Capítulo 3: Moria, mazmorras y tesoros
Los días pasan y sigo cavando túneles y ampliando mis estancias. He plantado varios cofres que empiezan a rebosar de piedras y carbón, especialmente de lo primero. No sabría decir pero aproximadamente he picado unas 2.000 piedras (sumando lo que tengo guardado en los cofres y lo que me dejo y que he usado a veces para tapar y decorar algunas excavaciones).
Dejando de lado las labores de minero, las mañanas en Minecraft no están exentas de sustos. El Creeper silencioso es mi peor enemigo.
Abrir la puerta y encontrarte la cara del Creeper y el ssssssshhhh…asusta a cualquiera y más cuando has estado haciendo una labor tan rutinaria y viciante como el picar la piedra.
Con la espada de piedra le arreo unos buenos toques y lo mato sin dejar que explote, por suerte. Al morir deja caer un poco de pólvora.
Aprovecho la luz para hacer un poco de retoques en el exterior de mi casa, pongo más iluminación para evitar el respaneo de los enemigos nocturnos y así no encontrarme con los Creepers nada más abrir la puerta.
Es momento de mirar hacia abajo y arremangarse a base de bien. Hay que cavar hacia lo más profundo, no queda otra. Necesito minerales que no tengo y sólo los encontraré cavando hacia el interior de la montaña. Armado con picas, palas y muchas ganas, me pongo manos a la obra y empiezo a cavar una escalera en forma de ese que va bajando y retorciéndose como una serpiente.
Mientras pico hacia abajo oigo ruidos, tanto de agua como de otros seres que deben estar en alguna gruta o mazmorra, no lo sé. Con miedo a picar y abrir la boca del lobo o a provocar una inundación prosigo la labor.
Y tengo mi primer contacto con una
veta de hierro.
En el proceso de picado de la escalera he encontrado mucha grava, que si se remueve se consigue a veces encontrar
sílex (pedernal o piedra puntiguada en forma de punta de flecha).
A medida que voy bajando me voy encontrando con más vetas y de vez en cuando me encuentro con fascinantes lugares oscuros, galerías y cavernas talladas por la erosión. Muy emocionante aunque a veces esos lugares son terriblemente peligrosos…
(esta
ba, con
b, perdonar el error ortográfico. El catalán se escribe al revés, un pequeño despiste).
Aquí arriba veis el primer zombi al que he podido coger en pantallazo sin que tuviera que matarlo antes. He tapado el hueco que había hecho ya que no está solo. Parece que hay una galería ahí dentro, seguramente hay vetas de minerales en abundancia.
Las escaleras que estoy cavando me llevan bastante abajo pero necesito un punto intermedio donde dejar las cosas que voy recolectando para no tener que hacer viajes de ida y vuelta que sean tediosos o largos. Así que creo una habitación amplia y me pongo a fabricar una
escalera de mano de madera.
En esa habitación instalaré una mesa de trabajo y todos los cofres que sean necesarios. Desde este punto intermedio seguiré cavando hacia abajo y también exploraré el nivel para ver qué encuentro. La escalera de mano me permite bajar y subir de forma totalmente vertical.
También instalo hornos y empiezo a fundir el hierro que he encontrado. Un poco de carbón y ala, a fundir hierro.
Y el resultado son
lingotes de hierro.
¿Y qué se puede hacer con el hierro? Pues una
espada de hierro, muy chula tú.
Y vamos a equiparnos también un poco, algo de cobertura. Un casco.
Y hay que ponérselo, si no no hace nada claro.
Ahora que estoy algo más armado y tengo más protección (ver escudos abajo en la imagen) es momento de ir a esa caverna repleta de zombis y liarse a hostias.
Oigo ruidos superextraños en la galería que he limpiado de zombis, un ruido que no sabría como defenir, como un zumbido que se repite cada x tiempo. Guiándome por el sonido voy picando hasta que abro un agujero en una mazmorra repleta de sorpresas. Dentro hay una especie de cubo infernal desde el que salen zombis como por arte de magia. El cubo tiene un fuego en su interior y la sala está repleta de zombis.
La imagen no lo muestra muy bien porque la sala está muy a oscuras y no se puede apreciar el cubo y algunos detalles. Es una mazmorra y está repleta de cofres y vete a saber qué más. Además las rocas están surcadas de una especie de musgo verdoso…
Los zombis respanean constantemente y debo encontrar una forma de meterme ahí dentro y ver qué hay…