Parecía que el levantamiento de Offa y su pretensión al trono no iba a ir a ningún lado. En los días inmediatamente posteriores, no hubo ningún otro movimiento; ninguno de los otros grandes señores del reino parecía que iba a apostar por el rebelde Offa ante un rey, que si bien estaba excomulgado lo cual no gustaba a nadie (entre otras razones porque en todas las iglesias del reino se hablaba mal de él), era un monarca no tan odiado como su hermano Robert y había llegado al trono con el apoyo de muchos de esos mismos duques.
Muchos se preguntaban la razón por la que Offa se levantó, sin encontrar motivos claros salvo, pensaba la mayoría, el querer aprovechar la excomunión dictada por Roma a instancias de la corona danesa. No se veía otro motivo. Bien es cierto que William II encarceló a su tío Magnus, quien por cierto, seguía en las mazmorras reales, lo cual era un verdadero alivio para Offa pues la rebelión de Magnus se produjo porque él se consideraba el heredero del ducado de Bedford, cargo que ahora ostentaba Offa. Tan cierto como eso es que el rey William II se encontró con el problema al llegar al trono y no fue decisión suya apoyar a Offa frente a Magnus, sino que eso le vino heredado de su hermano. Fue con Robert en la corona cuando Magnus exigió el ducado de Bedford y fue en socorro de Offa. En otras palabras, por el asunto del tío Magnus, Offa no estaba en deuda con su rey.
Así las cosas, a mediados de septiembre, el rey William levantó a las levas de todo el reino, configurando un enorme y poderoso ejército que, sin ningún género de dudas, iba a aplastar a Offa. Pocos días después, cuando ya el duque Eadric se puso en marcha con sus hombres, recibió a un enviado de Offa solicitándole que se uniera a la causa rebelde. El principal motivo que esgrimía era que Eadric siempre había estado del lado de los sajones contra los normandos y de nuevo tenía la oportunidad de hacerlo.
La respuesta de Eadric fue una contundente negativa. A William II le debía el ducado, era su yerno y el padre de su primera y única nieta... además, había peleado para que él subiera al trono. La razón de la cultura sajona empalidecía ante estos argumentos, así que se negó a prestar ayuda a Offa.
También influyó, qué duda cabe, el ver que todos los condados de Inglaterra llevaban hombres hacia el sur y, parecía, unirse al bando de Offa era hacerlo al de los perdedores.

Las cosas cambian, nada es eterno...
Menos de una semana después del ofrecimiento de Offa, llegó otro del rey: quería que fuera Mariscal de Inglaterra. También Eadric lo rechazó pues no era tampoco su intención ocupar un puesto demasiado destacado en una corte normanda justo en el momento en el que hacen frente a lo que entonces parecía, una romántica rebelión sajona. Con buenas palabras, el duque de Hereford puso como excusa que su alma todavía necesitaba de la lucha en la batalla para estar en paz consigo misma y que ocupar un puesto en el consejo real, pese a ser un gran honor, no era lo más adecuado para un espíritu guerrero como el suyo.
A los pocos días, comenzó a saberse que la rebelión iba encontrando adeptos. El primero en unirse fue Estmont I de Lancaster, justamente la persona que patrocinó la llegada al trono del rey William II; el motivo parecía claro: tras la consecución de la corona, el rey parecía haber olvidado quien se había jugado el tipo por llevarle hasta allí y Estmont creía que merecía más... de hecho, perdió dos condados, los que Eadric ganó desde que su "amigo" William era el soberano. A continuación se le unió el ambicioso Richard, el hermano del rey, cuyos motivos ya no estaban tan claros.
Con estos dos hombres en el lado de los rebeldes, la balanza de poderes cambiaba por completo y ahora los rebeldes parecían contar con una evidente superioridad de fuerzas. Eso arrastraría a otros hombres menos decididos, y así Saexbald de York y Goubert de Oxford se unían a la rebelión.

El nuevo mapa dejaba a William sólo con el apoyo de Eadric, su suegro; de los condados de Magnus, quien estaba encarcelado en sus mazmorras; y de un Leofwine de Carterbury quien no se uniría simplemente por no estar en el mismo bando de Richard.
Ahora las cosas eran totalmente diferentes y el tiempo de William como rey parecía estar llegando a su fin.
¿Qué haría Eadric ante esta situación? La rebelión, al tener el apoyo de los normandos Richard de Norfolk y Goubert de Oxford, dejaba de ser una cuestión de lucha cultural...