El papa Alejandro II llamó a sus fieles a recuperar el reino de Jerusalén unos años atrás. La convulsa situación en el reino inglés, sin embargo, no invitaba a que ninguno de sus miembros fuera a la guerra santa contra los musulmanes; bastante había que bregar en casa como para embarcase en acciones de ultramar.
Eso no quería decir que la importancia del clero, y en concreto del primado cristiano, no tuviera importancia. De hecho aquel verano de 1091 se produciría un acontecimiento que tuvo al mismísimo papa como protagonista y que sacudió a la monarquía sajona recién reinstaurada: la excomunión del rey Offa I a propuesta del poderoso duque Richard. ¿Por qué? Es lo que se preguntó mucha gente. Richard apoyó a Offa en la guerra que le llevó al trono, siendo incluso uno de sus más firmes defensores. Acabada la guerra, y como ya había sucedido en ocasiones anteriores, llegó el momento de los pedigüeños, aquellos que querían un pago por los servicios prestados. El duque Richard lo tenía claro: el duque Leofwine había apoyado al destronado rey Robert y el nuevo rey debía decidir sobre la disputa que Richard tenía con Leofwine por Winchester. Lo lógico quizás hubiese sido que el rey fallase a favor de su partidario; es lo que esperaba Richard y la alta nobleza, hasta que, llegado el momento, el rey Offa dijo que todas las posesiones del reino iban a quedar como estaban, y haciendo referencia concreta a Leofwine, dijo que admiraba su lealtad aunque esta fuera hacia la persona equivocada.
El cólera de Richard no fue pequeño, llegando incluso a mover hilos para una nueva rebelión, y solo cejó en su empeño cuando se dio cuenta de que iba a contar con escasos apoyos pues las gentes de Inglaterra parecían ya hartas de tanta lucha intestina.
Todo lo que Richard consiguió fue poner de su parte al clero de sus ducados y hacer llegar una solicitud al papa. Fue aprobada y con ello Offa I fue excomulgado.

Pensaba Richard que así contaría con apoyos suficientes para emprender su deseo de revuelta. Ese fue el segundo error de cálculo de Richard pues el resto de duques y principales condes seguían en sus trece de mantener la calma. Ni siquiera su hermano Robert, a quien ayudó a destronar el propio Richard, contó con su apoyo.
El rey, conocedor de los movimientos de Richard, decidió realizar una pequeña reestructuración de los títulos ducales y, tanto por venganza hacia Richard como por recompensar al pobre Robert, determinó darle a este el ducado de Norfolk, hasta ahora en posesión de Richard. Con ello la rabia del ahora "solo" duque de Gloucester, se incrementó, aunque no por ello realizó movimiento alguno dado el escaso éxito de sus últimas acciones...
