Kuttner F. Ed Tusquets. "Dios no ha muerto. Lo que la física cuántica nos enseña acerca de nuestro origen y de la vida". Goswami A (notable físico cuántico converso, aunque este aún no al teísmo). Ed. Obelisco).
Mentitas est iniquitas sibi. (La iniquidad se engañó a si misma).
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
¿Flew escribió una obra en cuyo título se definió a sí mismo como "el ateo más importante del mundo"? vaya, que arrogancia ....
Por supuesto que el azar está restringido por unas leyes físicas establecidas desde el inicio del universo. Pero decir que el origen de la vida en la Tierra y su posterior evolución está respaldado por un plan diseñado y ejecutado por algún dios es irse al extremo opuesto. Extremo que queda ya fuera de la ciencia. Por cada Jastrow, Hoyle o Flew que haya seguro que se pueden encontrar unos cuantos biólogos que estén de acuerdo en esto.
En cualquier caso, el pensamiento más razonable (desde mi punto de vista) que cita el artículo expuesto es el de Francisco Ayala. La ciencia no podrá nunca responder todas las preguntas, y por ello la filosofía y la religión son importantes para el hombre.
saludos
Por supuesto que el azar está restringido por unas leyes físicas establecidas desde el inicio del universo. Pero decir que el origen de la vida en la Tierra y su posterior evolución está respaldado por un plan diseñado y ejecutado por algún dios es irse al extremo opuesto. Extremo que queda ya fuera de la ciencia. Por cada Jastrow, Hoyle o Flew que haya seguro que se pueden encontrar unos cuantos biólogos que estén de acuerdo en esto.
En cualquier caso, el pensamiento más razonable (desde mi punto de vista) que cita el artículo expuesto es el de Francisco Ayala. La ciencia no podrá nunca responder todas las preguntas, y por ello la filosofía y la religión son importantes para el hombre.
saludos
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Pues desconozco la importancia de Flew en la argumentación histórica del ateismo pero parece que fue notablemente importante. He aquí un comentario sobre el libro citado:
THERE IS A GOD
Hay Dios: lo sabe Flew
Por Guillermo Elizalde Monroset
Después de seis décadas de ateísmo militante, Antony Flew, el mayor apologista ateo desde Hume y los filósofos alemanes del siglo XIX admitió, en mayo de 2004, la existencia de Dios.
Flew había reinventado los argumentos ateos en Theology and Falsification (1950), The Presumption of Atheims (1976) y otra treintena de libros. Ahora, justo cuando el positivismo regresa como "nuevo ateísmo", el viejo ateo publica There is a God (Hay Dios), su testamento y última voluntad sobre la cuestión.
Hay varias paradojas en la vida de Flew. Por ejemplo, el hecho de que su padre fuera uno de los principales predicadores metodistas de Inglaterra no le impidió hacerse ateo a los quince años, impactado –como tantos desde Lucrecio– por la presencia del mal en el mundo. También es paradójico que Flew expresara sus primeras razones ateas en el Club Socrático, dirigido por el campeón cristiano C. S. Lewis. Sin embargo, allí aprendió a seguir la evidencia hasta donde ésta conduzca, un principio socrático que acabaría llevándole –otra paradoja– al teísmo.
El camino intelectual del filósofo británico recorre la filosofía social, el problema del cuerpo y la mente, el concepto de Dios, la discusión sobre la carga de la prueba en el debate teísmo-ateísmo y las implicaciones cosmológicas del Big Bang. Hasta los años 50, Antony Flew fue un marxista convencido. Durante mucho tiempo profesó el determinismo y negó el libre albedrío. Sin embargo, con el compromiso de seguir los hechos hasta donde fuera necesario, declaró falaces los argumentos ateos del positivismo de Alfred Ayer. Después refutó la creencia de que la biología evolutiva proporcionaba una garantía a la doctrina del progreso. Tal vez sin plena conciencia, el profesor londinense había dinamitado dos pilares del ateísmo contemporáneo.
Flew paseó su ferviente increencia por las universidades de Gran Bretaña, EEUU y Canadá, y la exhibió en varios debates públicos. En 2004 se produjo el último de ellos, en la Universidad de Nueva York. Para sorpresa de la audiencia, Flew proclamó que la complejidad del ADN le obligaba a aceptar la existencia de un Diseñador. Y formuló una sencilla pregunta a sus ya ex colegas ateos: "¿Qué debería suceder o haber sucedido para que os planteéis la existencia de una Mente superior?". A Flew le parecía que los últimos avances científicos le ponían muy difícil seguir siendo ateo.
Según Flew, la nueva ciencia ha descubierto tres dimensiones de la naturaleza que señalan hacia Dios. Primero, la existencia de un universo con principio en el tiempo que parece haber sido ajustado milimétricamente para la vida. Segundo, la presencia de leyes naturales, regularidades universales, racionales y matemáticamente precisas, dignas de una mente divina. Y tercero, la dificultad de explicar la vida inteligente, dotada de propósito y químicamente codificada, como emanación de la no-vida, de la materia ciega e inerte.
La desembocadura de estos argumentos científicos es muy similar a la que alcanzó hace siglos la metafísica clásica: existe un Autor de la creación. "El Dios cuya existencia defiendo –dice Flew– es el Dios de Aristóteles". Es decir, no es que Flew se haya hecho cristiano, sino deísta. El viejo filósofo confiesa haber llegado a Dios desde lo puramente natural, desde la filosofía primera, sin necesidad de revelación. Su descubrimiento ha sido "un peregrinaje de la razón, no de la fe", hacia un Dios con los atributos del motor inmóvil aristotélico, que una vez ha completado la creación se aleja de ella y la abandona a sus propias leyes. Flew se ha encontrado con el Dios-arquitecto, no con el Dios-amor del cristianismo.
A pesar de ello, Flew no cree que haya llegado al final de su búsqueda. La omnipotencia divina, por ser omnipotente, es capaz de revelarse al hombre. Entre las religiones reveladas, el cristianismo le merece especial respeto por sus doctrinas sobre la encarnación y la resurrección y su combinación de la figura carismática de Jesucristo con la de un intelectual de primer nivel como San Pablo. En este sentido debe entenderse el anexo que cierra la obra, una reflexión del obispo anglicano N. T. Wright sobre Jesucristo, que para Flew supone un modo nuevo y fresco de presentar el cristianismo pero que para el creyente de a pie resulta una apología más fría que fresca.
La lectura de There is a God es reconfortante. Lo es descubrir que todavía hay filósofos que anteponen la verdad a sus intereses y perezas. Lo es porque sugiere el papel que desempeña la amistad –ahí están las charlas con Swinburne o Conway– en el acercamiento a la verdad. Y lo es porque el caso Flew confirma la tesis del amigo de éste Roy Varghese: "Sólo un rechazo deliberado a mirar es responsable de cualquier tipo de ateísmo".
Ahora bien, el libro sugiere reflexiones menos laudatorias. Una de ellas, la necesidad de recuperar la metafísica. Otra, la necesidad de releer –quizás en Pieper– que para creer hay que querer. Y una pregunta que el lector desearía formular a Antony Flew, tal vez tomando una cerveza en el campus de Reading: "¿Por qué no leíste antes la Suma contra gentiles, amigo?".
Un saludo.
THERE IS A GOD
Hay Dios: lo sabe Flew
Por Guillermo Elizalde Monroset
Después de seis décadas de ateísmo militante, Antony Flew, el mayor apologista ateo desde Hume y los filósofos alemanes del siglo XIX admitió, en mayo de 2004, la existencia de Dios.
Flew había reinventado los argumentos ateos en Theology and Falsification (1950), The Presumption of Atheims (1976) y otra treintena de libros. Ahora, justo cuando el positivismo regresa como "nuevo ateísmo", el viejo ateo publica There is a God (Hay Dios), su testamento y última voluntad sobre la cuestión.
Hay varias paradojas en la vida de Flew. Por ejemplo, el hecho de que su padre fuera uno de los principales predicadores metodistas de Inglaterra no le impidió hacerse ateo a los quince años, impactado –como tantos desde Lucrecio– por la presencia del mal en el mundo. También es paradójico que Flew expresara sus primeras razones ateas en el Club Socrático, dirigido por el campeón cristiano C. S. Lewis. Sin embargo, allí aprendió a seguir la evidencia hasta donde ésta conduzca, un principio socrático que acabaría llevándole –otra paradoja– al teísmo.
El camino intelectual del filósofo británico recorre la filosofía social, el problema del cuerpo y la mente, el concepto de Dios, la discusión sobre la carga de la prueba en el debate teísmo-ateísmo y las implicaciones cosmológicas del Big Bang. Hasta los años 50, Antony Flew fue un marxista convencido. Durante mucho tiempo profesó el determinismo y negó el libre albedrío. Sin embargo, con el compromiso de seguir los hechos hasta donde fuera necesario, declaró falaces los argumentos ateos del positivismo de Alfred Ayer. Después refutó la creencia de que la biología evolutiva proporcionaba una garantía a la doctrina del progreso. Tal vez sin plena conciencia, el profesor londinense había dinamitado dos pilares del ateísmo contemporáneo.
Flew paseó su ferviente increencia por las universidades de Gran Bretaña, EEUU y Canadá, y la exhibió en varios debates públicos. En 2004 se produjo el último de ellos, en la Universidad de Nueva York. Para sorpresa de la audiencia, Flew proclamó que la complejidad del ADN le obligaba a aceptar la existencia de un Diseñador. Y formuló una sencilla pregunta a sus ya ex colegas ateos: "¿Qué debería suceder o haber sucedido para que os planteéis la existencia de una Mente superior?". A Flew le parecía que los últimos avances científicos le ponían muy difícil seguir siendo ateo.
Según Flew, la nueva ciencia ha descubierto tres dimensiones de la naturaleza que señalan hacia Dios. Primero, la existencia de un universo con principio en el tiempo que parece haber sido ajustado milimétricamente para la vida. Segundo, la presencia de leyes naturales, regularidades universales, racionales y matemáticamente precisas, dignas de una mente divina. Y tercero, la dificultad de explicar la vida inteligente, dotada de propósito y químicamente codificada, como emanación de la no-vida, de la materia ciega e inerte.
La desembocadura de estos argumentos científicos es muy similar a la que alcanzó hace siglos la metafísica clásica: existe un Autor de la creación. "El Dios cuya existencia defiendo –dice Flew– es el Dios de Aristóteles". Es decir, no es que Flew se haya hecho cristiano, sino deísta. El viejo filósofo confiesa haber llegado a Dios desde lo puramente natural, desde la filosofía primera, sin necesidad de revelación. Su descubrimiento ha sido "un peregrinaje de la razón, no de la fe", hacia un Dios con los atributos del motor inmóvil aristotélico, que una vez ha completado la creación se aleja de ella y la abandona a sus propias leyes. Flew se ha encontrado con el Dios-arquitecto, no con el Dios-amor del cristianismo.
A pesar de ello, Flew no cree que haya llegado al final de su búsqueda. La omnipotencia divina, por ser omnipotente, es capaz de revelarse al hombre. Entre las religiones reveladas, el cristianismo le merece especial respeto por sus doctrinas sobre la encarnación y la resurrección y su combinación de la figura carismática de Jesucristo con la de un intelectual de primer nivel como San Pablo. En este sentido debe entenderse el anexo que cierra la obra, una reflexión del obispo anglicano N. T. Wright sobre Jesucristo, que para Flew supone un modo nuevo y fresco de presentar el cristianismo pero que para el creyente de a pie resulta una apología más fría que fresca.
La lectura de There is a God es reconfortante. Lo es descubrir que todavía hay filósofos que anteponen la verdad a sus intereses y perezas. Lo es porque sugiere el papel que desempeña la amistad –ahí están las charlas con Swinburne o Conway– en el acercamiento a la verdad. Y lo es porque el caso Flew confirma la tesis del amigo de éste Roy Varghese: "Sólo un rechazo deliberado a mirar es responsable de cualquier tipo de ateísmo".
Ahora bien, el libro sugiere reflexiones menos laudatorias. Una de ellas, la necesidad de recuperar la metafísica. Otra, la necesidad de releer –quizás en Pieper– que para creer hay que querer. Y una pregunta que el lector desearía formular a Antony Flew, tal vez tomando una cerveza en el campus de Reading: "¿Por qué no leíste antes la Suma contra gentiles, amigo?".
Un saludo.
Mentitas est iniquitas sibi. (La iniquidad se engañó a si misma).
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Por otra parte esto muy de acuerdo con tu aserto final, Jorgeas: la ciencia tiene límites y la metafísica, la teología y la religión son necesarias para el conocimiento humano. Sin embargo no sigo tu argumento de que la existencia de unas leyes físicas desde el principio de los tiempos no respalden o puedan hacerlo, un plan diseñado y ejecutado por Dios. Antes al contrario. La existencia de tales leyes, la exactitud necesaria para que el inmenso desarrollo del Universo haya llevado a la vida en la Tierra no puede sino llevar a concluir la existencia de Un Ser de una Inteligencia y Poder ingentes. Ciertamente, como dices, esto ya escapa a la ciencia pues esta sólo entiende de lo que es mesurable y experimentable en un laboratorio pero eso no le quita relevancia, realidad ni interés en absoluto.
Hay que tener en cuenta que la Teoría de la Evolución no es incompatible con la existencia de un Plan de Dios, al igual que hoy se acepta que el azar es compatible con su restricción por unas leyes.
Un saludo.
Hay que tener en cuenta que la Teoría de la Evolución no es incompatible con la existencia de un Plan de Dios, al igual que hoy se acepta que el azar es compatible con su restricción por unas leyes.
Un saludo.
Mentitas est iniquitas sibi. (La iniquidad se engañó a si misma).
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Por cierto, buceando un poco en las inmensas aguas de internet, he encontrado esto sobre la "conversión" de Antony Flew:
http://scienceblogs.com/pharyngula/2007 ... loitat.php
dentro del cual se cita un artículo del New York Times:
http://www.nytimes.com/2007/11/04/magaz ... lew-t.html
Me temo que no he encontrado traducción del artículo. Resumiendo mucho lo que dicen esa entrada blog y el artículo del NYTimes: que un Antony Flew senil, con pérdidas importantes de memoria e incapaz de debatir en condiciones ha sido manipulado por gente como Roy Varghese (ese al que cita Guillermo Elizalde) para que haga una encendida defensa de su conversión al deísmo, El propio Roy Varghese reconoce al periodista del NYTimes que él escribió la mayor parte del material del libro "Hay un Dios: cómo el ateo más importante del mundo cambió de opinión". El periodista del NYTimes entrevistó a Flew, y el filósofo no era capaz de recordar partes importantes de ese libro del que supuestamente es autor.
No digo que eso sea verdad, pero me parece interesante. Como poco me hace escéptico sobre esa conversión. Fernando Paz y Guillermo Elilzalde están mostrando sólo una versión de la conversión de Flew. La que a ellos más les gusta, supongo.
saludos
http://scienceblogs.com/pharyngula/2007 ... loitat.php
dentro del cual se cita un artículo del New York Times:
http://www.nytimes.com/2007/11/04/magaz ... lew-t.html
Me temo que no he encontrado traducción del artículo. Resumiendo mucho lo que dicen esa entrada blog y el artículo del NYTimes: que un Antony Flew senil, con pérdidas importantes de memoria e incapaz de debatir en condiciones ha sido manipulado por gente como Roy Varghese (ese al que cita Guillermo Elizalde) para que haga una encendida defensa de su conversión al deísmo, El propio Roy Varghese reconoce al periodista del NYTimes que él escribió la mayor parte del material del libro "Hay un Dios: cómo el ateo más importante del mundo cambió de opinión". El periodista del NYTimes entrevistó a Flew, y el filósofo no era capaz de recordar partes importantes de ese libro del que supuestamente es autor.
No digo que eso sea verdad, pero me parece interesante. Como poco me hace escéptico sobre esa conversión. Fernando Paz y Guillermo Elilzalde están mostrando sólo una versión de la conversión de Flew. La que a ellos más les gusta, supongo.
saludos
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Es lo que dices, no sabemos si lo de que no estaba lúcido cuando escribió el libro es verdad o una de tantas manipulaciones. Ya es extraño que el propio Roy Varghese se reconozca manipulador aunque no se en que circunstancias lo hizo. Quiero decir, si era un estafador o manipulador a conciencia no es esperable que lo reconociera espontáneamente o a las primeras de cambio. Debía haber alguna evidencia o prueba prácticamente innegable. Habría que estudiar el tema en profundidad para llegar a una conclusión.Jorgeas escribió:Por cierto, buceando un poco en las inmensas aguas de internet, he encontrado esto sobre la "conversión" de Antony Flew:
http://scienceblogs.com/pharyngula/2007 ... loitat.php
dentro del cual se cita un artículo del New York Times:
http://www.nytimes.com/2007/11/04/magaz ... lew-t.html
Me temo que no he encontrado traducción del artículo. Resumiendo mucho lo que dicen esa entrada blog y el artículo del NYTimes: que un Antony Flew senil, con pérdidas importantes de memoria e incapaz de debatir en condiciones ha sido manipulado por gente como Roy Varghese (ese al que cita Guillermo Elizalde) para que haga una encendida defensa de su conversión al deísmo, El propio Roy Varghese reconoce al periodista del NYTimes que él escribió la mayor parte del material del libro "Hay un Dios: cómo el ateo más importante del mundo cambió de opinión". El periodista del NYTimes entrevistó a Flew, y el filósofo no era capaz de recordar partes importantes de ese libro del que supuestamente es autor.
No digo que eso sea verdad, pero me parece interesante. Como poco me hace escéptico sobre esa conversión. Fernando Paz y Guillermo Elilzalde están mostrando sólo una versión de la conversión de Flew. La que a ellos más les gusta, supongo.
saludos
He aquí la referencia del libro:
ANTONY FLEW y ROY VARGHESE: THERE IS A GOD. HOW THE WORLD'S MOST NOTORIOUS ATHEIS CHANGED HIS MIND. Harper One (Nueva York), 2007, 222 páginas.
De ella puede colegirse que el libro tiene dos autores o tal vez sea una entrevista. En cualquiera de las dos opciones el que Varghese escribiera la mayor parte del libro no es de extrañar. La cuestión es si Flew lo releyo y aprobó antes de su publicación y si realmente estaba en condiciones para ello. Esto requeriría una investigación. Por lo pronto de lo escrito más arriba se puede deducir que Flew ya había iniciado un cambio de pensamiento hacía años.
Desde luego siempre hay que ponderar las fuentes y uno no suele llegar a todo pero fíjate que hay quien considera que el presitigioso New York Times no es de lo más imparcial:
“Si hay un periódico que me viene a la mente cuando se habla de lobbies laicistas y anticatólicos, este es el New York Times. El 25 de marzo de 2010, el diario de Nueva York ha confirmado esta vocación suya con un increíble bulo relativo a Benedicto XVI y al cardenal secretario de Estado Tarcisio Bertone...
http://blogs.hazteoir.org/marailime/201 ... ork-times/
También es interesante esta noticia referida a Flew de la que transcribo sus últimos párrafos:
http://infocatolica.com/blog/delapsis.p ... el-ateo-lq
<<Hábil polemista su presunción de ateísmo (que resolvía la aporía atea de demostrar la no existencia) y las críticas a la vida después de la muerte y del libre albedrío (fue marxista y determinista) eran la munición intelectual de la que se servían otros ateos. Dos de sus libros Dios y la Filosofía (1966) y La presunción de ateísmo (1984), eran los libros de cabecera de la secta atea y el artículo «Teología y Falsificación» uno de los más citados durante 20 años.
Pero a partir del año 2000 comenzaron los rumores de la conversión de Flew, que confirmó el propio Anthony en 2004 en una entrevista: «Ateo se vuelve teísta», cierto que era al «Dios aristotélico» pero echaba por tierra toneladas de falacias, fallos de argumentación y negación de las evidencias de los últimos avances científicos. En el fondo, si Dios cupiese entero en nuestras cabezas, bien pequeño sería.
Era la consecuencia 'lógica' de su admiración por los argumentos teleológicos y la fuerza de los hechos: «los argumentos más impresionantes de la existencia de Dios son aquellos que son apoyados por recientes descubrimientos científicos»
Tres años después publicaba «Hay un Dios. Cómo el más famoso ateo cambió de parecer», un libro que conmocionó a la comunidad atea hasta tal punto que pusieron en duda que hubiese sido escrito por él. Acusaron al coautor —Roy A. Varghese— de haberlo secuestrado e inventado todo el contenido. El propio Flew tuvo que remitir una nota a través de la editorial:
Mi nombre está en el libro y representa exactamente mis opiniones. No permitiré que se publique un libro con mi nombre con el cual no estoy cien por ciento de acuerdo. Necesité que alguien lo escribiera porque tengo 84 años. Ese fue el papel de Roy Varghese. La idea que alguien me manipuló porque soy viejo es exactamente incorrecta. Puedo ser viejo, pero es difícil que alguien me manipule. Éste es mi libro y representa mi pensamiento.
Empujaba con fuerza el «Nuevo Ateísmo», y esa generación de ateos bienpensantes fue sustituida por divulgadores de segunda fila como el autoproclamado «apóstol del ateísmo» Richard Dawkins.
Flew lo contaba así en una de las últimas entrevistas, al ser preguntado por su cambio (conversión intelectual):
Dos factores fueron especialmente decisivos. Uno fue mi creciente empatía con la idea de Einstein y de otros científicos notables de que tenía que haber una Inteligencia detrás de la complejidad integrada del universo físico. El segundo era mi propia idea de que la complejidad integrada de la vida misma —que es mucho más compleja que el universo físico— solo puede ser explicada en términos de una fuente inteligente. Creo que el origen de la vida y de la reproducción sencillamente no pueden ser explicados desde una perspectiva biológica, a pesar de los numerosos esfuerzos para hacerlo. Con cada año que pasa, cuanto más descubrimos de la riqueza y de la inteligencia inherente a la vida, menos posible parece que una sopa química pueda generar por arte de magia el código genético. Se me hizo palpable que la diferencia entre la vida y la no-vida era ontológica y no química. La mejor confirmación de este abismo radical es el cómico esfuerzo de Richard Dawkins para aducir en El espejismo de Dios que el origen de la vida puede atribuirse a un "azar afortunado". Si este es el mejor argumento que se tiene, entonces el asunto queda zanjado. No, no escuché ninguna voz. Fue la evidencia misma la que me condujo a esta conclusión.
Me hubiese gustado extenderme más con este personaje de trayectoria apasionante, pero no voy a tener ese tiempo tranquilo y reflexivo. Sirva al menos de homenaje a una inteligencia coherente>>.
Un saludo.
Mentitas est iniquitas sibi. (La iniquidad se engañó a si misma).
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Me vais a permitir que desvíe (aunque espero que "amplíe" sea más correcto) un pocomucho el tema de la vida de este hombre a lo que dice o se dice en su nombre. A fin de cuentas la vida de un pensador es irrelevante, lo importante son las ideas del pensador. Más que nada por un par de cosas que me han sonado raras y quisiera comentar.
Para empezar, excepto en lugares muy puntuales (sólo nuestro planeta, que aún sepamos, por estadística han de haber más pero esto no es 100% seguro) el Universo es bastante incompatible con la vida. Pensar que el Universo está hecho para contener vida es muy "tierracentrista", no hay nada realmente que lleve a pensar que el objetivo del Universo es contener vida, ni que ésta no sea la consecuencia de una serie de casualidades.
2º. Este punto me da un poco de urticaria por el hecho de que no sé cómo expresar los contraargumentos que tengo en la cabeza. Pero básicamente, lo de la mente divina es una sacada de manga.
3º. Presunciones: Vida viene dotada de propósito de por sí. Complejidad = artificial, en el sentido de manufacturación consciente. Lo sabemos todo, y lo que no sabemos, no es explicable por la ciencia.
Ahora me vengo a enterar que la vida tiene un propósito asignado. Será que nací con un defecto o que a alguien se le ha olvidado decírmelo. Y yo como un lerdo autoasignándomelo. ¿Alguien podría amablemente decirme cuál es ese propósito? Y ya que estamos, ¿cuál es el de mi perro? ¿Y el de las plantas? Se podría decir que ese propósito es perpetuarse, pero... Las personas que dicen que no les compensa el coñazo que dan los hijos y eligen no tenerlos, ¿fracasan en la vida? En definitiva, otra sacada de manga.
"Es difícil explicar el paso entre la materia inórganica y la materia viva". Para empezar, materia es materia tenga la forma que tenga, el mismo hierro que corre por mis venas podría formar parte de una viga perfectamente. El ADN es una serie de átomos dispuestos de una forma, el diamante es una serie de átomos de carbono dispuestos de otra forma, no hay nada mágico en ello. Sólo se necesita que las piezas adecuadas se junten del modo adecuado, sea para formar una proteína que una piedra.
Hay un experimento muy famoso que conseguía sacar aminoácidos (que son las piezas que forman las proteínas, que intervienen en todo o casi todo lo que ocurre en un ser vivo (y de hecho, ese "código mágico" que contiene el ADN, no es más que las instrucciones para montar proteínas)) a partir de elementos simples, además de emular supuestamente las condiciones de la Tierra primigenia. Que yo sepa, aún no se ha hecho el experimento sobre los pasos siguientes. ¿Eso implica que nunca se hará? NO. Que algo no se pueda explicar hoy no implica que no se pueda explicar mañana, so ansias.
Y por último, que algo parezca tan improbable que haya ocurrido al azar no implica que no haya ocurrido al azar. Han pasado miles de millones de años. Hay un cacho de pedazo de burrada de cantidad tremenda de estrellas, las cuales pueden tener varios planetas, satélites y otras historias, cada cual con sus condiciones propias. Simplemente, si existe la posibilidad de vida en una situación, han habido tantísimas combinaciones (intentos) que por fuerza ha tenido que salir, y de hecho nada impide que haya ocurrido en más de una ocasión. Que semejantes números no entren en la cabeza no implica que exista un creador. Entre "Extremedamente difícil" y "existe un creador" no hay relación causal. A mí no me entra en la cabeza que haya seres humanos que usen ese galimatías que es la escritura china y no por ello creo en un Dios tan cabrón como para crearla.
Esto viene a ser la versión moderna de cuando los antiguos no podían explicar fenómenos como las tormentas y se sacaban dioses y espíritus de la manga.
4º. Vale, ¿y qué creó a ese Creador? ¿Nada, no lo necesita? ¿Y si puede existir un ente que no necesite haber sido creado, por qué el Universo sí lo necesita?
Ese concepto, directamente, no se sostiene. Si quieres creer en él, vale, guay, sin problemas. Pero no me vengas con rollos intento-de-científicos, ni con La Verdad, ni pollas. Di "creo en un Creador porque me sale de las narices hacerlo" y punto.
5º. Whaaaaat. Esperad, esperad, esperad. A lo mejor peco de olvido/ignorancia, pero que yo recuerde, el creador aristotélico es el responsable de la creación del Universo y es la fuerza inicial que lo mueve. Y hasta ahí. Que yo recuerde, de omnipotente ná. Éso ya es sacarse un portaaviones de la manga, más que una manga parece el bolsillo de Doraemon.
Creo que más que discutir puntos de Flew, he discutido puntos de un articulista que mete cosas suyas en boca de otro porque es así de guay. Pero bueno, ya que he escrito el tocho, lo publico y si da para un poco de cháchara...
PD: Manga arriba, manga abajo, parezco un sastre.
PD2: Pido disculpas de antemano por horrores sintácticos y de redacción.
1º. "Universo ajustado para la vida", jias. Presunciones: La vida NO es un accidente. A falta de un término mejor, "Tierracentrismo" (¿geocentrismo, quizá?).Von Voit escribió: THERE IS A GOD
Según Flew, la nueva ciencia ha descubierto tres dimensiones de la naturaleza que señalan hacia Dios. Primero, la existencia de un universo con principio en el tiempo que parece haber sido ajustado milimétricamente para la vida (1º). Segundo, la presencia de leyes naturales, regularidades universales, racionales y matemáticamente precisas, dignas de una mente divina (2º). Y tercero, la dificultad de explicar la vida inteligente, dotada de propósito (3º) y químicamente codificada, como emanación de la no-vida, de la materia ciega e inerte.
La desembocadura de estos argumentos científicos es muy similar a la que alcanzó hace siglos la metafísica clásica: existe un Autor de la creación (4º). "El Dios cuya existencia defiendo –dice Flew– es el Dios de Aristóteles". Es decir, no es que Flew se haya hecho cristiano, sino deísta. El viejo filósofo confiesa haber llegado a Dios desde lo puramente natural, desde la filosofía primera, sin necesidad de revelación. Su descubrimiento ha sido "un peregrinaje de la razón, no de la fe", hacia un Dios con los atributos del motor inmóvil aristotélico, que una vez ha completado la creación se aleja de ella y la abandona a sus propias leyes. Flew se ha encontrado con el Dios-arquitecto, no con el Dios-amor del cristianismo.
A pesar de ello, Flew no cree que haya llegado al final de su búsqueda. La omnipotencia divina, por ser omnipotente (5º), es capaz de revelarse al hombre. Entre las religiones reveladas, el cristianismo le merece especial respeto por sus doctrinas sobre la encarnación y la resurrección y su combinación de la figura carismática de Jesucristo con la de un intelectual de primer nivel como San Pablo. En este sentido debe entenderse el anexo que cierra la obra, una reflexión del obispo anglicano N. T. Wright sobre Jesucristo, que para Flew supone un modo nuevo y fresco de presentar el cristianismo pero que para el creyente de a pie resulta una apología más fría que fresca.
Para empezar, excepto en lugares muy puntuales (sólo nuestro planeta, que aún sepamos, por estadística han de haber más pero esto no es 100% seguro) el Universo es bastante incompatible con la vida. Pensar que el Universo está hecho para contener vida es muy "tierracentrista", no hay nada realmente que lleve a pensar que el objetivo del Universo es contener vida, ni que ésta no sea la consecuencia de una serie de casualidades.
2º. Este punto me da un poco de urticaria por el hecho de que no sé cómo expresar los contraargumentos que tengo en la cabeza. Pero básicamente, lo de la mente divina es una sacada de manga.
3º. Presunciones: Vida viene dotada de propósito de por sí. Complejidad = artificial, en el sentido de manufacturación consciente. Lo sabemos todo, y lo que no sabemos, no es explicable por la ciencia.
Ahora me vengo a enterar que la vida tiene un propósito asignado. Será que nací con un defecto o que a alguien se le ha olvidado decírmelo. Y yo como un lerdo autoasignándomelo. ¿Alguien podría amablemente decirme cuál es ese propósito? Y ya que estamos, ¿cuál es el de mi perro? ¿Y el de las plantas? Se podría decir que ese propósito es perpetuarse, pero... Las personas que dicen que no les compensa el coñazo que dan los hijos y eligen no tenerlos, ¿fracasan en la vida? En definitiva, otra sacada de manga.
"Es difícil explicar el paso entre la materia inórganica y la materia viva". Para empezar, materia es materia tenga la forma que tenga, el mismo hierro que corre por mis venas podría formar parte de una viga perfectamente. El ADN es una serie de átomos dispuestos de una forma, el diamante es una serie de átomos de carbono dispuestos de otra forma, no hay nada mágico en ello. Sólo se necesita que las piezas adecuadas se junten del modo adecuado, sea para formar una proteína que una piedra.
Hay un experimento muy famoso que conseguía sacar aminoácidos (que son las piezas que forman las proteínas, que intervienen en todo o casi todo lo que ocurre en un ser vivo (y de hecho, ese "código mágico" que contiene el ADN, no es más que las instrucciones para montar proteínas)) a partir de elementos simples, además de emular supuestamente las condiciones de la Tierra primigenia. Que yo sepa, aún no se ha hecho el experimento sobre los pasos siguientes. ¿Eso implica que nunca se hará? NO. Que algo no se pueda explicar hoy no implica que no se pueda explicar mañana, so ansias.
Y por último, que algo parezca tan improbable que haya ocurrido al azar no implica que no haya ocurrido al azar. Han pasado miles de millones de años. Hay un cacho de pedazo de burrada de cantidad tremenda de estrellas, las cuales pueden tener varios planetas, satélites y otras historias, cada cual con sus condiciones propias. Simplemente, si existe la posibilidad de vida en una situación, han habido tantísimas combinaciones (intentos) que por fuerza ha tenido que salir, y de hecho nada impide que haya ocurrido en más de una ocasión. Que semejantes números no entren en la cabeza no implica que exista un creador. Entre "Extremedamente difícil" y "existe un creador" no hay relación causal. A mí no me entra en la cabeza que haya seres humanos que usen ese galimatías que es la escritura china y no por ello creo en un Dios tan cabrón como para crearla.
Esto viene a ser la versión moderna de cuando los antiguos no podían explicar fenómenos como las tormentas y se sacaban dioses y espíritus de la manga.
4º. Vale, ¿y qué creó a ese Creador? ¿Nada, no lo necesita? ¿Y si puede existir un ente que no necesite haber sido creado, por qué el Universo sí lo necesita?
Ese concepto, directamente, no se sostiene. Si quieres creer en él, vale, guay, sin problemas. Pero no me vengas con rollos intento-de-científicos, ni con La Verdad, ni pollas. Di "creo en un Creador porque me sale de las narices hacerlo" y punto.
5º. Whaaaaat. Esperad, esperad, esperad. A lo mejor peco de olvido/ignorancia, pero que yo recuerde, el creador aristotélico es el responsable de la creación del Universo y es la fuerza inicial que lo mueve. Y hasta ahí. Que yo recuerde, de omnipotente ná. Éso ya es sacarse un portaaviones de la manga, más que una manga parece el bolsillo de Doraemon.
Creo que más que discutir puntos de Flew, he discutido puntos de un articulista que mete cosas suyas en boca de otro porque es así de guay. Pero bueno, ya que he escrito el tocho, lo publico y si da para un poco de cháchara...
PD: Manga arriba, manga abajo, parezco un sastre.
PD2: Pido disculpas de antemano por horrores sintácticos y de redacción.
Última edición por Ancalagon el 27 Nov 2011, 11:15, editado 1 vez en total.
- PIZARRO
- Crack - Oberst
- Mensajes: 2739
- Registrado: 24 Dic 2006, 18:14
- STEAM: Jugador
- Ubicación: Ponga aqui su anuncio
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
No te disculpes, es el primer mensaje del hilo que he podido entender completamente.Ancalagon escribió: PD2: Pido disculpas de antemano por horrores sintácticos y de redacción.
-
- Moderador
- Mensajes: 7156
- Registrado: 01 Jul 2003, 09:41
- STEAM: Jugador
- Ubicación: En mi trinchera
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Esto es simplemente mentira. O ignorancia. Einstein no creía en absoluto que hubiera una inteligencia detrás de las leyes físicas del universo. Él, y así lo explicó muchas veces, llamaba "dios" a esas leyes por lo que le maravillaban y por la explicación que daban del universo pero no implica que creyera en un Creador. Se puede comprobar en esta cita:Flew escribió:Dos factores fueron especialmente decisivos. Uno fue mi creciente empatía con la idea de Einstein y de otros científicos notables de que tenía que haber una Inteligencia detrás de la complejidad integrada del universo físico.
"Soy un no-creyente profundamente religioso. De alguna forma esta es una nueva clase de religión".
Pero en cuanto a un dios antropomórfico y creador, esta otra deja claro su pensamiento:
"Por supuesto que es mentira todo lo que ustedes han leído acerca de mis convicciones religiosas, una mentira que se repite sistemáticamente. No creo en un dios personal y no lo he negado nunca, sino que lo he expresado muy claramente. Si hay algo en mí que pueda llamarse religioso es la ilimitada admiración por la estructura del mundo, hasta donde nuestra ciencia pueda revelarla."
El problema es que se han sacado de contexto muchas citas de Einstein para que pareciera que apoyaba la idea de un creador pero él lo dejó claro en muchas ocasiones. Otra cita suya que lo deja bien claro:
"La idea de un dios personal es bastante extraña para mí e incluso me parece infantil"
Escucha el podcast de PDL !
http://www.ivoox.com/escuchar-audios-pdl-wargames_al_4216917_1.html
http://www.ivoox.com/escuchar-audios-pdl-wargames_al_4216917_1.html
-
- Regular - Unteroffizier
- Mensajes: 348
- Registrado: 27 Ene 2005, 00:02
- STEAM: No Jugador
- Ubicación: ESPAÑA
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Saludos:
Solo irrumpo en el post para decir que es de los más profundos y densos que he leido por aquí. Cualquiera diria que estamos en un foro de filosofia.
Enhorabuena a todos los "posteadores".
Solo irrumpo en el post para decir que es de los más profundos y densos que he leido por aquí. Cualquiera diria que estamos en un foro de filosofia.
Enhorabuena a todos los "posteadores".
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Más citas de Einstein y su fuente. Evidentemente Einstein tuvo una evolución y notables cambios tanto en lo tocante a lo científico (inicialmente no aceptaba que el Universo tuviera un inicio, estaba apegado a la idea de un universo que siempre estuvo ahí) como en lo personal:
"No soy ateo, y no creo que pueda llamarme panteísta. Estamos en la posición de un niño que entra en una biblioteca llena con libros en muchos lenguajes diferentes. El niño sabe que en esos libros debe haber algo escrito, pero no sabe qué. Sospecha levemente que hay un orden misterioso en el ordenamiento de esos libros, pero no sabe cuál es. Me parece que esa debería ser la actitud de incluso los seres humanos más inteligentes hacia Dios. Vemos el universo maravillosamente ordenado y obedecemos ciertas leyes, pero sólo entendemos levemente estas leyes. Nuestras mentes limitadas captan la misteriosa fuerza que mueve las constelaciones. Estoy fascinado por el panteísmo de Spinoza, pero admiro más la contribución de él al pensamiento moderno, porque fue el primer filósofo que pensó en el alma y el cuerpo como una sola cosa y no como dos cosas separadas".
Fuente: "Glimpses of the Great", escrito en 1930 por G. S. Viereck.
"Siendo un amante de la libertad, cuando llegó la revolución a Alemania miré con confianza a las universidades sabiendo que siempre se habían vanagloriado de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron acalladas. Entonces miré a los grandes editores de periódicos, que en ardientes editoriales proclamaban su amor por la libertad. Pero también ellos, como las universidades, fueron reducidos al silencio, ahogados a la vuelta de pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció de pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler para suprimir la verdad. Antes no había sentido ningún interés personal en la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque sólo la Iglesia ha tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la libertad moral. Debo confesar que lo que antes despreciaba ahora lo alabo incondicionalmente."
"Sentir que detrás de cualquier cosa que pueda ser experimentada existe un algo que nuestra mente no puede captar y cuya belleza y sublimidad nos alcanza indirectamente y como un débil reflejo, eso es religiosidad. En ese sentido yo soy religioso".
"Solamente la Iglesia Católica salio decididamente al paso a la campaña de Hitler por suprimir la verdad".
"Einstein, no le diga a Dios qué hacer con sus dados"
Niels Bohr respondiendo a la famosa frase, "Dios no juega a los dados".
Citas tomadas de: http://es.wikiquote.org/wiki/Albert_Einstein
A veces no entendemos lo que no queremos entender.
El hecho de que exista vida en la Tierra hace que, categóricamente, nuestro Universo sea compatible con la vida. Esto es innegable. El que la gente sólo pueda viajar dentro de un tren de alta velocidad pero no en sus ruedas, en sus paredes externas, en su morro, o agarrado a su cola, etc, no hace al tren incompatible con los viajeros.
Todo lo que se conoce hace pensar que el la “cosmogénesis” hubiera sido totalmente diferente con mínimos cambios en su origen o desarrollo (por ejemplo con una mínima variación en la cantidad de materia inicial o con la velocidad de la dispersión de esta). Es decir con un pequeño cambio en los múltiples parámetros que hacen del universo lo que hoy es, no sería posible la vida que conocemos. Sólo hay dos posturas ante esto: es producto de la casualidad o un Ser capaz e inteligente ha hecho que sea así. Hoyle, Flew, etc, concluyen que la probabilidad del azar es más que ínfima. Ya no hablamos del habitual 5% habitual de la estadística con el que despreciamos una hipótesis, hablamos de un decimal minúsculo. Por otra parte, el azar no es explicación de nada, es simple reconocimiento de no ser capaz de dar explicación de algo.
Aún así hay quién prefiere la explicación irracional del azar, habría que preguntarse el motivo de esta preferencia, la ventaja personal de esta elección. La respuesta, si es totalmente honesta, es crucial en la vida de uno.
Inteligencia es propósito e intención. El resto es un despropósito. ¿Hay algún ser inteligente que no viva con uno o muchos propósitos?. ¿Alguien es capaz de autoengañarse a tal extremo?.
Y, si negamos que la vida tiene propósito, ¿somos conscientes de que lo hacemos desde la inteligencia y que esta forma parte de la vida?.
<< El término inteligencia proviene del latín intelligentĭa, que a su vez deriva de inteligere. Esta es una palabra compuesta por otros dos términos: intus (“entre”) y legere (“escoger”). Por lo tanto, el origen etimológico del concepto de inteligencia hace referencia a quien sabe escoger: la inteligencia permite seleccionar las mejores opciones para solucionar una cuestión>>.
Es decir, inteligencia implica, per se, propósito, direción, intención, verdad y falsedad.
Lo que da mucho que pensar es que la materia nos permita conocer la vida y utilizar la inteligencia.
¿Es todo indiferente?. ¿Puede alguien mantener eso con una mínima coherencia?. ¿Da lo mismo contribuir a la felicidad que destruirla?. ¿Da lo mismo ser feliz que desgraciado?. Un puede engañarse de mil y una formas pero si uno siente un profundo dolor, si no se anestesia con ficciones o tóxicos, no puede dejar de buscar el sentido de la vida. Muchos prefieren la anestesia y la negación de la realidad, ¿porqué?. Un pequeño ejemplo a modo de respuesta: postponemos una pequeña tarea que antes o después tendremos que realizar por pura pereza, irresponsabilidad, comodidad, etc.
El argumento de que ha habido mucho tiempo para permitir esa mínima probabilidad es totalmente inconsistente. Bastaría con leer y querer entender lo de los simios de Eddington, al final del artículo citado. Cuanto más tiempo menor la probabilidad.
La ciencia pura, la que trata de la materia, la fisica, sólo es capaz de medir cosas y realizar experimentos, nunca de determinar el propósito de algo. Y no es cuestión de tiempo, recursos o mejora de sus aparatos de medida que pueda hacerlo, es cuestión de lo que es en sí la física. A partir de ahí necesitamos la filosofía, la metafísica, la teología. Y, desde luego, la honestidad, el deseo de alcanzar la verdad. La ciencia pura, sin filosofía, sin metafísica, sin teología, no puede responder “para qué” algo sino sólo “cómo”; ni siquiera puede responder “para qué” a algo tan obvio como un coche.
Ahora bien, uno entiende lo que quiere entender respondiendo a uno de estos propósitos: o bien acercarse a la verdad, con toda honestidad y sin reservas; o para no arriesgarse a tener que modificar sus comportamientos, por pura comodidad, por seguir satisfaciendo sus deseos más primarios y siguiendo aquello de que “yo ya tengo mis convicciones, no me venga con realidades”. Cada cual es muy libre e inteligente y puede optar por el sentido de su vida.
Un saludo.
"No soy ateo, y no creo que pueda llamarme panteísta. Estamos en la posición de un niño que entra en una biblioteca llena con libros en muchos lenguajes diferentes. El niño sabe que en esos libros debe haber algo escrito, pero no sabe qué. Sospecha levemente que hay un orden misterioso en el ordenamiento de esos libros, pero no sabe cuál es. Me parece que esa debería ser la actitud de incluso los seres humanos más inteligentes hacia Dios. Vemos el universo maravillosamente ordenado y obedecemos ciertas leyes, pero sólo entendemos levemente estas leyes. Nuestras mentes limitadas captan la misteriosa fuerza que mueve las constelaciones. Estoy fascinado por el panteísmo de Spinoza, pero admiro más la contribución de él al pensamiento moderno, porque fue el primer filósofo que pensó en el alma y el cuerpo como una sola cosa y no como dos cosas separadas".
Fuente: "Glimpses of the Great", escrito en 1930 por G. S. Viereck.
"Siendo un amante de la libertad, cuando llegó la revolución a Alemania miré con confianza a las universidades sabiendo que siempre se habían vanagloriado de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron acalladas. Entonces miré a los grandes editores de periódicos, que en ardientes editoriales proclamaban su amor por la libertad. Pero también ellos, como las universidades, fueron reducidos al silencio, ahogados a la vuelta de pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció de pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler para suprimir la verdad. Antes no había sentido ningún interés personal en la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque sólo la Iglesia ha tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la libertad moral. Debo confesar que lo que antes despreciaba ahora lo alabo incondicionalmente."
"Sentir que detrás de cualquier cosa que pueda ser experimentada existe un algo que nuestra mente no puede captar y cuya belleza y sublimidad nos alcanza indirectamente y como un débil reflejo, eso es religiosidad. En ese sentido yo soy religioso".
"Solamente la Iglesia Católica salio decididamente al paso a la campaña de Hitler por suprimir la verdad".
"Einstein, no le diga a Dios qué hacer con sus dados"
Niels Bohr respondiendo a la famosa frase, "Dios no juega a los dados".
Citas tomadas de: http://es.wikiquote.org/wiki/Albert_Einstein
A veces no entendemos lo que no queremos entender.
El hecho de que exista vida en la Tierra hace que, categóricamente, nuestro Universo sea compatible con la vida. Esto es innegable. El que la gente sólo pueda viajar dentro de un tren de alta velocidad pero no en sus ruedas, en sus paredes externas, en su morro, o agarrado a su cola, etc, no hace al tren incompatible con los viajeros.
Todo lo que se conoce hace pensar que el la “cosmogénesis” hubiera sido totalmente diferente con mínimos cambios en su origen o desarrollo (por ejemplo con una mínima variación en la cantidad de materia inicial o con la velocidad de la dispersión de esta). Es decir con un pequeño cambio en los múltiples parámetros que hacen del universo lo que hoy es, no sería posible la vida que conocemos. Sólo hay dos posturas ante esto: es producto de la casualidad o un Ser capaz e inteligente ha hecho que sea así. Hoyle, Flew, etc, concluyen que la probabilidad del azar es más que ínfima. Ya no hablamos del habitual 5% habitual de la estadística con el que despreciamos una hipótesis, hablamos de un decimal minúsculo. Por otra parte, el azar no es explicación de nada, es simple reconocimiento de no ser capaz de dar explicación de algo.
Aún así hay quién prefiere la explicación irracional del azar, habría que preguntarse el motivo de esta preferencia, la ventaja personal de esta elección. La respuesta, si es totalmente honesta, es crucial en la vida de uno.
Inteligencia es propósito e intención. El resto es un despropósito. ¿Hay algún ser inteligente que no viva con uno o muchos propósitos?. ¿Alguien es capaz de autoengañarse a tal extremo?.
Y, si negamos que la vida tiene propósito, ¿somos conscientes de que lo hacemos desde la inteligencia y que esta forma parte de la vida?.
<< El término inteligencia proviene del latín intelligentĭa, que a su vez deriva de inteligere. Esta es una palabra compuesta por otros dos términos: intus (“entre”) y legere (“escoger”). Por lo tanto, el origen etimológico del concepto de inteligencia hace referencia a quien sabe escoger: la inteligencia permite seleccionar las mejores opciones para solucionar una cuestión>>.
Es decir, inteligencia implica, per se, propósito, direción, intención, verdad y falsedad.
Lo que da mucho que pensar es que la materia nos permita conocer la vida y utilizar la inteligencia.
¿Es todo indiferente?. ¿Puede alguien mantener eso con una mínima coherencia?. ¿Da lo mismo contribuir a la felicidad que destruirla?. ¿Da lo mismo ser feliz que desgraciado?. Un puede engañarse de mil y una formas pero si uno siente un profundo dolor, si no se anestesia con ficciones o tóxicos, no puede dejar de buscar el sentido de la vida. Muchos prefieren la anestesia y la negación de la realidad, ¿porqué?. Un pequeño ejemplo a modo de respuesta: postponemos una pequeña tarea que antes o después tendremos que realizar por pura pereza, irresponsabilidad, comodidad, etc.
El argumento de que ha habido mucho tiempo para permitir esa mínima probabilidad es totalmente inconsistente. Bastaría con leer y querer entender lo de los simios de Eddington, al final del artículo citado. Cuanto más tiempo menor la probabilidad.
La ciencia pura, la que trata de la materia, la fisica, sólo es capaz de medir cosas y realizar experimentos, nunca de determinar el propósito de algo. Y no es cuestión de tiempo, recursos o mejora de sus aparatos de medida que pueda hacerlo, es cuestión de lo que es en sí la física. A partir de ahí necesitamos la filosofía, la metafísica, la teología. Y, desde luego, la honestidad, el deseo de alcanzar la verdad. La ciencia pura, sin filosofía, sin metafísica, sin teología, no puede responder “para qué” algo sino sólo “cómo”; ni siquiera puede responder “para qué” a algo tan obvio como un coche.
Ahora bien, uno entiende lo que quiere entender respondiendo a uno de estos propósitos: o bien acercarse a la verdad, con toda honestidad y sin reservas; o para no arriesgarse a tener que modificar sus comportamientos, por pura comodidad, por seguir satisfaciendo sus deseos más primarios y siguiendo aquello de que “yo ya tengo mis convicciones, no me venga con realidades”. Cada cual es muy libre e inteligente y puede optar por el sentido de su vida.
Un saludo.
Mentitas est iniquitas sibi. (La iniquidad se engañó a si misma).
- Piteas
- Support-PdL
- Mensajes: 7606
- Registrado: 05 Feb 2011, 16:15
- STEAM: Jugador
- Ubicación: por las Rías Altas
- Contactar:
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
Esta discusión no es tal, porque desde el ya citado por aquí San Pablo queda claro que la religión (o su derivado pijo, el deismo) no se sustenta en la razón. Así que esta discusión es estéril y nunca llevara al convencimiento ajeno o dudas del propio, porque se basa en citas, deseos y prejuicios personales, que no en razonamientos.
La religión es fe y, como tal, se tiene o no, pero no se razona. Es dogmática y clara. Ofrece verdad evidente. Es totalizadora.
Si se empieza a buscar razones para explicarla es que algo empieza a fallar en sus dirigentes y creyentes. Cuando los griegos y romanos empezaron a creer que sus mitos eran "alegorías" y "metáforas" explicables de forma racional pronto otra religión ocupó la necesidad de verdades religiosas. Al cristianismo le está pasando lo mismo. La Biblia se empieza a ver como "simbólica", porque falla ya como verdad absoluta para la sociedad actual, así que se busca explicarla razonadamente con teorías como la del "desarrollo inteligente". Pero realmente es un derivado religioso, rozando en lo herético: Dios creó y descansó, no sigue creando como si la creación fuese una obra incompleta, una especie de videojuego de mecanos para su disfrute personal. Teológicamente no se sostiene, ¿para qué defenderla entonces como prueba de que hay un Dios o inteligencia superior? Es caer en la herejía del demiurgo.
A la razón, el logos, si la dejas entrar, carcome el mito y lo destroza. No es buen camino para la fe juntar Darwin y el Génesis.
Ay, San Pablo, qué listo eras.
La religión es fe y, como tal, se tiene o no, pero no se razona. Es dogmática y clara. Ofrece verdad evidente. Es totalizadora.
Si se empieza a buscar razones para explicarla es que algo empieza a fallar en sus dirigentes y creyentes. Cuando los griegos y romanos empezaron a creer que sus mitos eran "alegorías" y "metáforas" explicables de forma racional pronto otra religión ocupó la necesidad de verdades religiosas. Al cristianismo le está pasando lo mismo. La Biblia se empieza a ver como "simbólica", porque falla ya como verdad absoluta para la sociedad actual, así que se busca explicarla razonadamente con teorías como la del "desarrollo inteligente". Pero realmente es un derivado religioso, rozando en lo herético: Dios creó y descansó, no sigue creando como si la creación fuese una obra incompleta, una especie de videojuego de mecanos para su disfrute personal. Teológicamente no se sostiene, ¿para qué defenderla entonces como prueba de que hay un Dios o inteligencia superior? Es caer en la herejía del demiurgo.
A la razón, el logos, si la dejas entrar, carcome el mito y lo destroza. No es buen camino para la fe juntar Darwin y el Génesis.
Ay, San Pablo, qué listo eras.
Re: Diez años de la muerte de sir Alfred Hoyle
¿Dónde dijo eso San Pablo, Piteas?. Me extraña lo que dices pues no es católico sino más bien compatible con el protestantismo. El catolicismo afirma que la razón, la ley natural, también puede llevar a Dios y que la razón y la Fe se sostienen mutuamente, nunca están enfrentadas.Piteas escribió:Esta discusión no es tal, porque desde el ya citado por aquí San Pablo queda claro que la religión (o su derivado pijo, el deismo) no se sustenta en la razón. Así que esta discusión es estéril y nunca llevara al convencimiento ajeno o dudas del propio, porque se basa en citas, deseos y prejuicios personales, que no en razonamientos.
La religión es fe y, como tal, se tiene o no, pero no se razona. Es dogmática y clara. Ofrece verdad evidente. Es totalizadora.
Si se empieza a buscar razones para explicarla es que algo empieza a fallar en sus dirigentes y creyentes. Cuando los griegos y romanos empezaron a creer que sus mitos eran "alegorías" y "metáforas" explicables de forma racional pronto otra religión ocupó la necesidad de verdades religiosas. Al cristianismo le está pasando lo mismo. La Biblia se empieza a ver como "simbólica", porque falla ya como verdad absoluta para la sociedad actual, así que se busca explicarla razonadamente con teorías como la del "desarrollo inteligente". Pero realmente es un derivado religioso, rozando en lo herético: Dios creó y descansó, no sigue creando como si la creación fuese una obra incompleta, una especie de videojuego de mecanos para su disfrute personal. Teológicamente no se sostiene, ¿para qué defenderla entonces como prueba de que hay un Dios o inteligencia superior? Es caer en la herejía del demiurgo.
A la razón, el logos, si la dejas entrar, carcome el mito y lo destroza. No es buen camino para la fe juntar Darwin y el Génesis.
Ay, San Pablo, qué listo eras.
Mentitas est iniquitas sibi. (La iniquidad se engañó a si misma).