En el turno 4, los israelíes ya han conseguido una victoria táctica. Apuesto algo que para el turno 10 la victoria ya será decisiva.
Los ejércitos jordano e iraquí siguen desintegrándose. No puedo atacar, no puedo resistir y no puedo retirarme (debido a la superior movilidad judía, mis intentos de retirarme han fracasado). Solo me queda ganarme el Paraíso.
Paz en el los altos del Golán... hasta que los israelíes muevan sus victoriosas unidades hacia el norte. Y en Gaza los egipcios siguen resistiendo, también por el momento. Aunque se están desgastando con rapidez y no habrá refuerzos. Es cuestión de tiempo.
Mi única esperanza es que los israelíes, ensorbecidos por sus fáciles victorias, ocupen Amán, desatando la furia de los rusos... Otra vez igual que en Corea, vaya.
Como juego, está totalmente desequilibrado. Tendrían que haber puesto los puntos de victoria todos en el bando árabe y contar las bajas judías el triple o el cuádruple que las árabes. Ahora bien, como lección de historia, es toda una lección de historia. Y eso es lo que buscábamos Igel y yo cuando decidimos jugar las guerras árabe-israelíes.
Comparo su equilibrio con el otro escenario que juego, el de la campaña de Francia en la IGM, y vamos, no hay color. Una victoria marginal con los alemanes me ha costado 35 turnos; y voy a tener que pelear duro para lograr una victoria superior. Aquí, los israelíes pegan una patada y ya tienen una victoria...
Pero hablando de buenas lecciones de historia, gracias por vuestras aportaciones históricas al AAR. Son muy interesantes, para mí y creo que para todos.