Me paso por aquí para comentaros que Arsan y yo acabamos de terminar la campaña larga del HAN en julio de 210 a. C. con la victoria romana in extremis en una de las mejores partidas por correo que he jugado, porque ha habido de todo y ha tenido un final de infarto.
Yo llevaba a los cartagineses y la primera parte de la partida (la guerra en Italia) la he dominado en tierra rechazando ataques en Leptis Magna (una ciudad clave en los ingresos de Cartago) y Saguntum (justo cuando se me unieron los ilergetes) y con un Aníbal lanzado ganando batalla tras batalla, ante lo que Arsan poco podía hacer pues no podía reclutar más legiones. Así iba ganando terreno en el norte de Italia hasta conseguir el control de casi todas las ciudades del norte (excepto las de los vénetos y cenomanos, zonas que no quería activar por estar concentrado en el sur).
Tras esto vino una temporada en la que Aníbal jugó sus cartas diplomáticas y se le unieron varios aliados. Tarentum también abrió sus puertas a mis tropas sin combatir gracias a un evento.
Después se unió a la fiesta Filipo V, que conquistó con la ayuda de flotas de bloqueo las ciudades costeras romanas de la costa este del Adriático. Aquí tuve suerte porque la guerra en el mar ha sido harina de otro costal; quitando alguna excepción los romanos siempre han ganado todos los enfrentamientos que hemos tenido a pesar de gastarme montones de oro en ampliar la flota cartaginesa y repararla cuando sufría una intercepción romana.
Finalmente Siracusa se unió a mi bando tardando más en caer de lo esperado, aislada por un mar completamente controlado por Roma.
Mientras tanto Roma envió un ejército importante al noreste de la Península Ibérica que fue derrotando a las ciudades ilergetes hasta que las obligó a rendirse. Eso me hizo perder varias unidades militares muy potentes, pero poco le duró la alegría porque en tan sólo unos turnos los ilergetes se volvieron a rebelar, uniéndose a mi bando de nuevo esas valiosas unidades.
Aníbal se fue acercando a una Roma defendida por Escipión padre y atacó con todo lo que tenía, ganando una gran batalla parecida a la de Cannae en número de bajas. Tras esta debacle Escipión se movió hacia Neapolis dejando Roma asediada por los cartagineses. Empezó así el asedio de Roma con un Arsan que en los mensajes que nos mandamos se notaba impotente y desmoralizado.
Sin embargo, cuando todo parecía perdido no se rindió y movió sus fuerzas magistralmente. En primer lugar desembarcó una fuerza romana en Liguria y amenazó el desprotegido norte de Italia, ante lo que Aníbal reaccionó dividiendo el ejército y moviéndose hacia el norte. Pero era una distracción. Reunió fuerzas y, dominando el mar, llevó a Neapolis un potente ejército y levantó el asedio de Roma un turno antes de que Aníbal volviera hacia el sur. Suficiente para deshacer todo lo que se había conseguido. Volvió a embarcar a su ejército del norte cuando ya no le hacía falta y reforzó de nuevo el de Neapolis. Entonces Aníbal mandó una fuerza a sitiar Capua además de Roma.
En África y Cerdeña también empezaron las hostilidades. Cerdeña llegó a caer toda en manos cartaginesas gracias a la ayuda de otras flotas de bloqueo cuando las flotas romanas estaban distraídas transportando tropas y la suerte en la tirada de asedio, que me permitió ganar las ciudades de nivel de fortificación 2. Sin embargo en África perdí terreno ante los rebeldes númidas y sus aliados romanos, que conquistaron Cirta. Pero cuando parecía que este teatro estaba tranquilo los romanos desembarcaron cerca de Cartago con prácticamente todo su ejército.
No había forma de detener a todas esas legiones sumadas a las tropas de los rebeldes númidas, así que empezó el asedio de Cartago que Arsan mantuvo gracias al control de Útica (conseguida al principio de la partida), y al control de los mares que le permitía transportar suministros desde Sicilia.
Capua cayó en mis manos mientras Roma y Cartago seguían asediadas. Roma llevaba años asediada y pensaba que caería antes. Turno a turno veíamos caer el nivel de suministros y el poder de las guarniciones de manera más o menos pareja… amarillo, naranja, rojo… Llegamos a un momento final emocionantísimo de tres o cuatro turnos en los que cualquier ciudad podía caer de un momento a otro y todo lo anterior dejaba de importar. Finalmente Cartago cayó antes y los senadores de la ciudad salieron al encuentro de Escipión el africano para pactar la rendición.
Ya dejo de soltaros el rollo, pero es que estoy emocionado. ¡Qué campaña! Enhorabuena a Arsan y muchas gracias por la partida.
