A finales de verano viendo su territorio disminuir a pasos agigantados Caelum sacó sus ejércitos a plantar cara. En la provincia de White Peaks mandó a su dios acompañado de cuatro Eagle kings y un gran ejército a atacar a uno de nuestros Golems.
Su dios, como no, era un ser volador caído del cielo. Debía haber luchado ya en bastantes batallas, pues mostraba heridas por todo su cuerpo. Bien armado, en su plenitud podía haber llegado a ser un guerrero formidable. Pero ahora apenas servía de mago de apoyo.
En la batalla primero llegaron sus guerreros voladores, que junto a los rayos que envian los Eagle kings, terminaron por aniquilar a los acompañantes muertos del Golem. Después llegaron los Mamuts, y aunque estos eran mas grandes que el Golem e intentaban aplastarle, el Golem sabía defenderse demasiado bien para que esto ocurriese.
Los magos de Caelum, incapaces de dañar al Golem con sus hechizos, se dedicaban a convocar guerreros fantasmales. La batalla duró un largo tiempo, las tropas voladoras de Caelum iban cayendo en manos del Golem, y los Mamuts sufriendo muchos daños, hasta que al final Caelum decidió que era mejor huir dejando atras 70 de los 110 guerreros que traian.
Ese mismo mes en Tenera el segundo Golem se enfrentó a otro ejército similar en tamaño, pero de mucho menos poder.
A pesar de la ceguera del Golem, que le hacía dar palos al aire, consiguió derrotar al ejercito, mantando a 80 de los 130 atacantes. Con el tiempo aprendimos que aun ciego el Golem, armado como estaba, era capaz de causar mucho daño. Su escudo ataba a sus contrincates que eran incapaces tambien de defenderse, su espada causaba daño aunque el Golem diese al aire, y el Golem estaba protegido por un aurea de fuego fauto que a su vez hacia daño a quien le osase atacar. Sin poder defenderse por si mismo, al enemigo le resultaba tremendamente dificil acertar al Golem. Si no eran atrapados por las raices del escudo, tenían que intentar dar a un cuerpo etereo, protegido por un amuleto de la suerte, y si por fortuna conseguian darle, apenas podian atravesar la proteción que otorgaba la capa de invulnerabilidad que llevaba el Golem.
Nuestros espias habían llegado hasto los confines del territorio de Caelum, y se habían percatado de la carencia de castillos. De unas treinta provincias que pertenecian a Caelum cuando empezamos la ofensiva, le habíamos capturado más de un tercio.
Si. Yo suelo usar bastante los Golems, y la verdad es que sus estadisticas no son muy buenas para empezar, pero nunca huyen y aguantan hasta el final. Me sorprenden mucho.
Claro que si tienen suerte y cuerpo etereo, las posibilidades de darle con un arma no magica son de 1/8, y despues tiene que ser capaces de vencer a la defensa, y despues ser capaces de penetrar la armadura.
Si encimas llevas un escudo que les ata gran parte del tiempo, entonces pocos ataques les alcanzan.
¿Nunca te han pasado cosas raras con los golems?¿Que te desaparezcan después de un combate, aún y habiéndolo ganado?
Yo con los de tierra he tenido muy malas experiencias, acabé por fiarme poco de ellos ... parecía que al ser de barro de vez en cuando a alguno le daba por "fundirse" ...
Una suerte que Caelum no equipara a su pretender, en una partida me estoy enfrentado a un Virtue que me está dando unas palizas de muerte y para más Inry, al igual que tu golem, lo conseguí dejar ciego pero debido a su equipamiento (lleva la misma espada y escudo que tu golem) y a los hechizos que le protegen (cuerpo etéreo, escudo astral y su awe innato) sigue siendo igual de mortífero que cuando veía bien.
A un golem de pestilencia bien equipado o lo cazas a mind hunt o es complicado matarlo (aunque a mi me mataron uno igualito en Invernalia a base de rayos (mala suerte supongo).
Ludden escribió:¿Nunca te han pasado cosas raras con los golems?¿Que te desaparezcan después de un combate, aún y habiéndolo ganado?
Yo con los de tierra he tenido muy malas experiencias, acabé por fiarme poco de ellos ... parecía que al ser de barro de vez en cuando a alguno le daba por "fundirse" ...
Slds
Una vez, en otra partida, se me acabó el tempo de batalla (50 turnos) y los Golems desaparecieron en lugar de retroceder. Pero solo recuerdo esa vez.
Cansado de trabajar solo, y ante la insistencia del dios Agartha, el shaman Ninshebargunu , se vió obligado a desear ayuda. Y lo hizo pidiendo a los seres que mas conocimiento tenían sobre la magia de las estrellas. Seres del firmamento, los Stargazers. Así a mediados del sexto año apareció Priam en la Caverna de los Cambios.
A pesar de su gran conocimiento en la magia astral aun requería mayor destreza, y las gemas que conseguía Ninshebargunu se usaban en que la obtuviera. En otoño de ese año ya había dos magos deseando.
A finales de año Ninshebargunu volvió a desear tener mas ayuda de estos seres del firmamento. Pero después de invocar su deseo no percibió que ocurriera nada.
Priam por el contrario sintió un ligero malestar de estomago, al ser mágicamente transportado al mismo sitio y la misma posición en la que se hayaba un instante antes.
En la capital del Reino tambien se fraguaban artes mágicas. Nuestro dios, había forjado instrumentos que le otorgaban el poder de ejecutar los hechizos más siniestros de la magia de la muerte. Y con ellos había abierto las puertas de Tartarus, la prisión de los antiguos dioses, y los convocaba uno a uno para que saleiran a luchar por nuestra causa.
La larga captividad en Tartarus habia hecho de muchos dioses meras formas andantes gigantes, y de los pocos que salian con aun fuerza de voluntad, la gran mayoría tenía la cabeza en otro sitio.
Para ayudar a estos se forjó el Caliz, único objeto caaz de devolver parte de la cordura a semejantes mostruos.
Tambien se había convocado a una Naiad, espiritu del rio, conocedoras de las magias del agua y del bosque, para que a su vez convocase a un Hada reina, que a su vez convocaría a las reinas del aire: la de las nubes, la de las tormentas, y la de los truenos.
El rey Ogon también intentó convocar a seres magestuosos para ayudar nuestra causa, a los reyes de tierra. Pero su intento fue fallido, pues ya todos servían a otras naciones. Este intento de mostrar su valia y fallar le mantuvo algún tiempo recluido, pero volvió solicitando que se le otorgase más poder en la magia del fuego, para poder convocar a los reyes de este elemento. El dios Agartha la pidió paciencia.
Mi teoría es que por ser héroe nacional es único (de hecho, el texto de ambientación lo sugiere) y el Wish le afecta del mismo modo que a los objetos de construcción 8. Si fuera un bicho de invocación nacional estilo Seraph pues...
Estáis en lo correcto. Si el bixo en cuestión es una invocación nacional única (no un tipo de unidad como ocurre con chariots o seraphs) pues se lo quitas a quien lo tuviera. Los objetos únicos de igual modo. Lo único que puedes incordiar un montón!
Antes de que terminase el sexto año de las guerras de ascensión ocupabamos todo el territorio de Caelum. ¿Todo? No. Una gran fortaleza de irreductibles Caelianos aguantaba contra nuestra fuerza invasora.
En la capital de Caelum se había reunido lo que quedaba de los ejércitos de esta nación. Y nuestros estrategas subestimaron al enemigo.
Primero cayó uno de los Golems Venenosos al intentar el solo ocupar la provincia y encontrarse con el ejercito a las afueras del castillo.
Esta vez el ejército era más grande, y los magos de Caelum se dedicaron a convocar grandes cantidades de seres fantasmales.
El Golem al final se vió luchando más contra estos seres que contra los Mamuts, por lo que estos nunca llegaron a huir, y poco a poco fueron hiriendole hasta terminar con él.
Estaba claro que Caelum prefería plantar cara a las afueras del castillo. Haberse quedado dentro le hubiese privado de suministros para sus tropas y le impediría reclutar, de ser el castillo sitiado.
En primavera del séptimo año se volvio a intentar el asedio. Caelum había reforzado sus ejército y contaba ahora con 33 comandantes, doce de ellos Eagle kings. 25 mamuts y muchos hombre alados. Tambien traia guerreros mágícos.
Nuestro ejercito constaba de los tres Grendelkins, cuatro Oraculos de Agua, y 70 hombres mecánicos. Todo el ejercito estaba protegido contra los rayos.
Los magos de Caelum habian aprendido nuevas mágias. Además de dedicarse a invocar seres fantasmales, lanzaron un potente hechizo que convirtió el cuerpo de todos sus guerreros en niebla. Dificiles de ver y de dar, los golpes de nuestros guerreos apenas les hacían daño.
Cuando los primeros hombre alados llegaron a las posiciones de nuestro ejército, estos pudieron comprobar que no sería una lucha facil.
Poco a poco se fue acabando con los guererros alados que llegaron, estos apenas podían hacer daño a nuestros hombres mecánicos gracias a su dura coraza, y al fnal huyeron para perderse para siempre al no tener sitio donde huir.
Después fueron llegando los guerreros fantasmanes y otros guerreros voladores, pero estos tampoco conseguían dañar a nuestro ejército.
Pero cuando llegaron los Mamuts en masa, apisonaron a los hombre mecánicos y a los Oráculos.
Pronto quedaron solos los tres Grendelkins, que consiguieron poner a la mitad de los Mamuts a la fuga, y cargarse a otros cuantos. Pero el tamaño del ejército de Caelum era tal, y los magos de Caelum no paraban de convocar nuevos guerreros, que la batalla duró durante mucho tiempo, y al final los tres hermanos Grendelkin decidieron retirarse, estando a punto de derrotar al ejercito de Caelum.
Terminaron dos de ellos medio locos por toda la batalla y con heridas, pero habian puesto a casi todo el ejercito de Caelum a la fuga. De los 25 Mamuts quedaron 8 en el campo de batalla, y lo demás eran basicamente guerreros fantasmales que se habían convocado durante la batalla.
Los estrategas de Agartha volvieron a reunirse. Habría que aportar una fuerza que fuese inmune a los rayos y no pudies ser apisonada por Mamuts, y que además pudiera causar bajas rápidamente, pues esto último había sido lo que habia evitado la victoria de los Grendelkins.
Cuando acabó el sexto año, dos naciones más habían dejado de existir. Pangea y Yomi.
Ninshebargunu, tras el fallido intento de atraer a mas Stargazers a la Caverna de los Cambios, fijó sus ojos de nuevo en el firmamento, pero esta vez no se fijó en las estrellas sino en el mismo cielo. Deseó que le llegase ayuda desde allí.
Y apareció un serafin, Nisyros
Los serafines eran la antítesis de los Mandehas. Eran seres de extraordinaria belleza, dotados de seis alas y grandes conocedores de las magias del fuego, del aire y por supuesto de las estrellas. Estaban protegidos por un aurea de fuego y por su enorme belleza, que impedia que la mayoría de los seres se atreviese a tocarlos. Usaba las alas para tapar las partes de su cuerpo visible pues su belleza podía cegar.
Tales precauciones eran innecesarias. Pues el serafin nunca abandonaría la caverna donde había llegado. De todo su magnífico poder, el único interes que tenía el dios Agartha, era en su conocimiento de magia astral.
En contraposición en la capital nuestro dios seguía trayendo a las monstruosidades que salian de Tartaros, la prisión infernal de los dioses. A los que salian aun con espiritu se les equipaba para luchar y dominar el mundo.
A principios de verano del séptimo año de las guerras de ascensión se volvió a asaltar la capital de Caelum.
Su ejército había sido mermado por batallas anteriores, su dios había sido asesinado por un elemetal de tierra, pero aun contaba con 14 Eagle kings y eran capaces de seguir convocando a gran cantidad de tropas durante la batalla.
Nuestro ejército se componía de los tres hermanos Grendelkins, Essis, Fenric y Celarim, y de la reina de de la tormentas, Aella.
Los magos de Caelum ya no disponian de las gemas que hicieron en antaño, y ya no pudieron convertir los cuerpos de sus soldados en niebla.
Aella por el contrario venía cargada de gemas. Primero convocó una tormenta, y a continuación invocó el poder para si de las tormentas. Después irió al mismo cielo para que descargase su ira contra los que ese dia estaban allí. Por último se dedico a protegerse.
Mientras los Grendelkin iban atendiendo a quien osase acercarse, el cielo herido provocaba su particular masacre sobre las tropas de Caelum
Pues aunque parte de las tropas de Caelum eran inmunes por completo a los rayos, otras solo lo eran parcialmente, y las tropas convocadas no tenian protección alguna.
Aella, que además de haber impregando la batalla con su magia, venia preparda para el cuerpo a cuerpo, se unió a los Grendelkin en limpiar el terreno.
Pronto el campo de batalla había sido limpiado, y Caelum emprendió su éxodo hacia ninguna parte.
La era de nuestros grandes ejércitos había pasado a la historia. Ahora los campos de batalla serían dominados por seres gigantes, con una capacidad destructiva mayor que cualquier ejército.
Nuestras tropas sagradas quedaban relegadas a a destruir los muros de los castillos. Y para eso me desplacé yo a Caelum.
La guerra de Caelum había terminado.
La faz de la tierra también había cambiado. Ya solo quedaban seis naciones, y ninguna por ahora nos amenazaba directamente. Kailasa y Lanka seguían en su particluar guerra, y Helheim y Fomoria en la suya. Solo la nación de Arco parecía poder estar en relativa paz, creciendo en poder de gemas, ya que el peso de sus encantamientos globales era conocido por todos, y en conocimientos mágicos.
Nuestro imperio iba creciendo, en tamaño era el mayor, y esto podía desatar las envidias del resto de naciones, pero nuestro gran secreto, la caverna de los cambios, era desconocido.
Mientras el resto del mundo ardiese en guerras, poco teníamos que temer de un ataque, no creíamos que Arco se lanzase solo a por nosotros. Pero si temíamos que cuando la guerra entre Helheim y Fomoria acabase, Arco buscaría su alianza para atacarnos.
Antes de que esto ocurriese, nos preparamos para lanzarnos sobre Arco.
