Una adivinanza (y unas risas)

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Trismegisto
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Una adivinanza (y unas risas)

Mensaje por Trismegisto »

A ver quién adivina primero a qué novela bélica pertenece este extracto en el que se narra lo acontecido en un tribunal militar. No he podido resistirme a copiarlo porque me eché unas risas leyendo este pasaje. Es un poco largo pero espero que os guste y cuando déis con la solución si queréis hablamos de novela. No vale usar el Google :D :D.


Había tres miembros del tribunal, el coronel hinchado de imponente bigote, el teniente Scheisskopf y el comandante Metcalf, que intentaban adoptar una expresión pétrea. Como miembro del tribunal, el teniente Scheisskopf era uno de los jueces que sopesaría las circunstancias del caso contra Clevinger que presentaría el fiscal. El teniente Scheiskopf también era el fiscal. Clevinger contaba con un oficial para que lo defendiera. El oficial que iba a defenderlo era el teniente Scheiskopf.

Todo le resultaba muy confuso a Clevinger, que se echó a temblar de puro terror cuando el coronel se alzó como un eructo gigantesco y lo amenazó con hacer pedazos su repugnante y cobarde persona. Un día había tropezado cuando se dirigía a clase; al día siguiente lo acusaron formalmente de "romper la formación, agresión criminal, conducta indecente, melancolía, alta traición, provocación, ser un sabelotodo, escuchar música clásica, etcétera". La Biblia en pasta, y allí estaba el pobre, muerto de miedo ante el coronel hinchado, quien volvió a rugir que al cabo de sesenta días estaría metido hasta el cuello en la pelea y le preguntó si le gustaría que lo degradasen y lo enviasen a las islas Salomón a enterrar cadáveres. Clevinger contestó cortésmente que no; que era un imbécil que prefería ser un cadáver a tener que enterrarlo. El coronel se sentó, súbitamente tranquilo y hasta cauteloso, zalamero.

-¿A qué se refería al decir que no podíamos castigarlo? -preguntó lentamente.
-¿Cuándo, señor?
-Soy yo quien hace las preguntas. Usted las contesta.
-Sí, señor. Yo...
-¿Acaso cree que lo hemos traído aquí para que usted haga las preguntas y yo las conteste?
-No, señor. Yo...
-¿Para qué lo hemos trañido aquí?
-Para contestar a las preguntas que me hagan.
-¡Tiene usted toda la razón! -bramó el coronel-. Entonces, ¿qué le parecería si empezara a contestar algunas antes de que le rompa la crisma? ¿A qué demonios se refería, hijo de puta, cuando dijo que no podíamos castigarlo?
-No creo haber hecho semejante comentario, señor.
-¿Puede hablar más alto, por favor? No le oigo.
-Sí, señor. Yo...
-¿Puede hablar más alto, por favor? No le oye.
-Sí, señor. Yo...
-Metcalf.
-¿Sí, señor?
-¿No le he dicho que cierre la boca?
-Sí, señor.
-Entonces, cierre la boca cuando le digo que la cierre. ¿Entendido? ¿Puede hablar más alto, por favor? No le oigo.
-Sí, señor. Yo...
-Metcalf, ¿tengo el pie encima del suyo?
-No, señor. Debe de ser el pie del teniente Scheisskopf.
-No es mi pie -intervino el teniente Scheisskopf.
-Entonces será el mío -admitió el comandante Metcalf.
-Quítelo.
-Sí, señor. Pero primero tendrá que retirar el suyo, mi coronel. Está encima del mío.
-¿Me está diciendo que quite el pie?
-No, señor. Claro que no.
-Entonces, quite el pie y cierre la boca. ¿Puede hablar más alto, por favor? No le oigo.
-Sí, señor. Decía que yo no he dicho que no pudieran castigarme.
-¿De qué diables está hablando?
-Estoy contestando a su pregunta, señor.
-¿A qué pregunta?
-"¿A qué demonios se refería, hijo de puta, cuando dijo que no podíamos castigarlo?" -respondió el cabo que sabía taquigrafía, leyendo el cuaderno de notas.
-Muy bien -dijo el coronel-. ¿A qué demonios se refería?
-Yo no dije que no pudieran castigarme, señor.
-¿Cuándo? -preguntó el coronel.
-¿Cuándo qué, señor?
-Otra vez me está haciendo preguntas.
-Lo siento, señor. Me temo que no entiendo su pregunta.
-¿Cuándo no dijo que no podíamos castigarlo? ¿No entiende mi pregunta?
-No, señor. No la entiendo.
-Acaba de decírnoslo. ¿Qué le parece si me contesta?
-Pero ¿cómo puedo contestar?
-Me está haciendo otra pregunta.
-Lo siento, señor, pero no sé cómo contestar. Nunca he dicho que no pudieran castigarme.
-Me está diciendo cuándo lo dijo. Yo le pregunto que cuándo no lo dijo.

Clevinger aspiró una profunda bocanada de aire.

-Siempre no he dicho que no pudieran castigarme.
-Eso está mejor, señor Clevinger, aunque es una mentira descarada. Anoche en las letrinas, ¿no le dijo en voz baja que no podíamos castigarlo a ese otro cerdo hijo de puta que nos cae fatal? ¿Cómo se llama?
-Yossarian, señor -respondió el teniente Scheisskopf.
-Pues Yossarian. Eso es. Yossarian. ¿Yossarian? ¿Se llama así? ¿Yossarian? ¿Qué nombre es ése?

El teniente Scheisskopf tenía todos los datos a mano.

-Se llama Yossarian, señor -explicó.
-Sí, supongo que así será. ¿No le dijo en voz baja a Yossarian que no podíamos castigarlo?
-No, no, señor. Le dije en voz baja que no podían declararme culpable.
-Seré estúpido -le interrumpió el coronel-, pero la diferencia se me escapa. Sí, supongo que soy muy estúpido, porque la diferencia se me escapa.
-Nos...
-Es usted un mamón hijo de puta, ¿verdad? Nadie le ha pedido aclaraciones y usted me las está dando. Yo estaba afirmando un hecho, no pidiendo aclaraciones. Es usted un mamón hijo de puta, ¿verdad?
-No, señor.
-¿No, señor? ¿Me está llamando embustero?
-No, no, señor.
-¡Maldita sea! ¿Qué quiere, pelearse conmigo? En menos que canta un gallo podría saltar sobre esta mesa y hacer pedazos y repugnante y cobarde persona.
-¡Adelante, hágalo! -gritó el comandante Metcalf.
-Metcalf, es usted un cerdo y un hijo de puta. ¿No le tengo dicho que cierre esa asquerosa boca que Dios le ha dado?
-Sí, señor. Lo siento, señor.
-Pues hágalo.
-Sólo intentaba aprender, señor. La única forma de aprender es intentarlo.
-¿Eso quién lo dice?
-Todo el mundo, señor. Incluso el teniente Scheisskopf.
-¿Usted dice eso?
-Sí, señor -respondió el teniente Scheisskopf-. Pero lo dice todo el mundo.
-Bueno, Metcalf, intente mantener la boca cerrada y quizás así aprenderá a hacerlo. ¿Por dónde íbamos? Vuelva a leerme lo último.
-"Vuelva a leerme lo último" -leyó el cabo que sabía taquigrafía.
-¡No lo último, imbécil! -gritó el coronel-. Lo otro.
-"Vuelva a leerme lo último" -insistió el cabo.
-¡Eso es lo último que he dicho yo! -vociferó el coronel, rojo de ira.
-No señor -le corrigió el cabo-. Eso es lo último que he dicho yo. Acabo de leérselo hace un momento. ¿No lo recuerda, señor? Hace justo un momento.
-¡Oh, Dios mío! Léame lo último que ha dicho él, imbécil. Dígame, ¿cómo demonios se llama usted?
-Popinjay, señor.
-Muy bien, usted es el siguiente de la lista. En cuanto acabe este juicio, empezará el suyo. ¿Entendido?
-Sí, señor. ¿De qué se me va a acusar?
-¿Y eso qué tiene que ver? ¿Han oído lo que me ha preguntado? Se va a enterar, Popinjay. En cuanto acabemos con Clevinger, se va a enterar. Cadete Clevinger, ¿qué le...? Usted es el cadete Clevinger, ¿no?, y no Popinjay...
-Sí, señor.
-Bien, ¿qué le...?
-Popinjay soy yo, señor.
-Popinjay, ¿es su padre millonario o senador?
-No, señor.
-Entonces, Popinjay, va usted de culo y cuesta arriba. Tampoco es general ni alto funcionario, ¿verdad?
-No, señor.
-Me alegro. ¿A qué se dedica su padre?
-Está muerto, señor.
-Me alegro mucho. En serio, va usted de culo y cuesta arriba, Popinjay. ¿De verdad se llama usted Popinjay? ¿Qué clase de apellido es ése? No me gusta.
-Es el apellido de Popinjay, señor -explicó el teniente Scheisskopf.
-Pues no me gusta, Popinjay, y estoy deseando hacer pedazos su repugnante y cobarde persona. Cadete Clevinger, ¿sería usted tan amable de repetir lo que le dijo o no le dijo en voz baja a Yossarian ayer por la noche en las letrinas?
-Sí, señor. Le dije que no podían declararme culpable...
-Continuaremos a partir de ahí. ¿A qué se refería exactamente, cadete Clevinger, cuando dijo que no podíamos declararlo culpable?
-Yo no dije que no pudieran declararme culpable, señor.
-¿Cuándo?
-¿Cuándo qué, señor?
-Maldita sea, es que va a empezar a tomarme el pelo otra vez?
-No, señor. Lo siento, señor.
-Entonces conteste a la pregunta. ¿Cuándo no dijo usted que no podíamos declararlo culpable?
-Anoche, en las letrinas, señor.
-¿Es ésa la única vez que no lo dijo?
-No, señor. Yo siempre no he dicho que no podían declararme culpable, señor. Lo que le dije a Yossarian fue que...
-Nadie le ha preguntado qué le dijo a Yossarian. Le hemos preguntado qué no le dijo. No nos interesa lo más mínimo lo que le dijo a Yossarian, ¿queda claro?
-Sí, señor.
-Entonces, prosigamos. ¿Qué le dijo a Yossarian?
-Le dije que no podían declararme culpable del delito del que se me acusa sin dejar de ser fiel a la causa de...
-¿De qué? Está balbuceando.
-No balbucee.
-Sí, señor.
-Y balbucee "señor" cuando balbucee.
-¡Metcalf, hijo de puta!
-Sí, señor -balbuceó Clevinger-. De la justicia, señor. Que no podían declararme...
-¿La justicia? -el coronel estaba atónito-. ¿Qué es la justicia?
-La justicia, señor...
-Eso no es justicia -se mofó el coronel, y se puso a golpear de nevuo la mesa con su mano gorda y regordeta-. Eso es Karl Marx. Voy a decirle qué es la justicia. Es una patada en el estómago cuando estás caído en el suelo, una puñalada trapera en medio de la oscuridad, un tiro a traición en el pañol de un buque de guerra. El garrote vil. Eso es la justicia cuando tenemos que prepararnos y endurecernos para la lucha. ¿Entendido?
-No, señor.
-¡Basta de señores!
-Sí, señor.
-Y diga "señor" cuando no lo diga -le ordenó el comandante Metcalf.

Clevinger fue declarado culpable, por supuesto, pues en otro caso no lo habrían acusado, y como la única forma de demostrarlo consistía en declararlo culpable, era su deber patriótico hacerlo. Le condenaron a realizar cincuenta y siete paseos de castigo. A Popinjay lo encerraron para darle una lección, y al comandante Metcalf lo trasladaron a las islas Salomón a enterrar cadáveres. El castigo de Clevinger consistía en pasar cincuenta minutos todos los fines de semana paseando por delante del edificio del capitán preboste con un fusil descargado que pesaba una tonelada
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Mensaje por Alflobo »

No me han hablado muy bién de éste libro de Joseph Heller, por lo contradictorio que es emocionalmente hablando... dicen que al final deja un cierto mal sabor de boca. Me interesa tu opinión.
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Trismegisto
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Mensaje por Trismegisto »

Vaya, jejeje, a la primera, y eso que no lo has leído por lo que dices :D :D.

Para comentar el libro completo tendré que esperar hasta la semana que viene, pues voy por la mitad. Lo que sí te puedo decir es que el mensaje está clarísimo: es una crítica mordaz al ejército y en general a la guerra, pero hay algo incluso más profundo. Otras novelas bélicas, como Los desnudos y los muertos, tratan el tema de la locura en medio de una guerra, o mejor dicho el proceso de alienación que provoca el verse envuelto en un conflicto. En ésta, todos están locos desde el principio, lo que provoca una cascada de situaciones absurdas como ésta que he transcrito. Es como un Quijote escrito por Groucho Marx :D :D. Pero no quiero seguir por aquí. No estoy leyendo esta novela buscando una aproximación psicológica a la guerra ni otras zarandajas por el estilo; la estoy leyendo por puro placer y divertimento y porque está muy bien escrita.

El ritmo no decae nunca y a mí me está gustando muchísimo, no puedo parar de leerla. Es raro encontrar este estilo en novelas que tratan un tema tan serio como la guerra, lo que la hace refrescante (aunque la novela es antigua). Hace algún tiempo la encontré citada en un artículo sobre las mejores novelas de la Segunda Guerra Mundial, pero no la conocía ni sabía como encontrarla. Esta misma semana la ví de casualidad en edición de bolsillo recién salida del horno, y no lo dudé. Pensé que se iba a parecer a Matadero Cinco, de Vonnegut, por la temática similar, pero resulta que se acerca bastante a Las aventuras de Wesley Jackson, de William Saroyan, si bien en esta última el tono humorístico y la crítica (ironía fina) vienen dados por la candidez pueril de un protagonista que resulta enternecedor por su simplicidad. Personalmente, me gusta más la que nos ocupa ahora, y eso que aún no la he terminado.

Si el final de la novela es contradictorio o no... ya lo leeré, pero no me extrañaría. Las contradicciones abundan en la narración, como no podía ser menos en una novela donde todos están locos.

Sea como sea, es una novela que recomiendo a cualquiera. Desde hace un par de años busco con ansia novelas de humor, y ésta no tiene nada que envidiarle a ninguna de las muchas que he leído en este tiempo de autores mucho más conocidos.

Como aún no has dicho el título, la adivinanza sigue en pie :D :D.
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Mensaje por Alflobo »

No, no la he leido, aunque me han hablado de ella, y precisamente enseñándome este párrafo, pues está relacionado su título con un tema de Psicología referente a la programación neuro lingüística.
Concretamente al Doble vínculo, sutuación en que una persona recibe mensajes contradictorios en una comunicación (valga el ejemplo del interrogatorio del coronel, que se usa como un ejemplo), también conocida como EDITADO*. Un ejemplo sencillo, imagínate que sólo puedes contestar si o no a a la pregunta: ¿Te has vuelto a tirar a mi mujer?
Si respondes si, es mentira porque nunca la has tocado.
Si respondes no, admites que antes si la habías tocado...
En cuanto a lo de variable emocional me refería a ese toque de humor, que según me han contado se ve entrecortado por algunos episodios dramáticos que cortan el hilo digamos cómico. Es lo que me ha dado reparos a la hora de leerlo, es cierto ésto?, es así? o merece la pena arriesgarse (a leerlo, claro)?

*Dejo el título para otro :D
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Trismegisto
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Mensaje por Trismegisto »

Ah, vaya, no sabía que el título del libro se refiriera a eso que comentas. Qué curioso, no tenía ni idea. En el libro lo explican de otro modo, pero no deja de ser lo mismo. Más o menos viene a decir que sólo los locos aceptan volar misiones de combate en los bombarderos, aunque al mismo tiempo sólo la locura puede librarte de volar; pero si alegas locura para librarte de las misiones (que es lo que pretende el protagonista), entonces es que estás cuerdo porque intentas proteger tu vida, y por tanto eres apto para que te empaqueten en un B-25. A mí más bien todo esto me parecía una paradoja lingüística, o si lo preferimos un juego de palabras, del estilo de aquella tan conocida de "Epiménides el cretense dice que todos los cretenses son unos mentirosos". Por si te interesa el tema, Wittgenstein abundó bastante en las paradojas.

Respecto a los "cortes emocionales"... pues la verdad es que el libro está plagado de ellos. Continuamente mueren en combate compañeros del protagonista. Creo que eso contribuye a dotar al libro de mayor "realismo", por decirlo de algún modo, pero nunca se pierde el componente humorístico. Hay un pasaje en el que al protagonista le dan una medalla porque un error suyo le ha costado la vida a la tripulación de un bombardero, pero los generales no saben cómo salir del apuro y optan por premiarlo. Es el cinismo llevado al extremo.

En definitiva, Heller no quiso escribir una broma más, una novela hilarante, o eso me parece a mí, aunque para contar el drama empleó el humor (otra paradoja más, pero al fin y al cabo a Juan Manuel de Prada le han dado un premio de novela breve por una obra de 600 páginas :D :D). Es la misma técnica narrativa que, por ejemplo, la película La vida es bella, que fue criticada por ello (sin justificación desde mi punto de vista).

A mí particularmente me gusta cómo ha resuelto Heller el empleo del humor para narrar una situción dramática, pero reconozco que hay que saber hacerlo muy bien para no hundirse en el cenagal. Por eso creo que es una buena novela, que no tiene nada que ver con las obras de Sven Hassel, en las que también hay humor, pero es un humor negro, macabro y malo, lo mismo que sus novelas (lo que no quita que sean divertidas).

En mi opinión, yo sí creo que merece la pena leerlo. Si quieres puedes verlo nada más que como una novela de humor, y en ese caso el referente al que tienes que acudir es a cualquier libro de Groucho Marx.

Y al hilo de todo esto, me ha venido a la cabeza otra excelente obra bélica de humor, aunque creo que no se le pueden aplicar calificativos puesto que ni es ensayo ni novela ni narración breve ni nada que me venga a la cabeza... Se trata de Cómo perder una guerra (y por qué), en la que el autor, Simon Tzabar (ex terrorista israelí), defiende que para ganar una guerra hay que perderla, cosa nada fácil, por cierto. Otro absurdo más sobre la guerra, en esta ocasión con forma de estudio serio. (Si alguien lo busca, seguramente encontréis referencias al libro de Heller en las reseñas).

Y lo dejo ya que es muy tarde y se me va la olla :D.
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Mensaje por McLarry »

Venga, ¿nadie se atreve a dar la respuesta? Si hasta hicieron una película, con Art Garfunkel de protagonista, si mal no recuerdo
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Mensaje por El Cid »

Me ha hecho mucha gracia, me recuerda algunas de las reuniones que tengo con mi jefe de producción.

Si buscas un libro con humor te recominedo "The Hitchiker guide to the galaxy", aunque solo está en inglés y hay que saber el idioma a fondo.
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Mensaje por McLarry »

El Cid escribió: Si buscas un libro con humor te recominedo "The Hitchiker guide to the galaxy", aunque solo está en inglés y hay que saber el idioma a fondo.
"La guía del autoestopista galáctico", de Douglas Adams, y todas sus secuelas, están publicadas en castellano
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Mensaje por Von Voit »

¡He disfrutado mucho hasta aquí! :aplauso: ,respecto a lo que sigue no se que deciros...

Un saludo.
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Mensaje por tayete »

Ya sé el nombre de la novela, pero a base de visitar la Wikipedia, así que no vale. Si os gusta el humor en ambientes militares, hay una serie clásica de novelas:

"las aventuras del soldado schwejk", que son de mondarse. Creo recordar que hasta hicieron una serie de televisión sobre ella.

Otras dos novelas interesantes, aunque no tanto de humor, como sobre cómo incumplir las normas cumpliéndolas, son "la rebelión del cabo Ash", y "la nueva rebelión del teniente Ash", basadas en un cabo de la Wehrmatch, que están bastante bien.
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Mensaje por El.Rey »

Creo que habláis de Trampa 22... :? hablo de memoria. No he leído el libro y ví la película hace siglos. Es ingenioso, particularmente me recuerda a varias historias apócrifas sobre el arresto a perpetuidad de una piscina o la vigilancia permanente de un banco (de los de sentarse). Es curioso como se aproximan a la guerra distintos autores, algunos sin haberla pisado en su vida.

La milicia está llena de cosas de estas. Hay absurdos llegados al extremo, a veces por incompetencia otras hechas a conciencia.

Recordemos a Marx "Inteligencia Militar es una contradicción de términos".
"La guerra es un asunto demasiado grave para confiárselo a los militares." Georges Benjamin Clemenceau
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Mensaje por magomar »

Catch-22 en el original, yo me la compré hace poco, pero todavía no me he puesto con ella. Yo empecé a interesarme por esta novela porque oí esta expresión (this is a catch-22), y cuando pregunté que significaba me hablaron de la novela
En inglés se usa está expresión para referirse a situaciones de las que no hay manera de escapar, o situaciones de circulo vicioso (el pez que se muerde la cola)
Por cierto, ¿lo del doble vinculo lo estudiais en PNL? ¿se estudia PNL en Psicología?... yo conozco el doble vínculo por la Escuela de Palo Alto y su Teoría de la Comunicación Humana (tienen una teoría del doble vínculo como posible factor desencadenante de la Esquizofrenia)
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Mensaje por Trismegisto »

Bueno, yo ya ni me acordaba de este post, pero efectivamente, tal como habéis dicho la novela se llama Trampa 22.

El autor, en este caso, sí que fue realmente tripulante de un bombardero. Sin embargo, de todo lo que se narra en la novela no creo que ni siquiera las comas sean reales :D :D. Por ejemplo, hay varios capítulos que narran cómo el encargado de los suministros de la base emplea un montón de bombarderos con base en Italia para comprar toda la cosecha de algodón egipcio, y como no sabe que hacer con ella quiere vendérsela al ejército recubierta de chocolate para que los soldados se la coman :D. Y toda la novela es igual, una majarada detrás de otra.
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Mensaje por tayete »

Magomar, que avatar más chulo. ¿Es de Close Combat? NO había visto T.26 con bandera española en ningún juego...aunque sí sé que realmente los hubo en la guerra civil.
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Mensaje por Iosef »

Es un mod de Magomar sobre la guerra civil basándose en el CMBB
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