
Siempre me ha atraído el aspecto teórico de la Doctrina alemana de la Blitzkrieg. Uso masivo y muy agresivo de los Panzer para romper el frente en un punto concreto y luego infiltrarse en la retaguardia enemiga causando el caos operacional en el frente. En teoría esta doctrina es sencilla, tanto que resulta extremadamente atractiva. Pero una cosa es la teoría y otra es la realidad, ya sea en un juego o sobre todo en la guerra real.
Hablar de un wargame y llamarlo "real" puede sonar un poco fuerte pero los wargames simulan, algunos más que otros, la doctrina alemana con los Panzers. En este caso el escenario Fall Gelb (Case Yellow) es un buen ejemplo de la Blitzkrieg, expresada en su mejor forma.
A sabiendas de que las Divisiones Panzers eran una nueva arma cuyo rendimiento era más que dudoso para muchos oficiales alemanes (la gran mayoría de la oficialidad alemana era de Infantería y cuesta cambiar los conceptos bélicos) el plan original para atacar a Francia era una pequeña variante del plan del general Von Schlieffen, plan que se usó en 1914 y que para 1940 ya no podía suponer ninguna sorpresa estratégica. En este plan todo se reducía a un ataque frontal a través de Bélgica y Holanda y variaba el eje de avance según se iban proponiendo variantes y modificaciones.
Es aquí cuando hace aparición el Teniente General Erich Von Manstein, Jefe de Estado del Grupo de Ejércitos A, bajo mando del General Von Rundstedt. Manstein proponía realizar una infiltración de unidades blindadas a través de Sedán, con el objetivo de lograr una cabeza de puente sobre el Mosa que pusiera una daga sobre el cuello en la retaguardia francesa.

Daba la causalidad que mientras Manstein elaboraba el plan supo que en un hotel cercano se alojaba el Teniente General Heinz Guderian, jefe del XIX Cuerpo de Ejército formado por unidades acorazadas (las Divisiones Panzers). Manstein le planteó a Guderian la posibilidad de realizar un ataque acorazado a través de Sedán, acción que podría realizar el XIX Cuerpo de Ejército. Guderian no sólo se avino al plan sino que fue más allá: en vez de lograr una cabeza de puente en el Mosa los Panzers deberían seguir hacia el oeste en un movimiento muy agresivo hacia el Canal de la Mancha y, en vez de usar pequeños elementos acorazados, se debería usar toda la fuerza acorazada disponible, todas las divisiones Panzer que pudieran reunirse para la empresa.

Lo que vino luego fue historia. Quizás algunos no sabéis que Heinz Guderian, en mitad de su ofensiva hacia el Canal de la Mancha, estuvo cesado del mando por haber actuado por encima de las órdenes estipuladas aunque posteriormente el tema se solucionó y pudo seguir al mando de sus Divisiones Acorazadas. Guderian era un hombre adelantado a su tiempo que comprendía perfectamente el uso que podía sacar de los Panzers. Después de cruzar el Mosa, objetivo que pocos creían posible en el OKW, las unidades Panzers de Guderian desaparecieron del mapa, en dirección al Canal. Eso le valió una fuerte reprimenda.
Mi atracción sobre la Blitzkrieg radica en la compleja situación en la que los Panzers se ven inmersos una vez se adentran en territorio enemigo, atravesando su retaguardia. Dos problemas surgen:
- Las necesidades de mantener una ruta libre de tropas enemigas hacia la retaguardia para poder reabastecerse de fuel y munición.
- La situación de extrema debilidad que se crea en los flancos a medida que se avanza por una extensión tan grande de territorio en manos enemigas. ¿Qué impide que fuertes contraataques rompan el avance y corten la ruta de avituallamiento, dejando aislados a los Panzers?
Si ya de por si los juegos de SSG son sensacionales por su capacidad para reflejar la 2ª GM en todos los frentes y por simular los aspectos fundamentales de la guerra, con el escenario Fall Gelb se alcanza el climax.
Así que empezamos.



En las 3 imágenes de arriba vemos el plan de forma gráfica. El mapa de fondo es el mapa del escenario. Al declarar la guerra a Bélgica y Holanda las tropas alemanas y francesas están destinadas a encontrarse en algún lugar intermedio de Bélgica, con ayuda añadida de los Fuerzas Expedicionarias Británicas. Aprovechando ese "abrazo", el Grupo Acorazado Kleist, al sur de las Ardenas, tiene la llave, la clave de la operación.
