Igual que en el Bulge, aquí nos encontramos con un solo mapa en 2D, dividido en zonas, y varios escenarios a elegir, desde uno pequeño de 5 turnos a la gran campaña de 22 turnos. A bote pronto, parece poco rejugable el tener un solo mapa, pero tal como pasa en el Bulge hay varias posibilidades y estrategias a seguir contra la IA si juegas en solitario; no digamos si se juega en multi, que es donde más destaca el juego y es para lo que está pensado realmente, a diferencia de la mayoría de juegos actuales que te meten el multiplayer como un complemento.
Porque, tal como parece, el DoM es un juego de tablero diseñado para PC y dos jugadores humanos. Oh, sí, ombres de berdá, que me estáis escuchando, es un juego pensado para torneos wargameros y para pdleros profesionales. “Carne de nuestra carne y sangre de nuestro vecino”, como diría San Taro. Además con el sistema de multiplayer de Slitherine/Matrix, que es rápido y cómodo.
Sin embargo, no significa que la IA sea de adorno y tonta. En solitario tiene dos niveles, siendo el difícil. llamado “Zhukov” o "Guderian", según contra quien juegues, el que te hace sudar gotas de angustia y suspirar recordando los buenos tiempos que zurrabas a la IA de los Total War.
Los movimientos son simples. Las unidades de infantería se mueven de una zona a otra y las unidades blindadas hasta tres zonas si logran una rotura del frente. No puede haber más de tres unidades propias en una zona, lo que evita apilamientos y añade un componente táctico simple, pero eficaz, que aumenta la dificultad.
Las diferencias con el Bulge, aparte del mapa, son pocas pero importantes y bien adaptadas al escenario.
Aquí hay más unidades a desplegar y el jugador soviético va a recibir más refuerzos según pasen los turnos. Aparte de que puede recuperar unidades perdidas. Cuidadín, cuidadín, que las hordas rojas pueden llegar a ser hordas de verdad como el alemán se quede quieto.
Al principio los alemanes tienen una ventaja, llamada operación preparada, que les permite varios movimientos seguidos, como pasaba en el Bulge, y creedme, los necesitan y mucho.
Hay aviación, aunque muy simple: el jugador alemán tiene interdicción aérea, que le permite congelar una ficha soviética por turno… mientras no llega el mal tiempo. Porque el clima es muy importante en este juego. Se empieza con buen tiempo durante cinco turnos, que el jugador alemán debe aprovechar al máximo, porque luego llegan las lluvias, cuyo barro ralentiza los movimientos, y finalmente el jodido invierno con su cándida nieve, que congela los ríos y cuesta menos pasarlos, pero casi te clava al terreno y te llena los bosques de partisanos bien abrigados y mejor armados.
Las vías de tren son otro añadido importante, ya que permiten a los soviéticos mover con rapidez sus unidades por el mapa desde sus lugares de origen. Esta nueva regla jode mucho al jugador alemán y puede llegar a ser decisiva para frenarlo.
Otra novedad con el respecto al Bulge es que en cada cuadro de batalla, aparte de mostrar las unidades que combaten, hay un botón con una llave, que al darle te enseña los bonos de las unidades que se aplican en ese combate. Muy interesante saberlo antes de meterse en la balasera. Este añadido sí que mejora, en mi opinión, el DoM con respecto al Bulge, porque el resto son adaptaciones al escenario, más que mejoras del motor.
La victoria, como en el Bulge, se basa en ir acumulando puntos mediante el control de ciudades y destrucción de unidades rivales, según avanzan los turnos, siempre por encima de un mínimo que te pide el juego cada determinado número de turnos. En esto, nada nuevo.
También hay que señalar la documentación histórica, más que aceptable, que trae de añadido, y el ambiente sonoro del juego, con discursos y sonidos de la época… que no entiendo un carajo, pero motivan.
En definitiva, un Battle of the Bulge adaptado a Rusia, excelente para partidas multiplayer y desafiante en partidas solitarias. Un juego de aspecto sencillo, de tablet, pero más wargame que muchos tochos de mecánica insufrible que te venden como el Santo Grial de la estrategia.
Aquí os enseño escenas de una partida que jugué de alemán en el escenario de 6 turnos “At the gates” contra la IA soviética “nivel Zhukov”, el más difícil. Me resulta humillante confesar que casi me porculizó sin piedad ni lubricante, aunque conseguí un número de puntos, 32, que me permitió una retirada digna (con 31 hubiese sido derrota y con 35 victoria). Un ejemplo del nivel de la IA de este juego.
El informe o briefing del escenario:

Situación inicial. Hace frío y estoy cerca de Moscú, con un montón de rusos por el medio.

El calendario. Comienzo en el turno 12 de la Gran Campaña y tengo hasta el 17 para ganar. Este es un escenario de 6 turnos

Combate. Arriba a la derecha las unidades que se hostian y abajo a la izquierda sus bonus.

Pantalla de Supply.

Ultimo turno. Me he quedado a las puertas de cercar Moscú.

Resultado final

Informe de la batalla.

En fin, un pequeño gran wargame.