Mi consejo es que nunca debemos obcecarnos por conseguir las banderas perdiendo de vista la seguridad de nuestras tropas, porque podemos acabar controlando las banderitas dichosas, pero con una carnicería de la leche, con lo que empataremos o perderemos la batalla igualmente.
Creo que tiene que haber un punto en la partida (quizá al inicio al ver donde están las banderas, quizá a mitad del combate, cuando nos hacemos idea de la composición y situación del enemigo) en el que debemos pararnos y pensar: qué me sale más a cuenta, pelear por todas las banderas, por alguna en concreto, o centrarme más e causar bajas al enemigo con lo que obtendré puntos igualmente?
A mi, como jugador malo que soy

alguna vez me ha pasado que me he obsesionado tanto por controlar las banderas que he hecho un despliegue forzado y he acabado con mis tropas dispersas por el mapa y sin posibilidad de ofrecerse apoyo entre ellas, con lo que han sido diezmadas por un enemigo que ha ido directamente a por mi dejando de lado otros objetivos.
Por otro lado, también he observado, jugando contra algún compañero de PdL con más experiencia que yo (no muy difícil), que hay gente que tiene una capacidad enorme para tomar y asegurar las banderas en los primeros instantes del combate, cuando mis hombres y vehículos aún están pegando barrigazos de bosque a bosque y tiro porque me toca!

En estos casos, si uno persiste en su empeño de ir a las banderas lo tiene crudo porque se encuentra con una verdadera Línea Maginot!!
En fin, que me callo y no rallo más.
