

En cuanto a mi mujer, está bastante bien. De hecho, está mejor que yo incluso, tras un parto. Fue duro para ella, nunca olvidaré su cara con las contracciones. Pero las mujeres están hechas de otra pasta, yo no hubiera aguantado ni la mitad. Y ni un solo quejido, ni un lamento. Luego pidió epidural y todo fue sobre ruedas. Sinceramente, un monumento es poco para toda madre en este mundo. En principio mi mujer ha optado por la lactancia materna y es una escena preciosa ver como mi hija come con apetito y luego se queda dormidita como un angelito. Me las como a besos a ambas. Cómo las quiero.
Bueno, tiro de nuevo para hospital. Nunca dormir tan poco fue tan placentero. Un abrazo a todos/as.