Acabo de jugar la Tercera Guerra Samnita con ambos bandos y no puedo estar más cabreado con ese escenario. Simplemente está mal hecho. Por partes:
- Una vez el jugador romano alcanza sus objetivos de victoria, no pasa nada. Incluso aniquilando al samnita en su totalidad (provincias rurales incluidas) el juego sigue hasta agotar los turnos y darte victoria mínima por puntos.
- El escenario está desequilibradísimo a más no poder. Como Roma he aniquilado a los samnitas en menos de veinte turnos. Y no han sido menos de diez por la duración de los asedios.
- Y si ya de por sí está desequilibrado, sumad que Roma puede llamar al dictador sin restricción alguna desde el turno dos. Perdón, ¿he dicho el dictador? Quería decir los dictadores, porque jugando como samnita Roma se ha sacado de la manga nada menos que tres dictadores con sus seis legiones correspondientes.
- La mitad de las tropas samnitas no se pueden reemplazar, y no tiene sentido teniendo en cuenta que la única diferencia que hay entre esas tropas y el resto es que esas entran más tarde en el conflicto. Y por trasfondo no cuadra que no puedan recibir reemplazos (no son las legiones de Quinto Labieno).
Total, un desaguisado de tres pares de narices.
