
TURNO 14
Semana del 18 de Septiembre.
Uno de los logros de las armas germanas a lo largo de la historia, siempre ha sido su capacidad para adaptarse, su capacidad de transformar lo que parecía una derrota en una maniobra victoriosa. Ese fue nuestro mejor hacer a lo largo de la guerra en la que nos encontrábamos.
La guerra en el frente del este se estaba convirtiendo en una partida de ajedrez entre dos avezados contendientes. Era muy difícil sorprender a nuestro rival, el mariscal Bletchkov.
Tras las operaciones de la dura semana anterior se había abierto el flanco defensivo soviético en el Dniepr, mientras nuestras tropas continuaban amenazando supuestamente Stalino, nos abalanzaríamos sobre la retaguardia de las defensas soviéticas en el gran rio. Fue inútil, los rusos no picaron, una vez rompimos las defensas enemigas en el pantano, iniciaron una ordenada y progresiva retirada hasta la siguiente línea defensiva.

El siguiente movimiento de nuestro comandante en jefe von Kleist debía adaptarse a las circunstancias y nosotros a él. Sería imposible continuar progresando ante las solidas defensas que se habían plantado ante nosotros, por lo que cambiamos el centro de gravedad de nuestro avance más al sur.
Se concentró a todo el III Pz korps con el fin de dar el mordiente necesario para abrir de nuevo brecha y continuar así con la operación Prometeo. No tardamos en toparnos con la línea de defensa rusa, parapetada tras sus habituales fortificaciones y cañones antitanque. Esta vez nos veríamos las caras con la potente 189 División de Rifles y las más débil 302 de montaña.
Nuestro despliegue fue envidiable, concentramos la 14 Pz Div, la 25ª Motorizada y nuestra LSSAH en un frente de apenas 10 Km. Los ingenieros de asalto del 260 Pioneer Battalion abrieron un pasillo en el campo minado mientras nuestra artillería silenciaba la suya con una precisión envidiable.
La misión de la 12ª Kompanie fue de nuevo dar cobertura a los Panzer de la 14ª División. El asalto fue fulgurante pues apenas tuvimos oposición en la primera línea de trincheras, todos los ocupantes soviéticos yacían muertos, heridos o simplemente habían huido.
Ambas divisiones se replegaron dejando más de 1200 bajas. Sin duda el 18º Ejército ruso había sufrido un serio golpe en su moral. Esta vez no tuvimos bajas en la kompanie, no tuvieron tanta suerte los 355 hombres que si cayeron pertenecientes a otras unidades. El goteo de bajas continuaba, era simplemente atroz.

La localidad de Petropavlovka había quedado arrasado tras la batalla, lo que antes fueron alegres isbas en medio de las tierras negras ucranianas ahora eran restos humeantes… y conquistados.
No había tiempo de detenerse a descansar, era imprescindible seguir golpeando, no daríamos tiempo al enemigo a fortalecerse de nuevo. Recibimos abastecimiento vía aérea, no mucho, el suficiente para alimentar los voraces depósitos de los vehículos. Teníamos tanto sueño que algunos hombres, agotados, se dormían en los camiones.
La siguiente parada, el pueblo de Mezhova, ese fue el sector a donde se retiraron nuestros anteriores rivales. Fueron acogidos por la 274 División de Rifres, la cual se encontraba en pleno trabajo de atrincheramiento cuando llegamos.
El ataque fue al amanecer. Esta vez fueron nuestros viejos kameraden de la 13ª Pz quienes abrieron el festival. Teníamos inferioridad de bocas de fuego… que importaba eso cuando teníamos a la Luftwaffe.
Poco antes del Alba, los Ju-88 y He-111 sobrevolaron nuestras cabezas y arrasaron por completo el centro urbano, lo que desarticuló el centro de mando de la defensa rusa. Los soldados de la 274 División aguantaron bien a la infantería de la 13ª, sin embargo huyeron del campo de batalla cuando arrollamos a los montañeros de la 302 División. Decididamente esos no eran los duros luchadores de la 60ª división de montaña que tanto daño nos hizo la semana anterior.
Otros 1270 bajas fueron el precio a pagar por el enemigo. Esta vez tuvimos que lamentar la pérdida de dos de mis avezados veteranos……esta vez sí pudimos darles cristiana sepultura.

La semana fue tan dura como la anterior, no paramos de combatir en ningún momento y sin embargo, a pesar de nuestros avances no lográbamos abrir la brecha que tanto ansiábamos. Tras una línea defensiva siempre nos encontrábamos con otra, y nuestras fuerzas empezaban a flaquear.

Continuábamos presionando hacia nuestro objetivo, el área industrial de Stalino y la ciudad de Kharkov, contra la cual estábamos lanzando a todo el 6º Armee.
El Dniepr había sido cruzado en toda su extensión, si, pero avanzar resultaba ya de por sí una labor peligrosa dados los innumerables campos de minas y unidades de retardo que desplegaban los soviéticos.
En el sector del 11º Armee, ahora bajo el mando del brillantísimo general von Manstein, continuábamos avanzando hacia el interior de Crimea.

La idea era conseguir capturar el vital puerto del Mar negro antes de la llegada del invierno y dejar sin ningún tipo de defensa o apoyo a la asediada ciudad de Odessa, absoluta pesadilla del mando del 4º Ejército rumano. Cada golpe dado a los defensores soviéticos era demoledor y nos acercaba más a nuestros objetivos.
La noche del 24 de septiembre nos enteramos de los progresos del Heersgruppe Nord. Según parecía había caído en nuestro poder la importantísima ciudad portuaria de Osinovets. La arteria sobre al que discurría la sangre que daba vida a la ciudad de Leningrado. Si todo iba bien pronto caería la ciudad que llevaba el nombre de Lenin.

Nuestras tropas continuaban su avance al este más allá del rio Volchov, ni siquiera el mariscal Bletchkov pudo salvar la situación en este punto. Veríamos a ver qué efecto tendría la entrada en acción definitiva de los Fineses sobre el resto de frentes.
Un poco más al sur, el audaz 16º Armee continuaba capturando las alturas de las colinas Valdai.

Las posiciones que estaban capturando con tan escasa resistencia por parte soviética, sin duda serían aprovechadas de cara a la batalla final por la capital.
La noche siguiente nos informaron de los avances y de lo sucedido en el frente central. El Heeresgruppe Mitte había sido frenado en seco por el enemigo. Los continuos cercos a los que habían sometido a los panzers de Guderian habían sido fatales para el desarrollo y el mantenimiento de la ofensiva. Tan solo la infantería del 9º y 4º Armee pudieron continuar manteniendo la presión.

La acumulación de fuerzas rusas ante nuestras vanguardias era demencial, sin embargo había lugar para la esperanza, la llegada del 4º Panzergruppe , el cerco de las unidades de Rzhev y Kaluga y la concentración del 16º Armee sobre el flanco derecho soviético conseguirán abrir y destruir de una vez las defensas moscovitas.
Pero antes era fundamental abrir el cerco en el que se veían las unidades de Guderian. La operación se desarrolló de forma impecable, arrollando en el proceso varias divisiones de infantería y caballería soviéticas. Después de ello se daría descanso a todos los elementos panzers de cara a la batalla final.
Al sur del 4º Armee y desplegado en línea continuaba avanzando, lento pero constante el duro 2º Armee cuya misión de; dar cobertura de flanco al 6º Armee, así como conseguir la captura de las ciudades de Orel y Kurks estaba consiguiente de manera impecable, si tenemos en cuenta los escasos medios con que disponía el general von Weich.

La semana había sido como las últimas, dura, escabrosa, agresiva y como no, sangrienta.

12626 hombreas causaron baja de diversa consideración en todo el teatro de operaciones. En otras palabras, perdíamos el equivalente de combate de una división cada maldita semana.
No nos consolaba el hecho que los rusos hubieran perdido más de 82000, nuestras bajas eran irreemplazables las suyas ….. si.
Querida Eva
No quiero aburrirte con mi rutina diaria en este maldito país, prefiero acordarme del olor de tus pasteles recién salidos del horno, o del sabor de tus guisos a la luz de las velas.
Te vi muy delgada en la última foto que me enviaste, debes comer mejor y ponerte fuerte, recuerda que eres lo más importante que tengo en el mundo
Te quiere tu Hubert