El Left es como las drogas, no te puedes pasar o terminas amargado.
Esta semana he jugado tres partidas con los habituales, en la primera echamos de la sala de espera a un par de jugadores invitados, sin explicación alguna porque no eran habituales, con lo poco que cuesta quedar bien.y la partida no se termina por rage, al día siguiente yo hice rage y al siguiente otra vez rage. Puntuaciones de 400 o más puntos de diferencia.
Al empezar no parecían descompensadas en cuanto a jugadores, pero lo que dice Haplo es verdad, si no hay feeling caca de la vaca.
Creo que el tema está un poco desmadrado, nadie aguanta nada de nadie, a la mínima bronca y mal rollo, pierdes de 400 puntos y gente del equipo contrario quejándose de su mala suerte por el chat, y piensas " pero tío que ganas de paliza, calla la boca". He optado por girar el micro, me lo pongo en el cogote, me cago en todo, pero nadie me oye.
Hace unos meses, empecé a jugar al Arma, al principio un poco como terapia de grupo y desconectar del día a día del Left, pero poco a poco me he ido enganchando, sobretodo gracias a la gente, siempre buen rollo, todo el mundo dispuesto a ayudar, ni un solo reproche ni una palabra malsonante y actualmente tengo más ganas de Arma que de Left.
Pues como he dicho al principio, hay que racionar las dosis de este juegazo.
