TURNO 55
Semana del 2 de Julio
La misión de un mando de batallón de artillería en una unidad móvil es una tarea mentalmente agotadora, máxime si tenemos en cuenta que mi experiencia previa se limitaba a dirigir una compañía de infantería.
Las labores eran variadas. Una vez recibidas las órdenes de fuego a primera hora de la mañana, debía calcularse todo el elemento logístico necesario para la misión y el avance. Por norma general, el regimiento de artillería se emplazaba unos kilómetros en retaguardia de la división. Cada parada obligaba a una exhaustiva preparación de las baterías, su camuflaje y abastecimiento de víveres y munición era primordial, pues de ello dependía la disciplina de fuego.
El parque móvil y de arrastre de piezas era uno de los aspectos claves del despliegue pues debía encontrarse a una distancia lo suficientemente alejada de las piezas como para no ser afectado por un probable fuego de contrabatería. Su mantenimiento era muy importante y precisaba de un alto contingente de mecánicos especializados.
En contra de lo que se cree habitualmente un regimiento de artillería divisionario no se encuentra exclusivamente a las órdenes del comandante de la división si no a disposición de cualquier oficial u observador acreditado de cada batallón e incluso compañía de la división en cuestión.
En la Wehrmacht los oficiales de infantería son entrenados en la tarea de dirigir el fuego de una batería de artillería o morteros que le es asignada, mediante radio o comunicación por cable se menciona un código de fuego y las coordenadas terrestres a batir (Cada mapa de área se divide en cuadrículas y cada cuadrícula tiene un punto de referencia más o menos preciso sobre el que abrir fuego).
En pleno combate, las compañías a las que prestábamos apoyo nos solicitaba misiones de fuego continuamente, en las cuales y dependiendo del tipo de objetivo, seleccionábamos un tipo de munición u otro.
Otra misión crucial de las misiones de fuego son las de contrabatería, las cuales dependen de las instrucciones de los observadores de artillería divisionaria. Dichas misiones tienen una marcada prioridad, ya que en ellas depende la supervivencia de nuestra propia unidad, máxime si nos enfrentamos a la temible artillería soviética.
El abastecimiento de la unidad y la dirección de cada una de las misiones antes mencionadas es un factor crucial, que por norma general suele recaer en el segundo al mando, no obstante cada petición de material, cada granada, cada repuesto, debe ir debidamente solicitado a intendencia según las ordenanzas.
En medio todo este caos y en plena ofensiva nos encontrábamos. En frente el ejército rojo, cuyas defensas superaban todas las previsiones realizadas y en retaguardia la plaga indeseable de los partisanos.
Los cuales se centraban principalmente en sabotear nuestras vías ferreas, sobre las cuales se transportaban los suministros, viveres y munición por lo hablar de los heridos. Estos últimos eran uno de los objetivos favoritos de aquellas ratas…
Afortunadamente El Heeresgruppe Mitte y Sud, destacó un amplio contingente de regimientos de la Luftwaffe, los cuales desplegaron una operación de limpieza denominada “Dasalvar I”. La lucha en esa clase de guerra es encarnizada y sin cuartel, varias unidades partisanas fueron masacradas y sus integrantes ejecutados irremisiblemente
Mientras tanto, en el frente la operación ADLER continuaba.
Tras dos brutales contraataques contra nuestras puntas de lanza panzer, el ejército rojo inició como era natural una excelente maniobra de retirada. Bletchkov no se iba a dejar cercar, por lo tanto era imperioso continuar el avance, flanquear las defensas enemigas. Su mayor fortaleza radicaba, más que en el número en sí, en la profundidad y consistencia de las zonas fortificadas.
Más al sur el 1º Panzer armee de von Kleist debía continuar su presión con el fin de dar continuidad a la operación ADLER. Asi mismo el 17º Armee continuaría presionando con su infantería el frente soviético para tratar de amarrar cuantas más unidades enemigas mejor.
Nuestra misión pasaba por capturar el puente ferroviario y la localidad de Tomarovka, marcharíamos junto al grueso del XL Panzerkorps, es decir la 14ª Panzer y la 20ª Division motorizada. Nuestra infantería sería la encargada de apoyar el avance de los panzers y de capturar, mediante un asalto através del rio, el puente antes mencionado.
A diferencia de la semana anterior, la Luftwaffe hizo acto de presencia, 36 cazas Bf109 sembraron el caos entre las formaciones de apoyo aéreo enemiga, 18 aparatos cayeron ante las embestidas de nuestros valientes pilotos.
Mi misión inicialmente fue la de proporcionar una cortina de humo lo suficientemente densa como para permitir a nuestros infantes el cruce del río, a continuación di orden a las piezas de 105 mm que se unieran a las del resto del regimiento y que batieran las defensas del pueblo. La precisión fue absoluta y el gasto de munición mínimo. El pueblo cayó no sin una fuerte resistencia. 23 de nuestros panzers fueron inmovilizados o destruidos. No cabía duda que los hombres de las divisiones 47º y 256 de rifles se encontraban bastante motivados…… aun así les derrotamos.
Según nos informaron, los avances del resto de unidades panzer fue también limitado, no había posibilidad de explotación del éxito. A cada barrera defensiva le sucedía otra aun mas sólida, aun asi durante la semana se consiguió penetrar otras 30 millas en el interior del frente enemigo.
Más al sur, el 1º Panzer armee con la división SS Wiking hacía lo propio entre un infierno de fuego. Tarde o temprano el frente enemigo debía sucumbir, al menos esa era nuestra esperanza.
Mientras la Wehrmacht ponía toda la carne en el asador en el Heeresgruppe Sud, en el frente de Moscú, el Heeresgruppe mitte continuaba avanzando lentamente hacia la capital. Esos bosques y ríos daban al enemigo una ventaja defensiva incuestionable, aun así continuábamos avanzando… soñar con la captura del Kremlin era algo aun muy aventurado, casi un sueño, sin embargo…porque no ¿?
Las bajas de la semana habían sido sin duda abrumadoras…. Ese índice de desgaste sería muy complicado de mantener. En los hospitales de campaña de la división, muy cercano a nuestro parque móvil, se acumulaban los heridos necesitados de atención. Todos sabíamos que eso multiplicado por 1000 sería lo que sucede en el frente.
Los motivos de esperanza provenían de los informes de la Luftwaffe. En los cuales aun lamentando la perdida o el derribo de 22 de nuestros cazas, pudimos celebrar la destrucción de 503 aparatos enemigos, eso le daría que pensar a la VVS
A finales de semana recibimos una noticia que a todos nos impactó, en breves semanas se procedería a la retirada del frente de la LSSAH…. ¿En plena ofensiva?. Sin duda había razones de peso en el alto mando.