
Ahí están: el oficial, el escribano y el tambor. Se han instalado con su mesa en la plaza de tu pueblo y en el balcón de uno de sus edificios han desplegado una gran bandera con la cruz de Borgoña. La bandera de enganche, que anuncia que buscan omvres para alistar en el tercio... Omvres, que quede claro.
Al acercarte, ya lo ves en la imagen, te miran con cierta suficiencia, rayando en el desprecio. Se preguntan si realmente tienes lo que hay que tener para alistarte en esta campaña en la lejana Alemania, o quizá Flandes, o quizá Francia... qué más da el lugar si se tiene lo que hay que tener.
Y no, no basta con tener el Pike&Shot Campaigns, zagal, hay que ser serio, leal y dispuesto a perder la vida por tus compañeros. A cambio este trío de soldados solo te piden un poco de tu tiempo, dar órdenes cada semana y batallar si se te ordena.
Si quieres saber lo que te espera, chavalote, aquí está el hilo de la primera campaña:
http://www.puntadelanza.net/Foro/phpBB3 ... 58&t=16525
La campaña ha sido mejorada gracias a la experiencia cosechada en la primera, pero seguirá siendo un infierno.
Puede que estés meses (reales) sin sufrir una batalla y de pronto te lo juegas todo en una, en un paisaje húmedo. en una aldea desconocida, bajo lluvia y truenos... o asaltando una ciudad de gran fama a la sombra de Lorenzo. Todo es posible. La campaña puede durar pocos turnos o consumir los 8 meses que dura. Puedes ser el ganador o el primer eliminado. El hombre dispone y Dios elige.
Luego están los soldados que te acompañan mosquete al hombro. Te pedirán cosas, reaccionaran a tus decisiones y juzgarán tu valentía. La moral debe mantenerse en la tropa, pues si baja puede amotinarse. Te lo aseguro, no es gente que guste tratar si está enfadada.
Además están los habitantes de esos lugares; unos cazurros, más de uno bujarrón y muchos encima son herejes protestantes que no merecen ni el suelo que pisan sus botas mugrientas.
Aparte está la fama que alcances, que te puede dar muchas ventajas en esta sociedad donde la gloria abre puertas... literalmente.
Pero menos palique y más decisión. El escribano moja su pluma en la tinta y te pide el nombre.