
El primer día que entré en la tienda Billars Soler en Barcelona con apenas 14 años recién cumplidos, me quedé prendado de los juegos de tablero que había allí, todos en inglés aunque algunos tenían el manual traducido. Era mi primer contacto con los wargames de mesa, los hexagonales. Estaba alucinado. Fue amor a primera vista.
A pesar de que mi atención se centró en el Third Reich de Avalon Hill desde un primer momento, acabé comprando el Blitzkrieg, mi primer wargame (el primer escenario del torneo TOAWIII de Pdl fue un homenaje a ese juego de tablero que me abrió las puertas al mundo hexagonal).
Recuerdo el día de la compra como si fuera hoy. El motivo de que acabara comprando el Blitzkrieg fue que era un juego muy divertido y que, (siempre según el dependiente, que era un friki) era mejor que aprendiera primero con un juego de "iniciación" que con el Third Reich porque el nivel de dificultad de este último era de nivel 10 (el nivel más alto).
No fue hasta los 16 que compré el Third Reich y me lo enviaron por correo postal (7.000 ptas de las de entonces).

El juego te permitía escoger una nación (franceses, británicos, rusos, italianos o alemanes) y disputar la guerra al completo. Lo normal es que uno llevara los aliados y otro los del Eje.

El wargame te ofrecía una perspectiva muy estratégica, a nivel de División/Cuerpo. El mapa, tal como podéis ver en las imágenes, englobaba a casi todo el mediterráneo, Europa y toda Rusia (incluyendo Turquía y los territorios situados alrededor).

A diferencia de otros juegos, al ser de una escala a nivel de división el juego ofrecía desde el turno 1 un reto enorme para los jugadores. Cada turno de juego (un turno=1 mes) implicaba un gran reto porque cada decisión, cada ataque, cada movimiento podía afectar al siguiente turno, impidiendo que, por ejemplo, se pudiera atacar a Rusia a tiempo para tener margen de derrotarla antes del invierno o para atacar en otro punto del mapa.

La fase de distribución estratégica era clave para poder desplazar refuerzos y tropas de un frente a otro, con lo que todas las decisiones implicaban un gran desafío, convirtiendo el juego en una verdadera odisea de planificación estratégica milimetrada. Si derroto a Polonia en el 1r turno podré moverme antes hacia Francia pero si tardo un turno más quizás los aliados sean los primeros en mover, rompiendo mis defensas en el oeste, o quizás perderé un turno para poder atacar antes y ganar tiempo para el futuro. Cada turno implicaba calcular muy bien los ratios defensivos/ofensivos y las % de conseguir resultados favorables.

Algunas de las alternativas era invadir todo el Mediterráneo con los alemanes, tomando España y Gibraltar antes que los británicos pudieran reaccionar con fuerza. O invadir Turquia para presionar a los rusos por el sur, obligando a los ruski a defenderse en dos frentes y extender sus líneas defensivas.

Una de las grandes cosas del juego era que tuvo tanta fama en su momento que las revistas como la Líder dedicaron muchos números a sacar un artículo estratégico sobre estrategias para el jugador alemán, artículos que aún conservo en mi armario. Tengo esas hojas arrugadas de tanto como las leí, intentando captar todas las sutilezas estratégicas.

Otro aspecto del juego es que había producción y cada país tenía unos puntos de producción que se podían incrementar o reducir en función de las conquistas o las pérdidas sufridas. Así que en cada turno los jugadores podían ir construyendo unidades y priorizar el rearme y la movilización de sus tropas.

El juego era muy divertido y me permitió disfrutar muchísimo y pasar grandes ratos. Sin duda el wargame que marcó mi infancia/juventud.
Hacia 1992 o por ahí, salió de pronto y sin aviso el Third Reich para pc. ¡Me quedé flipando, no me lo podía creer! El juego era idéntico y respetaba las versiones más modernas de las reglas del juego de tablero, de manera que no tuve ni que leerme las reglas 2 veces para ponerme a jugar contra la IA.
El juego está disponible en Underdogs, para descarga gratuita. El manual está disponible también, así como guías estratégicas, parches y demás, en esta dirección:
http://www.geocities.com/kevinpeele/manuals.htm
Como tengo el juego original no puedo saber ni lo he mirado tampoco, si hay un manual traducido, supongo que lo habrá, todo es cuestión de buscar. La versión para pc permitía jugar por PBEM, pero nunca lo probé porque internet estaba en pañales en España y yo no descubrí la red hasta mucho más tarde (de hecho hasta 1998 no empecé con el CM, precisamente).
Espero hacer justicia a un gran juego de tablero mítico. El juego de pc, jugado con los parches instalados, hace justicia perfectamente al de tablero así que no hay motivo para no probarlo y disfrutarlo, aunque como siempre mejor es probarlo contra otro jugador que contra la IA.
No apto para amantes de los juegos catalépticos, recomiendo el Third Reich a los amantes de los juegos de tablero y a los wargames más clásicos.